Los 280 kilos de basura de la otra vuelta a España

Elena G. Bandera
Elena G. Bandera REDACCIÓN

ASTURIAS

Rafa Sanchís, que recorre España en bici con un carro para reciclar los residuos que encuentra en espacios naturales, recogió a su paso por Asturias ocho kilos del puente romano de Cangas de Onís, otros seis de Aguilar y sacó hasta dos ruedas de camión del Eo

07 sep 2018 . Actualizado a las 08:28 h.

Un paquete de pipas Churruca con fecha de consumo preferente de agosto de 1997. Otro envoltorio de patatas que ya no se llaman Matutano desde 1997. Son dos de los envoltorios que Rafa Sanchís, un valenciano de 27 años que desde el 14 de julio recorre España en bicicleta para recoger basura de los espacios naturales, se encontró en el río de la playa de Aguilar, en Muros de Nalón, a su paso por Asturias. Los dos envoltorios, pese a que posiblemente fueron tirados por alguien hace más de 21 años, estaban prácticamente intactos. «Es motivo suficiente para que nos empecemos a plantear las compras que hacemos y cambiemos el plástico por envases sostenibles en nuestro día a día», escribía sobre su visita a la playa asturiana Sanchís en el perfil de Facebook que ha abierto para ir narrando su aventura, a dos ruedas y con un carro enganchado a la bici en el que carga la basura que va recogiendo por donde pasa.

«Antes de salir de Valencia», en donde inició su viaje en busca de los residuos que nadie recoge, «sabía que había basura porque paso muchas horas en la naturaleza, pero hasta que no me empecé a fijar no me había dado cuenta de la barbaridad de residuos que hay en la naturaleza». Por ello, su objetivo con este viaje es visibilizar la cantidad de basura que se acumula en los espacios naturales y concienciar a la sociedad para que se pase a la acción. 

Y un paso es dejar el plástico a un lado. «La basura en los espacios naturales es un problema de la gente que ensucia, que no son todos sino pocos. Lo que si hacemos todos y yo me incluyo es un consumo excesivo del plástico en el día a día. Nuestras compras de comida son prácticamente todas envasadas. Si conseguimos hacer ese cambio de consumo de plástico creo que aún podemos revertir la situación en los espacios naturales de España. Si no hacemos ese cambio, estamos abocados al desastre», dice Sanchís, que ya lleva recorridos algo más de 1.600 kilómetros y unos 280 kilos de basura recogida y reciclada. Buena parte de esos kilos de residuos que no van a a acabar en el mar son botellas de plástico, que tardan varios cientos de años en degradarse. 

«Al final, todo acaba en el mar»

Precisamente la idea de iniciar Miss Pachamama, el nombre de este proyecto con el que Sanchís rinde homenaje a la diosa inca de la naturaleza, la madre tierra, parte de una gran verdad: «Al final, todo acaba en el mar». Se la dijo un alemán que se encontró limpiando playas en Ibiza en junio. «Estaba haciendo la vuelta a la isla en kayac en solitario y me encontré que las playas estaban sucias. Hablar con este hombre me hizo reflexionar. Seguí avanzando en mi viaje y, en la siguiente playa, que estaba muy sucia, me puse a recoger la basura. Cuando me puse a bucear vi que en el fondo había el doble de plástico del que había recogido en la arena». 

En ese momento, recuerda, decidió que iba a ir al origen del problema, en tierra firme, y recorrer España en bicicleta con un remolque que le sirve para llevar la basura que recoge de los espacios naturales hasta el primer pueblo, pesarla y reciclarla. Ya ha recorrido Aragón, Navarra, País Vasco, Cantabria, acaba de dejar Asturias y se encuentra en Galicia, en donde el domingo ha organizado un evento en la playa de Bens de A Coruña para recoger basura en compañía.

Ocho kilos de plástico en el puente de Cangas de Onís 

Sanchís, que estudió Administración y Dirección de Empresas, se dedicó al marketing en los tres últimos años y aprovecha redes sociales como Instagram, siempre bajo el hashtag #noacabaenelmar, para mostrar lo que se va encontrando y el antes y el después de su intervención en cada zona. En Asturias, antes de llegar a Ribadesella, recorrió la orilla del río Sella en dirección a Oviedo. Paró en Cangas de Onís, en el turístico puente romano. «Recogí una barbaridad de basura en la zona del puente. Dos bolsas de jardín de meter la hierba completamente llenas«, explica. 

Ocho kilos de plástico que se llevó en su carro hasta Arriondas, en donde hizo noche antes de continuar a Oviedo. «Allí estuve un par de días descansando y seguí por la Nacional 634 hasta Ribadeo». Entre medias paró a dormir en Aguilar y, pese a que llegó casi de noche, aún le dio tiempo a recoger una buena muestra de basura. «Al final saqué unos seis kilos de plásticos y recipientes que tiré en los contenedores que hay en la misma playa». La última limpieza en tierras asturianas la hizo en la parte final del río Eo, aprovechando que paró en Ribadeo un par de noches para descansar. «Sacamos dos ruedas de camión y un montón de plásticos». 

Sanchís explica que limpia todos los días «donde duermo y donde descanso». De camino a Foz, ya en Lugo, se encontró con una especie de basurero ilegal en un camino y se paró a recogerlo. Tras A Coruña, se irá a Vigo, Salamanca, Madrid, Sevilla y Cádiz para regresar a la costa valenciana de la que partió. «No tengo una fecha de vuelta. Hasta que acabe, pero confío en estar en noviembre en Valencia. La fecha tope es el 24 de diciembre porque si no mi madre me mata», dice. Todo dependerá de la bicicleta, a la que le está fallando el cambio de marchas. «Me gusta el deporte, los retos deportivos y los viajes de aventura. Hago esta vuelta en bici porque en coche me parecía, por una parte, muy fácil y, por otra, muy contaminante. La bici es una buena forma de hacerlo que además te permite viajar a una velocidad suficientemente rápida como para avanzar que a pie no sería factible y, a la vez, suficientemente lenta como para conectar con la gente y que te pasen cosas». Y, de paso, remover conciencias al limpiar la basura que unos han tirado y nadie ha recogido.