¿Pueden una lumbalgia o una gripe ser una enfermedad laboral en la Guardia Civil?

Pilar Campo REDACCION

ASTURIAS

GUARDIA CIVIL

Una asociación profesional reclama su inclusión en el catálogo de dolencias del instituto armado

12 dic 2017 . Actualizado a las 18:49 h.

¿Podrían una lumbalgia o una gripe formar parte de un catálogo de enfermedades laborales en la Guardia Civil? Es una sencilla pregunta que, a juicio de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), que engloba todas las escalas y empleos del cuerpo, sólo admite una respuesta clara y rotunda: «Sí». Una afirmación que resume el sentir de los integrantes de la asociación profesional que estiman que existe una relación directa entre las enfermedades denominadas comunes y las peculiaridades de su trabajo y que actualmente está provocando grandes mermas económicas en sus nóminas derivadas de las bajas laborales.

Las lesiones en la columna

Los guardias civiles son más susceptibles de contraer enfermedades como lumbalgias, hernias o gripes debido «a las propias condiciones de trabajo». Así lo explica la junta directiva de la AEGC que asegura que si a los tres kilos que pesa el chaleco antibalas se suman otros tres kilos del cinturón donde deben llevar, entre otros objetos, el arma reglamentaria, grilletes o emisoras durante las ocho horas que prestan servicio de Seguridad Ciudadana dan una idea de la manera en que repercute en su estado físico. Si a esto se une que muchos guardias civiles realizan servicios estáticos en vigilancia de exteriores, portando a su vez un arma larga, se entiende las razones de que haya agentes que «sufran lesiones en su columna».

Este problema afecta no sólo a los componentes de Seguridad Ciudadana. También los integrantes del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim) están viviendo situaciones similares. La directiva de AEGC reconoce que soportan mochilas con unos 30 kilos de peso, tanto en las operaciones que llevan a cabo como en los propios entrenamientos; situación que se extiende a los compañeros de otras unidades como los del Grupos de Reserva y Seguridad (GRS), Grupos de Acción Rápida (GAR), Unidad Especial de Intervención (UEI) u otras especialidades como Tráfico o Seprona,  donde están toda la jornada sobre motocicletas.

En la calle o sin calefacción en los coches

«Esta misma situación se puede hacer extensiva a los compañeros que realizan servicios burocráticos quienes tampoco están mejor, porque la política de ahorro de la Guardia Civil hace que también padezcan enfermedades de columna dado que las sillas que se les entregan no cumplen en la mayoría de los casos con las normas de prevención de riesgos laborales», aseguran desde la AEGC.

Entre las enfermedades que la asociación profesional contempla para su inclusión en el catálogo figura la gripe, que en algunos casos puede llegar a ocasionar bajas de una semana de duración. La junta directiva sostiene que la gran mayoría de la plantilla de la Guardia Civil presta su servicio en la calle soportando las inclemencias del tiempo y cuando lo hacen en los vehículos oficiales tampoco es mejor, ya que muchos de ellos «no tienen ni calefacción por el penoso estado en el que se encuentran»; razones que le lleva a solicitar que sea considerada como una enfermedad laboral. Una reivindicación que trasladará al Consejo de la Guardia Civil.

Los agravios comparativos

La asociación ha denunciado igualmente la suspensión de los permisos navideños a los agentes destinados en Cataluña así como la falta de abono de la gratificación prometida por el operativo especial del 1-O, lo que supone un claro agravio y trato discriminatorio frente a otros compañeros de otras comunidades autónomas que sí la han cobrado. Según los cálculos de AEGC, en algunos casos se les adeudan cantidades superiores a los mil euros por persona.

«Estos compañeros aunque no tuvieron que desplazarse de su lugar de residencia, durante esos días no tuvieron horarios y libranzas, se les suspendieron todos los permisos, estuvieron disponibles las 24 horas y siguen sufriendo en primera persona odio y hostilidad hacia su profesión y sus familias, por lo que tienen el mismo derecho a cobrar lo que se les prometió», ratifican los miembros de la Junta directiva de la Asociación Española de Guardias Civiles.