La playa de Peñarronda forma parte de la Reserva de la Biosfera Oscos-Eo
02 abr 2019 . Actualizado a las 10:31 h.Una de las mejores opciones para practicar surf en la península es, sin duda, acudir a sus playas del norte. Galicia, Cantabria y País Vasco poseen arenales idóneos para la actividad y, como no, también Asturias. Una de estas playas perfectas para surcar olas es la Peñarronda, situada en Barres, entre Castropol y Tapia de Casariego. Este arenal de 600 metros de longitud se enclava entre dos acantilados, La Robaleira y la Punta del Corno. El nombre de Peñarronda le viene dado por la Pedra Castelo, roca redonda que se encuentra situada en el medio del arenal. Se encuentra muy bien ubicada y señalizada y puede accederse en coche (aparcamiento a menos de 500 metros) o a pie. Es la playa más extensa del concejo y la más visitada.
Fue declarada Monumento Natural el 3 de octubre de 2002 debido a que es la única zona de las costas asturianas donde sobrevive el Malcomia littorae o alhelí de mar, además de ser una zona de nidificación del ostrero euroasiático. Esta playa, dividida por el arroyo del mismo nombre se caracteriza por poseer una arena fina dorada. En su parte más occidental los vientos del noroeste han creado un campo dunar que da cobijo a una variada flora.
Su entorno es rural y su peligrosidad media. Las ráfagas de viento que se forman en este arenal provocan un oleaje óptimo para la práctica de surf y otros deportes acuáticos, de hecho, está clasificada como «Categoría 2». Es por eso que cada año atrae a decenas de surfistas de distintas partes de la península que llegan a Asturias con la intención de cazar todas las olas posibles. Por esta zona se encuentran varias escuelas de surf que imparten cursos durante prácticamente todos los días del año.
Además, de ofrecer deportes acuáticos, Peñarronda también es apta para la pesca, submarina o no. Pero si lo que prefieres es un baño, la playa cuenta con zonas de baño bien señalizadas, con salvamento y vigilancia. También cuenta con un chiringuito en el que refrescarse o comer algo antes de finalizar la jornada de playa. Es esencial que, para disfrutar Peñarronda como es debido, proteja el paisaje y cuide el entorno. Solo así el paraíso natural asturiano podrá seguir siendo tan verde, pulcro y bello.
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