La miel asturiana aspira a tener denominación de origen

ASTURIAS

Un apicultor en un colmenar de abejas
Un apicultor en un colmenar de abejas

La flora y el clima de Asturias la convierten en una de las mejores de España, el principal país productor de miel en Europa. Desde hace dos años, la asociación de apicultores profesionales certifica parte de su producción con el sello de calidad Alimentos del Paraíso

18 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tienen desde hace dos años el sello de calidad de Alimentos del Paraíso y ahora aspiran a conseguir el distintivo de Denominación de Origen. El producto es la miel asturiana, una de las más valoradas de España, que a su vez es el principal país distribuidor de miel en Europa. Promiel, la asociación de apicultores profesionales de Asturias, celebraba recientemente su asamblea anual con un balance más que positivo en el que destacan los logros conseguidos en estos cuatro años que lleva activa. Este año, la reciente cosecha les ha dejado una producción de 250 toneladas de miel, de la que una buena parte se comercializará como Alimentos del Paraíso. En total, aglutinan 16.000 colmenas en toda Asturias, de la que buena parte se concentran en el occidente asturiano.

«El objetivo siguiente sería la denominación de origen. A la marca de Alimentos del Paraíso se han incorporado casi todos los socios y por qué no denominación de origen. La miel asturiana es muy apreciada fuera de Asturias y, en España, las más valoradas son las del norte, sobre todo de Asturias, Galicia y Castilla y León», explica Luis Pérez, vicepresidente de Promiel y uno de los 40 apicultores profesionales que integran esta asociación que nacía hace cuatro años precisamente para cubrir un espacio que ellos mismos echaban en falta. «No había ninguna asociación en Asturias de apicultores profesionales y coincide que somos un grupo que tenemos bastante relación entre nosotros. Nos vemos como colaboradores y no como competidores», añade.

Lucha conjunta contra la varroa

Promiel ejerce como interlocutora con las administraciones y, por ejemplo, se ha conseguido que se amplíe la dotación de las ayudas que recibirán los apicultores para 2018. Este año que ya termina las ayudas principales fueron los 160.000 euros del Plan Nacional de Apicultura, que concede la Unión Europea con la colaboración de las administraciones estatal y regional, y los 65.000 de la prima autonómica de polinización. El año que viene, explica Pérez, «hemos conseguido que se incorporen las vidas apícolas a las de la Política Agraria Común (PAC). 

También se trabaja de manera conjunta para hacer frente a los grandes problemas a los que se enfrentan los productores de miel, con el parásito de la varroa a la cabeza, y lograr mejoras en la comercialización del producto. «Gracias a que estamos todos juntos conseguimos hace dos años que la miel se incluyera entre los productos de la marca Alimentos del Paraíso, que ha sido un empujón importante. Son muchas las cosas que se han ido consiguiendo en poco tiempo. Mejores precios en las compras al hacerlas de manera conjunta, tenemos también un seguro conjunto de responsabilidad civil a todo riesgo y tenemos un servicio veterinario propio que nos ayuda a luchar contra las plagas», resume García.

Osos, avispa asiática e incendios, problemas añadidos en Asturias

El principal problema de los apicultores en cualquier parte del mundo es la lucha contra la varroa, un ácaro que parasita larvas y abejas adultas y, que desde los años 80, está causando grandes daños en las colmenas. «La varroa se combate sobre todo con formación y con concienciación de todos los apicultores. Esta no es una ganadería confinada en un sitio cerrado. Las enfermedades son comunes para todos los apicultores y la lucha tiene que ser conjunta. Tenemos que estar preparados para luchar contra ella porque no aparecen principios activos nuevos, con lo que tenemos que utilizar los que ya existen de forma racional. El contagio puede ser brutal y, en esa lucha conjunta, es importante contar con una asociación», explica Pérez, que también destaca cuáles son los principales problemas de la producción de miel a nivel regional.

Los osos, que se combaten colocando cercados en las colmenas, y, desde hace un año y medio, la avispa asiática. «Ahora se está empezando a pelear con ella y, aunque aún no está extendida por toda la región, generará mucho daño. Más problemas y costes para la producción», considera, señalando también a la merma que ha supuesto en la cosecha de este año la oleada de incendios del pasado octubre. «Los incendios, sobre todo, en el occidente nos afectaron bastante. La valoración media de los incendios de este otoño fueron 2.000 colmenas afectadas», explica el vicepresidente de Promiel, cuyos socios comercializan las diferentes variedades de miel que existen en Asturias.

Envasar también la que se comercializa fuera de Asturias a granel

«Las mieles de Asturias se caracterizan por la flora y el clima. Las principales cosechas son las de brezo, que es la que mayor producción suma, y las de castaño. En Asturias, de hecho, tenemos la mayor mancha de España de castaños», dice Pérez. A ellas, que son mieles monoflorales, se suman en esta categoría también las de eucalipto, que abundan sobre todo en la costa; de toble, calman o madroño. Además, existen mieles multiflorales y de montaña. «Todas las monoflorales son distintas. Las de castaño y eucalipto son las más suaves y claras, mientras que las de brezo son más oscuras y fuertes», explica.

Parte de la cosecha se queda en Asturias, pero también se va fuera de la región, tanto envasada como a granel, en bidones de 300 kilogramos. «El objetivo ahora es conseguir que, a través de la marca de calidad Alimentos del Paraíso, toda la que sale fuera se envase en Asturias y tenga la denominación de origen», reitera el vicepresidente de Promiel