Las previsiones meteorológicas no son nada halagüeñas debido a las continuas borrascas que invaden el Principado
08 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Se dice que «hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo»; sin embargo, el nueve de junio se acerca y nada apunta a que los cielos grises y las posibles lluvias desaparezcan del escenario climático del Principado de Asturias. Las borrascas y el anticiclón de las Azores son los principales culpables de este retraso del buen tiempo, que también está evitando que suban las temperaturas. Y según parece, habrá que esperar hasta finales de mes para ver si de verdad el verano se dejará ver.
Según prevé la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), aún queda, por lo menos, una semana más de nubes persistentes y precipitaciones suaves. De hecho, hasta el miércoles de la semana que viene se estima que permanecerá esta situación en los cielos asturianos. Por fortuna, las temperaturas no serán especialmente frías, ya que las mínimas oscilarán entre los 11 y 13 grados y las máximas entre los 18 y los 21, lo que se considera bastante agradable para la inestabilidad característica de esta estación del año.
Si bien, la preocupación por saber cómo se presentará el verano en la región va en aumento. Se dice que «a invierno lluvioso, verano caluroso». Este invierno estuvo caracterizado por la llegada de las primeras borrascas en carrusel, que dejaron fuertes precipitaciones desde enero hasta marzo, siendo este último mes el más lluvioso de los últimos 10 años. Abril, por su parte, ha sido previsiblemente húmedo, y mayo dejó varios días de sol, coincidiendo con la festividad de Martes de Campo (22 de mayo) como el último día de cielos despejados y temperaturas elevadas. Desde entonces, el color gris es norma en lo más alto y la luz escasea a pesar de que los días son más largos. Con todo, se espera que ello sea augurio del refrán que dice «junio al principio lluvioso, será un verano hermoso».