Pedro Sánchez ha mantenido una relación de amor-odio con Asturias desde que en el año 2014 decidiese optar a dirigir el PSOE a nivel nacional. El ahora líder del PSOE ha encontrado en el Principado a alguno de sus más firmes rivales internos, representados por un Javier Fernández que tomó las riendas del partido como presidente de la gestora tras el congreso en el que los socialistas pusieron fin a la primera etapa de Sánchez como secretario general de la organización. Pero también en Asturias ha conseguido sumar a alguno de sus más fieles apoyos. Adriana Lastra y María Luisa Carcedo son dos figuras claves en la vida política de Sánchez y están en todas las quinielas para ocupar cargos relevantes si no hay sorpresas y Sánchez acaba siendo presidente. También Hugo Morán forma parte de su actual ejecutiva.
Las primarias del PSOE de 2014 marcan el inicio de las tensiones entre Sánchez y la Federación Socialista Asturiana (FSA). En esos comicios internos Sánchez arrasó gracias al apoyo de Susana Díaz, la líder del partido en Andalucía que tres años más tarde acabaría siendo su principal rival. En aquella cita, aunque oficialmente la FSA no se decantaba por ningún candidato el apoyo a Eduardo Madina era más que tácito en una elección interna en la que José Antonio Pérez Tapias cerraba la terna de aspirantes.