«No quiero irme con amargura por lo sucedido en el último año»

Luis Ordóñez
L. Ordóñez OVIEDO

ASTURIAS

Javier Fernández se despide de la FSA.
Javier Fernández se despide de la FSA. @AlperiJove

Javier Fernández se despide de la secretaría general de FSA con un discurso conciliador. Recomienda a sus sucesores que estén atentos «porque en los mares de la política siempre hay un iceberg esperando en alguna parte»

29 sep 2017 . Actualizado a las 19:21 h.

Ha sido su último discurso al frente de la Federación Socialista Asturiana (FSA), después de 17 años. Javier Fernández entrega el partido a su sucesor, Adrián Barbón, en un momento en el que su ejecutiva está recibiendo multitud de críticas internas y en el que algunas agrupaciones han reprobado incluso la gestión. Después de haber capitaneado la gestora del PSOE y la abstención del partido en la investidura de Mariano Rajoy y de haber apoyado a Susana Díaz frente a Pedro Sánchez, da un paso al lado. Pero se va sin sinsabores. O al menos, eso pretende. «No quiero tener amargura con lo sucedido en el último año. Quiero ser leal a mis recuerdos», ha explicado. Su trayectoria también le ha enseñado que incluso en los momentos más favorables hay que estar alerta y así lo ha trasladado con un tono casi de consejo: «Aunque uno vaya de sobrado por la vida, cuando uno navega por los mares de la política siempre hay un iceberg esperando en alguna parte».

Fernández ha hablado más de pasado que de futuro, porque considera que quienes tienen que mirar hacia adelante son los que asumen el relevo. Ha recordado con agradecimiento a su predecesor, Luis Martínez Noval. «Para Adrián Barbón, mi respeto», ha dicho con brevedad. Ha reconocido la intensidad con la que se vive todo lo que pasa en la vida interna de un partido cuando se ocupa la Secretaría General.

Ha lanzado algunos mensajes con múltiples interpretaciones, muy apegados a la actualidad social y a la política interna, y con una visión práctica de la realidad. «En política no hay que elegir entre el bien y el mal», ha argumentado, «sino entre lo preferible y lo detestable». Del mismo modo, reconoce que los socialistas «tienen que repartir esperanzas, pero la esperanza no es lo mismo que la utopía irracional». Javier Fernández alerta de que es necesario «tener cuidado con las esperanzas de hoy porque pueden ser las decepciones del mañana».