«No tuvimos tiempo de reacción, el golpazo llegó antes que las alarmas»

Roberto Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

SÁSHENKA GUTIÉRREZ

Rafael Ruiz, un transportista mexicano de abuelos asturianos, cuenta su experiencia en el brutal terremoto de Ciudad de México

22 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«No tuvimos tiempo de reacción, primero sentimos el golpazo y después comenzaron a sonar las alarmas sísmicas», comenta el transportista Rafael Ruiz. Este asturmexicano explica que «lo habitual, cuando es a una distancia razonable, es tener unos 45 segundos o un minutos desde que suenan las alarmas hasta que llega el impacto, y te puedes preparar algo, pero esta vez no hubo tiempo de reacción». Ruiz, que también vivió el terremoto que destrozó México DF en 1985, no duda en aseverar que «igual es porque el recuerdo se nos borró, pero yo lo sentí muchísimo más fuerte que el del 85. En aquel prácticamente no sufrimos daños en el Club España, mientras que en este se nos han roto vidrios y agrietado algunas paredes».

Ruiz prosigue explicando que «el de 1985 fue con epicentro a 500 kilómetros de la Ciudad de México y a 500 metros de profundidad, este ha sido a 150 kilómetros de México DF y a 10 metros de profundidad». La casualidad de la coincidencia de fechas tampoco ha pasado desapercibida para Ruiz. «Habíamos hecho un ensayo por la mañana en el centro, para evitar los temblores. Cuando fue real, yo estaba en los vestidores del Club España, y la gente salió corriendo a la terraza», comenta con un cierta risa Ruiz. «Ahora mismo la situación es un caos, muchas de las cosas que llegan se las están quedando los políticos», sospecha este transportista de abuelo de Colombres y abuela de Llanes que incluso llegó a vivir un año y medio en Oviedo.

«La gente dura enterrada 72 horas, después de eso, sin agua, suelen morirse. Ahora siguen con la búsqueda. En un colegio tienen localizada a una niña viva, pero no la pueden sacar todavía», informa Ruiz, que ha estado reunido con el cónsul español. «Fernando Valderrama me ha confirmado que hay un español muerto y cuatro desaparecidos. El centro asturiano Cuautla, muy cerca del epicentro, está bastante dañado, porque he visto las fotografías. Los otros tienen daños pero menos», prosigue relatando, antes de confirmar que «en total las víctimas oficiales son unas 250 pero hay más de 600 desaparecidos todavía, más lo que siga saliendo. La búsqueda está muy poco avanzada».