Un criminólogo asturiano abre una nueva vía en la investigación del crimen del pequeño Gabriel

Juan M. Arribas REDACCIÓN

ASTURIAS

Imagen de archivo de Ana Julia, con el padre de Gabriel, en un acto de apoyo a la familia
Imagen de archivo de Ana Julia, con el padre de Gabriel, en un acto de apoyo a la familia Chema Artero | EFE

Víctor Márquez apunta al móvil económico y aporta documentación sobre las deudas contraídas por Ana Julia en la República Dominicana

16 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El criminólogo asturiano Víctor Márquez mantiene una nueva teoría sobre el móvil de la muerte del pequeño Gabriel Cruz. Según Márquez, que aporta documentación sobre las deudas contraídas en la República Dominicana por Ana Julia Quezada, la presunta autora del crimen, el móvil económico podría haber sido una clave fundamental. El criminólogo sostiene que Quezada podría haber planeado un posible secuestro para obtener una cuantiosa suma de dinero. «El convencimiento a los padres por recibir información del posible paradero u otros que llevasen hacia alguna prueba del menor sería un posible móvil». Según la investigación que ha emprendido Márquez, Ana Julia Quezada mantiene una deuda de unos 40.000 euros en la República Dominicana.

«El asesinato podría ser premeditado junto al secuestro ya que mantener al niño con vida hasta cobrar la posible recompensa solo dificultaría el proceso y existiría un alto índice de riesgo a que fuese descubierta o posteriormente identificada. Es muy probable que utilizara las prendas del menor con objeto de confirmar una prueba a cambio de la recompensa, pero claro, para ello tendría que haber un cómplice», mantiene Márquez.

Un informe crediticio obtenido por Márquez podría avalar cierta teoría. Según la documentación que maneja el criminólogo, la presunta autora de la muerte del pequeño Gabriel mantiene una deuda por un crédito pedido en la Republica Dominicana de unos 35.000 euros. Es curioso que la propia Ana Julia recomendó a su novio que elevase la cantidad que la familia ofrecía de recompensa a 30.000 euros. Además llama mucho la atención que hubiese un cambio de domicilio en dicho informe dos días después de la desaparición del menor.

Inicialmente, el padre de Gabriel dijo que sus amigos y compañeros le habían animado para que ofrecieran diez mil euros a cambio de información del niño nada más producirse la desaparición. Nunca más se volvió a hablar de cifra alguna por recomendación de los propios agentes, si bien, según distintas informaciones, Ana Julia insistió a Ángel Cruz para que anunciaran que gratificarían con 30.000 euros a quien ayudara. Esa cifra salió después de que apareciese la camiseta del pequeño.

Márquez esgrime además un informe policial de su país de origen que descarta la tenencia de cualquier tipo de antecedentes policiales. «Por tanto, quizás nos encontremos con patrones similares a los establecidos por el profesor de criminología David Wilson de la Universidad de Birmingham. En su estudio elaborado sobre los asesinos en serie donde los clasifica según su experiencia y relata cómo los asesinos (amateur) carecen de historial policial, del uso de armas y asesinan forzados por necesidades económicas. Debido a esta posible clasificación, es muy probable que llevase a cometer fallos a la presunta autora como el de la camiseta que la pusieron en el punto de mira de los investigadores de la guardia civil y cometiese el siguiente error debido a la astucia de los agentes», sostiene Márquez.

«Este caso tiene muchas incógnitas, pero creo es sumamente importante elaborar un perfil criminal infiriendo en los aspectos psicosociales con análisis psicológico, criminológicos, criminalísticas y forense con el fin de identificar la tipología de persona para que los investigadores puedan utilizar como herramienta para dirigir los interrogatorios, descartar otros posibles cómplices, en definitiva, para intentar establecer un móvil que permita continuar con el buen desarrollo y esclarecimiento de los hechos», asegura Márquez.

Según el criminólogo, es muy probable que el traslado del cadáver se debiese al miedo a que fuese descubierto, pero no porque este le pudiese delatar como asesina, pues es posible que intentase borrar toda prueba que la incriminase, sino porque acabaría con el objetivo principal del móvil, el económico, si encontrasen el cadáver, se acabaría la recompensa.