Ocho concejos han cambiado de alcalde en este mandato sin haber votado

Raúl Álvarez REDACCIÓN

ASTURIAS

 Adrián Barbón (2i), y el coordinador general de IU de Asturias, Ramón Argüelles (2d),
Adrián Barbón (2i), y el coordinador general de IU de Asturias, Ramón Argüelles (2d), JLCereijido

Dimisiones, juicios por corrupción, fallecimientos y mociones de censura han alterado el mapa salido de los comicios del 2015. Los partidos piensan ya en las elecciones de mayo del 2019

02 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con las próximas elecciones municipales a nueve meses de distancia, la actividad política en los ayuntamientos cuando su actividad recupere el ritmo habitual tras el funcionamiento pausado del verano se centrará en preparar los comicios. Los partidos se enfrentan a la necesidad de acentuar sus diferencias para realzar su perfil ante los votantes y la selección de los candidatos y la elaboración de los programas desviará hacia la vida interna parte de sus energías. El esfuerzo será más intenso en los ocho concejos cuyo alcalde actual no es el investido en el 2015, después de los comicios anteriores. Los vaivenes de la vida política han sido más intensos ahí y han llevado a relevos. Los nuevo regidores deben pasar un examen para revalidar en las urnas los cargos obtenidos por diversas circunstancias: fallecimientos, dimisiones, mociones de censura o cambios en los destinos políticos de sus predecesores.

Esos cambios en ocho de los 78 concejos asturianos significan que en más del 10% de los ayuntamientos los alcaldes investidos en el 2015 no han conseguido completar su mandato. Ha sucedido en Caso, Laviana, Lena, Morcín, Peñamellera Alta, Pravia, Tapia y Villayón. Y estuvo a punto de suceder en Aller, donde, para evitar la dimisión que le pedía su partido, el alcalde David Moreno dejó el PSOE y se llevó con él como no adscritos al resto de los concejales elegidos en la lista socialista. Algunas de las sustituciones fueron verdaderas sorpresas por la celeridad con la que se fraguaron, lo que contrasta con otra que no ha cuajado en más de tres años. El verano se ha pasado en charlas sobre una posible moción de censura en Gijón, pero la izquierda, de nuevo, ha sido incapaz de cerrar un acuerdo a tres bandas (PSOE, Xixón Sí Puede, IU) para poner fin a la etapa de Carmen Moriyón. La falta de autonomía de los municipios para convocar elecciones tras dimisiones o mociones de censura da lugar en ocasiones a situaciones y alianzas inconcebibles en otros ámbitos de la política. 

Menos de seis meses

Por orden cronológico, el primer alcalde en arrojar la toalla, pasado apenas medio año desde las elecciones, fue Antonio de Luis Solar. En noviembre del 2015, el regidor de Pravia (PSOE) anunció su salida del cargo al abrirse juicio oral contra él por el caso de los parquímetros, unas acusaciones de contratación irregular de la zona azul del municipio que se arrastraban desde el mandato anterior. Se reincorporó a su puesto en la plantilla de la casa de la cultura de Cangas de Onís y en los tribunales consiguió una victoria parcial y una derrota definitiva. En el 2016, un juzgado de primera instancia le absolvió, pero el año pasado la Audiencia Provincial, ante la que recurrieron las acusaciones, lo consideró culpable y lo condenó a siete años de inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos.

La frontera del juicio oral, definida como el umbral de la dimisión en el código de conducta que el PSOE asturiano espera de sus cargos públicos, también forzó la dimisión de Tomás Cueria en Caso. El alcalde renunció a su cargo a principios de julio del 2017 tras una denuncia de IU, que le acusaba de prevaricar en una contratación destinada a la prevención de incendios. Cueria aseguró que no había nada más que malicia política tras las acusaciones y la sentencia le reivindicó. En febrero de este año, un juzgado de Langreo decidió su absolución al no encontrar pruebas de que los hechos contenidos en la querella fuesen constitutivos de delito.

En Aller, sin embargo, David Moreno no dimitió cuando se le abrió juicio oral (junto a su antecesor en la alcaldía, el también socialista Gabriel Pérez Villalta) por prevaricación en la concesión de subvenciones a un club deportivo. En abril del 2017, acompañado por los otros cinco integrantes de su grupo municipal, fue expulsado del PSOE, que los considerá a todos tránsfugas, y ahora es un no adscrito que sigue en el cargo. Las conversaciones de la oposición para desalojarle no fructificaron. En febrero de este año, una juez de Oviedo decidió su absolución.

De alcaldes a referencias autonómicas

En Laviana y Lena, la dimisión de sus alcaldes no tuvo que ver con la corrupción, sino con el ascenso de ambos a la política regional. Adrián Barbón ha ascendido a la secretaría general de la Federación Socialista Asturiana, a la que llega tras la larga etapa de Javier Fernández, y será el próximo candidato del PSOE a la presidencia de Asturias. Desde octubre del 2017, su sustituto en Laviana es Julio García, que había sido su vicealcalde. Barbón siguió un camino similar al que, un año antes, emprendió desde Lena Ramón Argüelles, que dio el salto a la coordinación autonómica de IU en Asturias al ganar las primarias de la coalición tras nueve años en la alcaldía. Su marcha significó la investidura de Genma Álvarez, la primera mujer que ha ocupado el cargo en el concejo. Antes que ellos, en los primeros días del 2016, Rosa Domínguez de Posada (Foro Asturias) había renunciado a la alcaldía de Peñamellera Alta, en la que llevaba casi 13 años. Fue elegida senadora en las elecciones generales de diciembre del 2015 y no podía compatibilizar ambos cargos. Su compañero José Antonio Roque fue investido como su sucesor.

Villayón perdió en marzo del 2016 a Ramón Rodríguez (PP), el único alcalde que había conocido el concejo desde 1980. Rodríguez, enfermo, falleció en la UVI del HUCA en Oviedo. Era el más antiguo de todos los regidores asturianos. Estefanía Rodríguez, que era su teniente de alcalde, se convirtió así en la primera alcaldesa del concejo. Se da la circunstancia, además, de que, en una corporación con solo nueve integrantes, se ha producido otra baja por fallecimiento en este mandato. Juan Ventura Méndez, el único representante de IU en el Ayuntamiento, murió en julio del 2017.

Censura en Morcín

Los tres años largos transcurridos desde las elecciones han dejado tiempo para una moción de censura. En Morcín, el socialista Jesús Barbao se vio desalojado de la alcaldía en mayo del 2017 por un cambio en la relación de fuerzas en un pleno sin mayorías absolutas. En el 2015 había conseguido su tercer mandato con el mismo número de concejales que IU y gracias a las abstenciones en la investidura de Somos, PP y el partido local AMI. Dos años después, Somos y AMI unieron sus fuerzas con IU para elevar a Mino García a la alcaldía. Desde entonces, la coalición ha alcanzado una cuota de poder que nunca había conocido en la comarca del Caudal. Gobierna en cuatro de sus cinco concejos: Mieres, Lena, Riosa y Morcín. Solo Aller se le escapa.

En Tapia no hubo moción de censura, pero la alcaldía se le ha escapado de las manos al PP. Alegando cansancio después de 35 años en la política local y con 65 años cumplidos, Enrique Fernández anunció su dimisión el pasado mes de mayo. Con el PP (el partido con más votos) y el PSOE empatados a cinco concejales, la decisión de dar la alcaldía a uno o a otro estaba en manos del único representante de Foro Asturias, que se inclinó por los socialistas. De esa manera, Ana Vigón se convirtió en junio en la primera alcaldesa del concejo.