Un jardín histórico en un hotel con encanto

N.M. REDACCIÓN

ASTURIAS

El Habana de Llanes

El Habana de Llanes combina hospedaje y restauración en un entorno ajardinado con más de 300 ejemplares

31 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

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Sirio Sainz y María Eugenia Caumel son las dos cabezas aventureras que se encuentran detrás de El Habana de Llanes, un hotel que lleva 20 años creciendo para convertirse en el fruto de una pasión: viajar, dando lugar a que el exotismo y la personalidad sean fáciles de identificar para todo aquel que se asome a su vereda.

El Habana de Llanes

«Llevábamos varios años con la idea de montar un hotel y hacer un jardín. Encontramos esta finca en el 94 -yo venía a Niembro desde pequeño- y en el 97 abrimos», cuenta Sainz. Situados en La Pereda, cerca de Llanes pero incrustados en un entorno dominado por la Sierra del Cuera que moldea el paisaje, El Habana de Llanes posee 20.000 metros de libertad.

Hotel, restaurante y jardín. Estos son los tres vértices sobre los que descansa este especial lugar. «Primero plantamos el jardín en el 94, hicimos una casa con doce habitaciones y montamos restaurante de servicio completo. Así empezamos», explica Sainz. Y es que ese pequeño jardín aspira a convertirse en un enclave histórico. Actualmente cuenta con más de 300 piezas «etiquetadas como en un botánico», matiza Sainz.

El Habana de Llanes

Es pues ese su principal punto diferenciador, un jardín diseñado por María Eugenia y que se ha ido aumentando progresivamente con el paso de los años. «Trajimos muchos árboles de fuera, también tenemos una colección de helechos súper bonita, con 20 o 25 diferentes», mantiene uno de los propietarios. Asimismo, cuentan con una colección de palmeras que han crecido enormemente, llegando a los 6 metros. «Mucha gente no se cree que lo hayamos hecho nosotros; se piensan que es una finca antigua de los abuelos pero lo hemos montado todo con nuestras manos», cuenta.

La avidez e inquietud de sus dueños han hecho de El Habana de Llanes un lugar lleno de oportunidades. De hecho, muchos de los muebles que poseen están a la venta y varios los han traído de Asia o la India, ya que han pasado temporadas viviendo en el extranjero. Ese espíritu global se presenta también en sus huéspedes. «Tenemos bastante extranjero que viene buscando jardín, hay mucha gente que se mueve por el mundo buscando jardines», explica Sainz. «Y también otros que vienen buscando lo habitual: relajarse en Asturias alejado de la ciudad pero bien comunicado».

El Habana de Llanes

En El Habana de Llanes no hay pegas. «Admitimos mascotas y estamos encantados con los niños», cuenta. Tanto vienen de Madrid y se quedan dos semanas como de otros puntos del norte para un fin de semana. La variedad es requisito en ese lugar lleno de naturaleza.

Durante la temporada de invierno cierra sus puertas con miras a seguir mejorando y dando lo mejor de sí mismos. Continuarán haciendo eventos puntuales, como bodas o comuniones, con una decoración traída de India, siempre y cuando no entorpezca el descanso de otros huéspedes; seguirán potenciando su restaurante, por el que empiezan a ser conocidos; y se esforzarán por meter las manos en la tierra para ampliar ese jardín tan característico para que el próximo 27 de abril, cuando sus puertas se vuelvan a abrir, se mantengan tan a gusto los huéspedes de siempre, se enamoren los nuevos y se decidan los curiosos.