Los tributos regionales apenas tienen modificaciones a la espera de que se fije el modelo territorial
28 nov 2017 . Actualizado a las 18:18 h.El capítulo de los ingresos es fundamental en unos presupuestos, sin embargo, para el proyecto de 2018 no hay grandes cambios significativos. No se han introducido nuevos tributos, se mantiene la rebaja en sucesiones pactada el año pasado con el PP (IU amagó con intentar revertirla en las negociaciones pero el presidente señaló que no sería «serio» volver a modificarlo) y la diiferencia en las estimaciones de ingresos por impuestos entre 2017 y 2018 apenas es sustancial. Bajan (un 2,7%) los impuestos directos y suben (un 11,4%) los indirectos mientras que las tasas también disminuyen (un 7,5%). El aumento en los indirectos se explica, según señaló la consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, por la subida del IVA y de trasmisiones patrimoniales que «es la previsión del Gobierno central».
Para este anteproyecto, el Ejecutivo asturiano ha optado por la «neutralidad fiscal», sin apenas modificaciones ya que según recalcó Carcedo, «está sobre la mesa el debate sobre la reforma de la financiación autonómica» por lo que sería «prudente» posponer cualquier cambio para «tener seguridad jurídica». El gobierno no quiere que se fije un impuesto que después no pueda aplicarse y deje un agujero en las cuentas de la comunidad.
Lo cierto es que en esta negociación de los presupuestos ha tenido poco peso el debate de los números entre los grupos. Las formaciones conservadoras, singularmente el PP ofrecieron un acuerdo que tuviera como punto crucial una rebaja general de varios tributos de competencia autonómica, algo que fue descartado por los socialistas. Izquierda Unida sí planteó en la primera ronda de negociación reivindicaciones clásicas de su grupo como las tasas verdes o el impuesto a las bebidas azucaradas pero finalmente no fueron objeto de debate en el proyecto.