El truco de los grandes éxitos discográficos

Juan M. Arribas REDACCIÓN

ASTURIAS

MELENDI, EN CONCIERTO
MELENDI, EN CONCIERTO CESAR QUIAN

03 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hablar de listas de ventas de discos de oro y platino en España se presta a engaño. Es lo que ha denunciado una página web, odiomalley.com. Por un lado están las cifras abiertas de Promusicae, y por otro los datos cerrados y que están disponibles solo para los socios. La citada web ha tenido acceso a ese tesoro oculto y el resultado es que el oro y el platino más parece cobre. Los datos de la segunda quincena de junio revelan que Amaia Montero solo con vender 1.480 copias alcanzó el número 1. Por poner otro ejemplo Niña Pastori se consiguió colar en el top 10 con menos de 400 discos vendidos. Y Antonio Orozco movió 72 copias.  La web denuncia también la sobrecertificación de ventas. Manolo García, certificado como platino, vendió realmente 27.749 copias de su último disco, por lo que le faltarían 12.251 ejemplares para las 40.000 reglamentarias. La lista de ventas refleja batacazos como el de Laura Pausini con solo 4.900 discos vendidos en tres meses o David Demaría, con 2.100 ejemplares en dos meses. O Pitingo, con algo más de 800 copias vendidas en un mes. La parte positiva la representan Pablo Alborán, con 172.000 discos o Pablo López, con más de 60.000. Y la parte asturiana: Melendi se defiende. Sin incluir el mes de julio, el músico ovetense había despachado 23.983 discos desde su lanzamiento de Ahora. Cifras inferiores a otros trabajos, pero con un mínimo de ventas. Luz Casal, asturgallega, vendió 10.000 discos de Qué Corra el Aire en tres meses, sin incluir julio. Cifras, como se ven, muy bajas y que reflejan cómo el mercado del disco está en una completa revolución. Odiomalley añade otra situación curiosa: alcanzar el número  1 en música digital no es muy complicado. Se trataría de comprar unas descargas, con una inversión discreta, hacen un pantallazo y lanzar una nota de prensa anunciando el éxito arrollador. Un número 1 del siglo XXI.