Central Lechera comparte cumpleaños con el Rey

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

Felipe VI recorre la fábrica de la Central Lechera en Siero en una fecha en la que ambos celebran sus 50 años. El monarca acarició vacas y se sacó selfies con trabajadores

22 ene 2018 . Actualizado a las 19:38 h.

Central Lechera Asturiana (Clas) y el Rey tienen algo en común. Ambos cumplen medio siglo de vida. Felipe VI ha visitado la fábrica de la compañía en Granda (Siero) para reconocer el papel que la marca ha jugado en el sostenimiento del campo asturiano y también para conocer los proyectos con los que esta cooperativa pretende garantizar su futuro. No es la primera vez que sus caminos se cruzan. Cuando aún era Príncipe de Asturias, ya visitó las instalaciones, entonces guiado por Jesús Sáenz de Miera, el auténtico alma del proyecto. El monarca se ha encontrado con una empresa que mueve 900 millones de litros de leche al año -el 82% procedente de la cornisa cantábrica-, que ha crecido a un ritmo medio del 10% en los últimos tres años -a pesar de la crisis-, con una planta moderna que llega a embotellar 35.000 botellas a la hora y que sostiene a 1.200 ganaderías con más de 60.000 vacas. Son sólo algunos de los números que apuntalan la importancia de una empresa enraizada en el Principado tanto en el plano económico como emocional.

La fiesta de cumpleaños contó con todos los alicientes. Felipe VI recorrió las instalaciones acompañado por los directivos de Clas, el presidente del Principado, Javier Fernández; y la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina. En cada parte del complejo recibió las explicaciones pertinentes del equipo y se interesó por todo el proceso productivo. Acarició dos vacas de atrezo, campeonas de su raza, que le mostraron en un aparcamiento y, finalmente, compartió la celebración con los trabajadores, los socios y los ganaderos que le esperaban al final del camino. Incluso pudo ver un vídeo de aniversario en el que se ve lo que la Central Lechera ha supuesto para el campo asturiano a través de la mirada de tres generaciones de una familia de Cabanella (Navia), cuyo abuelo Raúl Fernández está entre los primeros ganaderos en embarcarse en el proyecto.

El selfie que el rey Felipe VI se sacó con el móvil de Marga Fernández, una trabajadora de la Central Lechera Asturiana, durante la visita a Granda.El selfie que el rey Felipe VI se sacó con el móvil de Marga Fernández, una trabajadora de la Central Lechera Asturiana, durante la visita a Granda
El selfie que el rey Felipe VI se sacó con el móvil de Marga Fernández, una trabajadora de la Central Lechera Asturiana, durante la visita a Granda

La celebración

Los números sirvieron a Armando Tellado, director general de Capsa -la corporación alimentaria en la que está integrada Central Lechera- para situar el peso de la compañía dentro del sector agroalimentario español. Con capacidad para mover 1.200 millones de litros al año, comercializa cuatro marcas diferentes, ha renunciado a los ingredientes artificiales y trata de garantizar el bienestar animal. Exporta a 40 países y la internacionalización es una de sus prioridades de futuro. De hecho, forma parte de uno de los ejes del plan estratégico puesto en marcha en 2015 y que se desarrollará hasta el año 2020. En ese campo hizo hincapié el responsable de Innovación y Desarrollo, José Ramón Iglesias. Ambos presentaron una empresa con medio siglo de vida que goza de buena salud.

Una vez contextualizado el cumpleaños, la siguiente parada fue para ver el origen de la materia prima, dos imponentes vacas frisonas, campeonas de los concursos de su especie, de la ganadería de Badiola, en Gozón. Badiola Atwood Cokketa y Badiola Alexander Merche recibieron tranquilas la visita real. Precisamente, Felipe VI preguntó por esa placidez a su propietario, el ganadero Paulino Badiola, que le explicó que ambas tienen tablas en esto de posar para autoridades y medios de comunicación. No solo son las estrellas de su raza, también producen 17.000 litros al año cada una.

Ya en el interior de la fábrica, el Rey comprobó todo el proceso de envasado de la leche y aprendió a entender el etiquetado. La mayor parte de las explicaciones las escuchó directamente de Víctor Santamarta, responsable de la fábrica de Granda, que le comentó desde la tecnología utilizada al proceso de etiquetado. Felipe VI, ataviado con bata blanca, se interesó por el número de trabajadores de la planta, preguntó por todo el tema de la innovación y finalmente reconoció que la etiqueta de los productos es transparente, lúcida y fácil de buscar en el supermercado. 

Al final del recorrido, en una de las naves de almacén esperaban los socios, los ganaderos y gran parte de la plantilla, con banderitas de España y Asturias y ganas de lanzar vítores el Rey. Muchos ya habían coincidido en 1970 con Juan Carlos I en una visita real que tenía otro sentido bien diferente, dar un impulso a un proyecto que acababa de nacer y que tenía como objetivo buscar una salida a los inestables precios de la leche que amenazaban conllevar a la ruina a los ganaderos. Lo sabe, por ejemplo, Juan Ramón González, ganadero de Las Regueras, que entró en Clas en 1968, pocos meses después de su formación. «Fue nuestra salvación», ha reconocido. Lo mismo piensa Raúl Fernández y su familia, los protagonistas del vídeo conmemorativo que también se han desplazado a Granda para participar en la celebración. «Pasamos muchas noches sin dormir», ha explicado Raúl Fernández, que recuerda la primera vez que Felipe de Borbón estuvo en Clas. El tiempo pasa, el entonces Príncipe de Asturias es hoy Rey y la explotación de este ganadero naviego ya está en manos de su nieta. Él pasó el testigo a su hija y esta, a su vez, a la siguiente generación.

Cuando Central Lechera todavía era un sueño cooperativo, Martin Luther King pronunciaba su famoso discurso en favor de la integración racial o cuando Gabriel García Márquez publicaba Cien años de soledad. Todo sucedió en 1967. «También entonces se esperaba el nacimiento de un futuro rey», ha recordado Bertino Velasco, presidente de Capsa. La cooperativa ganadera, en su terreno, también fue una revolución Velasco ha explicado que supuso una auténtica «dignificación de una de las profesiones más duras». Poco a poco, se implantó un servicio de sustitución para que los ganaderos pudieran tener descansos; se ofreció una asistencia técnica, asesoramiento en materia de sanidad animal, la gestión de seguros,... En 1969, solo dos años después puso en el mercado la primera botella de plástico no retornable. Durante estas cinco décadas ha seguido dando pasos en la innovación y ha crecido. «La unidad nos ha hecho más fuertes», ha insistido el presidente.

La ministra Tejerina comparte esta interpretación. Al término del acto, ha señalado que fue muy importante que alguien tuviera esa visión de que era necesario unirse en una cooperativa, porque ha generado riqueza. Pero también ha reconocido su capacidad para la modernización, de la que la fábrica de Granda es un buen ejemplo, y su apuesta por la calidad, algo imprescindible para la ministra.

A pocos días de cumplir 50 años, el Rey se dejó querer en Granda. No tomó la palabra pero se dio un baño de multitudes entre los socios y ganaderos, posó para fotos y selfies con una sonrisa permanente. Una de las imágenes más populosas es la que se tomó el propio Felipe VI con el móvil de una trabajadora, Marga Fernández, en medio de unos sobreexcitados trabajadores. Marga Fernández se lo pidió a bocajarro: «Sácala tú que tienes el brazo más largo. Se rió pero cogió el móvil y lo hizo. Le traté de tú porque soy mayor que él». Medio siglo no se cumple todos los días.