El país de «antes yera»

L.O. REDACCIÓN

ASTURIAS

Numerosos asturianos recogen testimonios de los cambios castellanizantes de la toponimia tradicional

04 nov 2017 . Actualizado a las 18:05 h.

Numerosos asturianos, a través de las redes sociales, dejaron constancia de los cambios realizados en la toponimia tradicional de sus pueblos por distintas administraciones que alteraban los nombres antiguos de las localidades, después del reportaje publicado por La Voz de Asturias. Uno de ellos citaba el caso de la localidad de La Pola del Pino, en Aller, que convive en el cartel con La Pola Vieya, si no muy castellanizado, sí cambiando la denominación tradicional. Miguel Álvarez López, de Bual, apuntaba que «el mío se llamo siempre Lendiglesia, ahora se llama Lendeiglesia.... para ellos; para mí seguirá siendo Lendiglesia».

Hubo quien señaló cambios del todo caprichosos, como que «Valdornón se castellanizó a Baldornón», en Xixón; nombre que alguno señaló que todavía hay quien se resiste a pronunciar aunque luego «vamos a Sanxenxo a ponenos tibios de Ribeiro».

Fue muy debatido, hasta con un cómic, el origen del nombre de La Morgal (Llanera). Fueron varios los que apostaron porque la toponimia tradicional era Llamorgal, por ser la explanada una llamuerga (un barrizal) que a lo largo de los años y diversas castellanizaciones había ido cambiando hasta Lamorgal y luego, separándose en La Morgal. Sin embargo, muchos otros apostaron porque diversos estudios confirmaron que el nombre antigua del lugar era la Campu de Llugo.