¿Qué? y ¿por qué?: Las preguntas del periodismo ante la violencia de género

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

Desde la izquierda, Marian Martínez, Patricia del Gallo, Pilar López, Chelo Tuya y Susana Machargo
Desde la izquierda, Marian Martínez, Patricia del Gallo, Pilar López, Chelo Tuya y Susana Machargo Tomás Mugueta

La especialista Pilar López propone, en una mesa redonda con cuatro periodistas asturianas, dar un paso más en el tratamiento de las noticias para romper con los estereotipos adquiridos

18 abr 2018 . Actualizado a las 13:13 h.

Dice Pilar López que los periodistas necesitan cambiar el modo en el que abordan las noticias relacionadas con la violencia de género para dejar de tratarlas como un suceso y tratarlas como una violación de los derechos humanos. Para conseguirlo es necesario aparcar la plantilla típica de los sucesos, en los que se plantea qué ha pasado, dónde, cómo y quién para profundizar en el por qué ha sucedido ese asesinato. Y ese por qué está en la primera página de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género aprobada en el año 2004. «Matan para someter porque se consideran superiores», señala esta doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, que se ha especializado en la investigación sobre los contenidos mediáticos y su regulación desde la perspectiva de género. López tuvo a su lado a cuatro profesionales asturianas, de dilatada trayectoria, que expusieron su experiencia en el día a día, sus necesidades y que confrontaron las dificultades para llevar a la práctica toda esa teoría. Chelo Tuya, de El Comercio; Marián Martínez, de La Nueva España; Patricia del Gallo, TPA, y Susana D. Machargo, de La Voz de Asturias y directiva de la Asociación de la Prensa de Oviedo.

Ese encuentro se produjo durante la mesa redonda El periodismo ante la violencia de género: una toma de conciencia, una actividad organizada por la Concejalía de Atención a las Personas e Igualdad del Ayuntamiento de Oviedo y la Asociación de la Prensa de Oviedo (APO), que llenó el Salón del Té del Teatro Campoamor. Al acto acudieron, entre otros, la concejala responsable del área, Marisa Ponga; la concejala de Educación, Mercedes González; la directora del Instituto de la Mujer, Almudena Cueto; el presidente de la APO, Ceferino Vallina; y la Secretaría del Área Igualdad de la Federación Socialista Asturianas (FSA), Ana González.  

Pilar López reconoció que gracias a la Ley de Violencia de Género España es uno de los países más avanzados en el mundo en el modo de abordar este problema social, también desde el punto de vista de los medios de comunicación. Como ejemplo de un país que todavía anda perdido se encuentra Italia, con un sangrante número de asesinatos y que ni siquiera posee estadísticas porque ha sido incapaz de definir qué es violencia de género. España es, de hecho, un espejo en el que se miran otros datos. Pero como no hay que caer en la autocomplacencia, esta especialista cree que ha llegado de dar un paso más. Eso supone contar con periodistas concienciados y con experiencia que conjuguen «agencia y agenda». Esto supone contar la noticia pero después llamar a especialistas que puedan profundizar en las razones psicológicas y sociales de este drama.

Las periodistas asturianas expusieron en la mesa las dificultades que se encuentran para ejercer su trabajo de acuerdo a esos estándares. Los problemas para conseguir fuentes oficiales, el modo en el que se redacta una noticia, los tiempos que tienen que manejar, la necesidad de contar con imágenes y también un elemento intrínseco a la profesión, la competitividad. Pilar López asumió estas dificultades pero insistió en el deber de iniciar un cambio de modelo.

Durante el posterior coloquio con el público, surgieron interesantes aportaciones para mejorar el tratamiento de las noticias en la violencia de género, como por ejemplo la posibilidad de firmar protocolos de actuación que implique a las fuerzas de seguridad y a las instancias judiciales, para profundizar en los cauces de comunicación entre todos los estratos implicados en investigar un asesinato de violencia de género, contarlo y condenar al culpable. Quedó sobre la mesa otro guante: la necesidad de educar para romper esos estereotipos que subyacen en este tipo de violencia contra las mujeres o violencia machista, como prefieren denominarla algunas profesionales de la comunicación. Porque el lenguaje también fue objeto de debate.