Universitarios a tiempo parcial

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

Laura Castellanos prepara, en el comedor de su casa, la última asignatura que le queda para terminar el grado de Biología
Laura Castellanos prepara, en el comedor de su casa, la última asignatura que le queda para terminar el grado de Biología

Medio millar de alumnos opta por esta matrícula que permite compatibilizar estudios y trabajo. La ovetense Laura Castellanos, a punto de graduarse en Biología, cuenta su segunda oportunidad

14 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Aprovechaba para estudiar a la hora de la siesta del niño o se pegaba atracones a madrugar. Tenía que rascar minutos entre los desayunos, las horas del trabajo o la hora de la compra. Pero ya está en la recta final. A Laura Castellanos solo le queda un parcial y una asignatura para graduarse en Biología. Aunque algunos de sus compañeros la confundan con una profesora, esta ovetense de 30 años está a punto de acabar la carrera que dejó colgada cuando le quedaban solo seis materias. Ha vuelto a las aulas animada por su marido, entre otros motivos, para no tener que explicarle a su hijo Mateo por qué cometió aquella inconsciencia. Compaginarlo con la familia y el trabajo no ha sido fácil. Reconoce que ha acudido a alguna tutoría con el bebé en brazos porque no tenía con quién dejarlo. 

Laura Castellanos es una de las asturianas que elige la denominada evaluación diferenciada, con matrícula a tiempo parcial, en la Universidad de Oviedo. En realidad, en función de cada programación docente, se flexibilizan las exigencias para aquellos estudiantes que compaginan su formación con otras actividades y que se matriculan de menos créditos. Pueden eximirles de ir a clase o encargarles trabajos complementarios para sustituir las prácticas. Pero tienen que superar sus exámenes. Lo que dice, en concreto, el reglamento aprobado en junio de 2013 es que los estudiantes que sigan el régimen de dedicación a tiempo parcial podrán someterse a una evaluación diferenciada, que podrá consistir en una prueba única, o en un conjunto de pruebas y trabajos. Los estudiantes deben solicitarla mediante un escrito razonado dirigido al decano o al director del centro. 

El objetivo es tratar de adaptarse a las necesidades de todos los estudiantes y ampliar las oportunidades para completar una formación superior. Para profundizar en ese camino, el Consejo de Gobierno de la Universidad de Oviedo aprobó hace unas semanas un nuevo reglamento de matrícula y regímenes de dedicación de estudiantes de grado y máster, actualizando los que estaban vigentes. En el régimen de dedicación a tiempo completo se amplió el número de créditos en los que los alumnos se pueden matricular hasta un máximo de 90 (hasta ahora el límite estaba en 60). En el caso del régimen de dedicación parcial, se redujeron a 18 los créditos mínimos para matricularse y se situó el techo en 42.

La cifra de matriculados a tiempo parcial ha ido creciendo desde su implantación en el curso 2014-2015. Solo este año, a falta de los datos definitivos, ha pegado un pequeño resbalón. El curso pasado tocó techo con casi medio millar de estudiantes. Por carreras, las relacionadas con ramas económicas y márketing son las que tienen más tirón. Administración y Dirección de Empresas (Ade) encabeza el listado por tercer curso consecutivo, con entre 35 y 45 estudiantes con matrícula a tiempo parcial que reclaman la evaluación diferenciada. También aparecen en los puestos de cabeza Comercio y Márketing, y Contabilidad y Finanzas. Magisterio por Primaria también está comenzando a tener estudiantes que se decantan por esta modalidad.

El caso de Laura

Ahora que ya ve la meta a la vuelta de la esquina, Laura Castellanos reconoce que esta modalidad le ha dado la posibilidad de terminar Biología pero matiza que es muy duro. No ir a clase, no tener contacto diario con compañeros y profesores, convierte el estudio en un proceso muy solitario. Si además, como es su caso, tiene que compaginarlo con la crianza de un niño pequeño y con un trabajo, algunas veces el reto parece insuperable. Pero ella lo está consiguiendo y con nota. Estuvo tentada a abandonar de nuevo pero la frenaron los ánimos de sus profesores que han llegado a decirle que es «una crack» por los resultados que está obteniendo. Le ha cogido el gusto a estudiar. Tanto que ya se plantea, una vez que termine, preparar el BIR, el examen para convertirse en Biólogo Interno Residente, y así algún día, quizá, poder trabajar en la administración.

«Me entró sentimiento de culpa». Esta joven ovetense recuerda sus sentimientos cuando decidió volver a la Universidad. Había abandonado la carrera, cuando todavía era el plan antiguo, con una asignatura de tercero y varias de quinto pendientes. Había comenzado a trabajar, tenía dinero en el bolsillo y compatibilizar los estudios con una jornada laboral era duro. Así que cedió a la tentación. Pero pasó el tiempo y pronto comprendió que había cometido un error. La actual vicerrectora de Estudiantes, Elisa Miguélez, fue una de las que la animó a retomar su formación, algo que hizo matriculándose de nuevo en el curso 2016/2017.

Como tenía pendiente una materia de tercero, no pudo hacer la adaptación al grado. Bolonia ya había interferido en su camino. Tuvo que pelear convalidaciones y matricularse de todo lo demás. Eligió el régimen parcial con la evaluación diferenciada, el único que podía compatibilizar con su trabajo a media jornada, que nada tiene que ver con la Biología. No ha podido asistir a clase pero se ha superado a sí misma aprobando cada examen, poco a poco, como una hormiga.

El 24 y el 25 de mayo tiene marcados los dos últimos. Ya hace planes para después de graduarse. Ahora que su hijo Mateo empieza al colegio todo será más fácil. Tendrá más tiempo para estudiar pero los másteres son demasiado caros. Por eso el BIR parece su mejor alternativa. No tiene pensado dejar de estudiar. No cometerá dos veces el mismo error. Quiere sacar rendimiento a todo el esfuerzo que han hecho ella y sus familiares.

«Para un grado completo de cuatro años es una locura. Pero es una buena oportunidad para gente que puede estar como yo», advierte esta casi licenciada de Biología, que supo aprovechar su segunda oportunidad.