Los alumnos asturianos rompen barreras leyendo

Susana D. Machargo

ASTURIAS

Un informe reconoce que el Principado consigue que alumnos con dificultades socioeconómicas disfruten de altos niveles de literatura. El sistema está muy por encima de la media nacional y europea

24 ago 2018 . Actualizado a las 08:58 h.

La escuela asturiana rompe barreras gracias a la lectura. Así lo confirma un informe encargado por la propia Consejería de Educación que toma como base los datos internacionales del estudios PIRLS 2016, una investigación que mide la comprensión lectora de millones de niños de 10 años en todo el mundo. ¿Qué quería saber el Principado? Su idea era descubrir qué resultados obtenían aquellos alumnos más desfavorecidos, los que viven en un contexto socioeconómico más degradado. Las conclusiones superan las expectativas. Uno de cuatro estudiantes con peores expectativas está en el grupo de compañeros con mejores resultados. Esa proporción está muy por encima de la media española e, incluso de la europea. Se sitúa cerca de Finlandia, el estado que todo el mundo mira como referente. Esto supone, según los autores, que la educación está siendo un medio efectivo para corregir desigualdades.

El término técnico de lo que miden es la resiliencia lectora. La persona resiliente es la que tiene una gran capacidad de adaptación a las situaciones adversas. Dentro de la enseñanza, la resiliencia relaciona dos variables diferentes, el rendimiento académico con el nivel socioeconómico y cultural del alumnado. En este trabajo el rendimiento son los resultados obtenidos en el PIRLS 2016 y el nivel socioeconómico y cultural se mide con el denominado ISEC, un indicador que se construye con unos cuestionarios que responden las familias. Se mide desde el número de libros en casa al nivel de estudios de los progenitores o sus empleo. Al final se supone que una población con alta concentración de escolares resilientes «es aquella que compensa en gran medida la desventaja socioeconómica a través de la acción educativo».

La edad de los alumnos, en este caso, es de vital importancia. La prueba PIRLS se hace a los 10 años precisamente porque es la edad a la que los alumnos ya leen con soltura y empiezan a utilizar la lectura para aprender. Ya tienen la habilidad de comprender, son capaces de contruir un significado a partir de una variedad de texto y saben lo que es disfrutar leyendo. Asturias participó por primera vez en 2016 con 947 estudiantes de 50 centros, que representaban a aproximadamente 7.600 estudiantes de cuatro de Primaria.

La primera conclusión es que existe una gran variación entre países y regiones y que no se puede realizar ni siquiera una estructuración entre el norte o el sur de Europa. Tampoco se corresponde el ránking con el formado por los que tienen mejores resultados en global. De hecho, el estado que mejor corrige desigualdades gracias a la lectura es Polonia, seguido de Italia e Irlanda del Norte. La media europea es del 20,5% y la española del 20,9%. Es decir, que el 20,9% de los alumnos de 10 años con un contexto más desfavorable aparecen en el grupo de cabeza con mejores resultados. En Polonia ese porcentaje rebasa el 42%. Asturias alcanza el 26,4%. Esto supone que rompen barreras uno de cada cuatro.

El Principado partía con ventaja en este estudio. Sus resultados generales del PIRLS ya eran mejores que la media nacional y que la tasa de la Unión Europea (UE). Si la medida de referencia son 500 puntos -una vez analizadas todas las variables que entran en el informe- Asturias logró 548 puntos, 10 por encima de la UE y 20 puntos más que España.