Ojos secos: el problema está en la córnea

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

El doctor Ignacio Alcalde, investigador principal en la Fundación de Investigación Oftalmológica (FIO)
El doctor Ignacio Alcalde, investigador principal en la Fundación de Investigación Oftalmológica (FIO)

Una investigación del Instituto Universitario Fernández-Vega descubre las causas de la enfermedad y mejora el tratamiento de esta patología que crece asociada a las nuevas tecnologías

04 jul 2018 . Actualizado a las 14:12 h.

Más del 11% de los españoles tienen que acudir a una consulta oftalmológica porque sufre un problema de ojo seco. Los especialistas reconocen que es uno de los principales motivos para pedir una cita. Los que lo padecen sienten molestias, pesadez y sensación de como de arenilla, que se incrementa en las personas que pasan muchas horas delante de una pantalla de ordenador o expuestos al viento o a un ambiente seco. Un equipo de investigadores españoles de la Fundación de Investigación del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo, en colaboración con otras instituciones, ha conducido una investigación que mejora el tratamiento y que dirige dianas terapéuticas más específicas y eficaces. Han descubierto que el origen de la patología es una alteración en la córnea, lo que puede servir para incrementar las prevención con efectos neuroprotectores.

El doctor Jesús Merayo Lloves, director del Instituto Universitario Fernández-Vega e investigador principal en esta patología, explica que en los últimos años la prevalencia de esta enfermedad ha aumentado de manera considerable. Hábitos como el uso de pantallas de visualización de datos, especialmente en jóvenes; la exposición a ambientes tóxicos, como el humo del tabaco; o efectos secundarios de cirugías, pueden favorecer la aparición de síntomas. Merayo también explica que es frecuente encontrar pacientes con ojo seco en el contexto de enfermedades de la piel como la rosácea y enfermedades autoinmunes como las reumáticas o hipotiroidismo. Este experto subraya que, en general, se trata de una dolencia bien diagnosticada y tratada, aunque en ocasiones se subestima su diagnóstico, ya que el paciente se acostumbra a los síntomas y el profesional sanitario en ocasiones no tiene evidencia de que pueda ser grave.

El tratamiento consiste en la aplicación de medidas preventivas para evitar los factores de riesgo, la lubrificación de la superficie ocular con colirios de lágrimas artificiales y medidas de higiene de los párpados. En ocasiones se emplean además antiinflamatorios, tanto tópicos como sistémicos. «Para los casos más graves se puede necesitar colirios regenerativos y medicación por vía oral. Si se logra hacer un diagnóstico de la causa de la enfermedad se trata la patología sistémica», ha indicado el especialista

El profesor, Luis Fernández-Vega, presidente de la Fundación de Investigación Oftalmológica (FIO), uno de los retos más importantes en el marco del ojo seco es la educación sanitaria «sobre un problema que afecta a millones de personas». Esta educación debe estar dirigida no solo al paciente sino también a todos los profesionales sanitarios que se pueden encontrar con esta enfermedad. «Con esta educación se evitarían los factores de riesgo y se diagnosticaría la enfermedad en etapas menos graves», ha valorado.

El doctor Ignacio Alcalde, investigador de esta patología en la FIO, ha recordado que el origen de la enfermedad es difícil de determinar, ya que los síntomas se presentan en ocasiones a partir de otras patologías como condiciones autoinmunes o lesiones después de una cirugía. No obstante, ha aclarado que el envejecimiento parece ser el factor principal y que más peso aporta, que se puede agravar con la condicionante del género (las mujeres son más proclives a desarrollar la enfermedad) o agentes ambientales locales.

Los doctores Jesús Merayo e Ignacio Alcalde forman parte del equipo de investigación que ha conseguido identificar un factor que se perfila como desencadenante de la inestabilidad en la superficie ocular asociada al ojo seco. Su investigación, desarrollada en el Instituto Universitario Fernández-Vega de Oviedo, ha sido publicada en la prestigiosa revista científica Journal of Comparative Neurology, y es un ejemplo de colaboración público-privada.

Sus hallazgos pueden suponer un auténtico cambio de paradigma en este campo, ya que identifican como causa de la sintomatología una alteración de la inervación de la córnea, lo que podría orientar el tratamiento a la prevención buscando efectos neuroprotectores. Además, «nuestros resultados ofrecen una posibilidad muy interesante para pensar en un tratamiento de los síntomas en personas que ya padecen la enfermedad. El hallazgo de que una de las poblaciones neuronales que estudiamos resultó ser de carácter nociceptor  (esto es, neuronas que transmiten sensación de dolor y que intervienen también en procesos inflamatorios) y que su funcionamiento está alterado, abre la vía para diseñar fármacos específicos contra esta nueva diana terapéutica. De esta manera pensamos que sería posible inhibir específicamente las señales dolorosas que transmiten estas neuronas», ha explicado el alcalde.