
Refrescos con cafeína natural, cervezas artesanas o aguas ricas en sales son algunas de las propuestas de los empresarios del Principado para competir en el mercado
23 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Asturias tiene en su interior un potencial a explotar. Y no se está hablando de la belleza de su naturaleza o de lo exquisito de su gastronomía, sino de las mentes capaces de crear ideas de negocio con las que hacer frente a las dificultades del mundo laboral. Entre estas ideas se mueven una serie de bebidas comunes como refrescos, vinos, cervezas, bebidas isotónicas y la tan conocida sidra, que toman formatos, métodos de elaboración e imágenes peculiares para conseguir diferenciarse en un mercado masificado.
Estrella de Gijón, el regreso de un clásico
La cerveza Estrella de Gijón data de 1893 pero vieron su fin en 1974, cuando la fábrica gijonesa echó el cierre, hasta este año. En febrero de 2017, después una serie de pleitos para conseguir recuperar la marca, la cerveza volvió a su ciudad, Gijón, con una cerveza rubia de 4.5%vol.
En sus tiempos buenos Estrella de Gijón comercializaba hasta cinco variedades, todas ellas clásicas. Con su nuevo comienzo buscan recuperarlas todas y para ello han abierto varias fórmulas de posible financiación entre las que se encuentra un crowfunding. Todo con el objetivo de montar una fábrica con un pequeño museo en la zona oeste de Gijón y descubrir si se pueden convertir en un fabricante referente, como entonces.

Glacia, la bebida para deportistas
Los deportistas pueden ampliar sus miras a la hora de elegir una bebida isotónica desde que, hace un año, apareció Glacia. Este producto 100% asturiano está formado por agua mineral del manantial que la empresa (Industrial Zarracina) tiene en Meres, y sales, entre las que se encuentran sodio, potasio magnecio y calcio.
Glacia se ha hecho específicamente para los deportistas pues, teniendo en cuenta su composición, permite mantener en equilibrio los niveles de electrolitos, clave para el óptimo rendimiento en entrenamientos y competiciones. La bebida se comercializa en dos sabores: Citrus, con un toque de limón, y Blue, que se asemeja a la piña.

Moonwater, la que necesita a la luna para existir
Moonwater es un refreso, ante todo, peculiar. Su característica diferencial: se embotella solo cuando hay luna llena. Nacido este mes de octubre, Moonwater no contiene azúcares ni calorías. Su composición se basa en un agua mineral carbonatada con un toque de jengibre y lima. Esta mezcla de sabores da lugar a un sabor calificado como fresco y algo picante.
El diseño de la lata ha sido ideado por Óscar Mariné, gran referente del diseño industrial, corporativo y artístico y uno de los diseñadores gráficos más reconocidos del mercado internacional.
Está previsto que este refresco se impregne del influjo de todas las lunas llena del año, en las que diferenciarán también las superlunas. En cada lunada (añada) se harán entre 10.000 y 300.000 latas.

Nurse, de enfermeros cerveceros
Esta cerveza creada por enfermeros ovetenses no tiene fábrica propia, sino que utilizan varias cual nómadas cerveceros. Nurse tiene diferentes estilos cuyos nombres juegan con las denominaciones de algunos medicamentos conocidos. Por ejemplo, la Ipaprofeno es una IPA de 6,7 grados amarga, la Palacilina, es una de las más suaves con 5,3 grados y medio. La lista se completa con la Vetusta, una tostada suave; y la 1984, año en el que nacieron sus creadores, por lo que aparecen en la etiqueta vestidos de enfermeros.
Todas sus variedades están elaboradas con malta, agua, lúpulo y levadura, 100% artesanal, y se caracterizan por su frescura, por su intensidad en el sabor y los aromas.

El Gaitero que se bebe en lata
Desde finales del siglo XIX, la sidra El Gaitero, una sidra natural enchampanada, empieza su andadura en el concejo de Villaviciosa. Ya en sus inicios optaron por la champanización con el objetivo de poder conservar la bebida en óptimas condiciones durante los viajes marítimos de exportación hacia América. Hoy en día es una empresa centenaria pero moderna, conocida internacionalmente, que conserva el valor de la tradición y la producción artesana, y sigue avanzando en innovación y desarrollo gracias al uso de tecnologías punteras.
Esa modernidad se aprecia en el nuevo formato que adoptó su famosa sidra el año pasado: la lata. En esta decisión se aprecia que, desde el seno de la empresa, buscan adaptarse a las exigencias del consumidor actual, esto es, contar con un producto que permita mantener el consumo de la misma sidra a lo largo del año -que hasta entonces estaba reducido a las navidades y celebraciones- y que ofrezca la posibilidad de consumo individual en envases más pequeños que los tradicionales.
Este envase ofrece la posibilidad de poder probar la sidra con una piedra de hielo y acompañarla con cualquier tipo de comida ligera.

Vino de Cangas, vino de calidad
Es común que si hay que asociar a Asturias con una bebida la sidra sea la primera que aparezca en la mente. Sin embargo, en el Principado se produce también vino, y de calidad. El viñedo asturiano de alta montaña se localiza en el suroeste de Asturias y comprende los concejos de Cangas del Narcea, Allande, Grandas de Salime, Illano, Pesoz, Ibias y Tineo. Muchos de los vinos que surgen de estas bodegas suelen ser especiales para caldos; sin embargo, hace unos años, tres vinos elaborados en Cangas consiguieron colarse en una de las listas más prestigionas del mundo enólogo: la Guía Peñín.
Los vinos en cuestión fueron el Castro de Limés blanco y el Llumés tinto, de Bodegas Obanca, y el Pésico Blanco, de Bodegas Dominio del Urogallo. Sus precios rondan los 19 euros y fueron reconocidos dentro de los mejores vinos de España.

Green Cola, el refresco con cafeína natural
A principios de verano, la marca de refrescos Green Cola aterrizó en Asturias para empezar a producir en Meres, en el concejo de Siero. Este refresco busca acabar con el duopolio de Pepsi y Cocacola apropiándose de un aspecto que los otros no tienen: lo natural. Green Cola es un producto edulcorado con estevia, una cafeína natural extraída del grano de café verde. Su sabor se asemeja a los otros de cola, para no entrar en el mercado con un gusto demasiado disruptivo, pero con un toque más verde y natural, sin azúcar, ni aspartamo, ni ácido fosfórico -que sustituye con ácido cítrico-, ni tampoco tiene calorías. Dadas sus características, la bebida va dirigida a un público que gusta por los refrescos pero que reniega de los aspectos negativos que conlleva, inclinándose así por una bebida natural gaseada.
Green Cola se adentra en España, con base en Asturias, tras cosechar el éxito en países como Grecia -donde ya cuenta con una cuota de mercado del 12 % en latas- o su entrada en Reino Unido o Rumanía como precedentes positivos.
