Lo que Asturias espera del ministerio de la doctora Carcedo

J. C. G.

ASTURIAS

María Luisa Carcedo
María Luisa Carcedo PSOE

Profesionales y usuarios de la sanidad asturiana valoran los aspectos positivos de la asturianía de la nueva titular de Sanidad y ponen sobre su mesa sus peticiones prioritarias

13 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Asturiana, médico y política con experiencia en la gestión sanitaria. Los tres atributos que reúne la nueva ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, hacen que su nombramiento haya tenido especial impacto en Asturias. Profesionales y usuarios de a sanidad asturiana sopesan las ventajas, si las hubiera, de la asturianía de la nueva titular de Sanidad y ponen sobre su mesa sus principales peticiones desde el punto de vista de los asturianos.

Margot Marqués, de SATSE

«Consideramos positivo que sea asturiana y damos por hecho que eso la hace buena conocedora de la realidad de nuestra autonomía y del panorama sanitario en Asturias», anticipa Margot Marqués, secretaria autonómica del sindicato de enfermería SATSE, que valora especialmente que en el pasado, la flamante ministra haya desempeñado «puestos de responsabilidad relacionados con la sanidad» que le permitan «conectar con necesidades de profesionales y usuarios».

Desde ese conocimiento del terreno, la representante sindical espera que, a su vez, Carcero «valore en su medida lo que es la profesión, las funciones y competencias, y nuestro papel como profesionales de la salud y los cuidados, y que sea receptiva y dé respuestas a partir de ahí».

Para asegurarse de ello, y aun concediendo de antemano «el margen necesario que siempre se da», la dirección de SATSE a escala estatal ya ha remitido a la nueva ministra un documento en el que recuerda a Carcedo «la lista de asuntos pendientes que se trasladaron igualmente a la ministra anterior». Son demandas igualmente de rango estatal que afectan a la enfermería en todas las comunidades autónomas, pero que tienen una urgencia especial en Asturias, «donde hay una población con una especial incidencia de la cronicidad» y una población envejecida.

«Yo destacaría el problema de la escasez de plantillas, importantísimo porque tenemos recursos humanos muy ajustados. El tanto por ciento varía dependiendo de unidades y servicios, pero hay una necesidad clara: seguimos con las mismas ratos de enfermeras en unidades o Atención Primaria cuando el trabajo, las competencias y las funciones han aumentado, debido en buena medida a la cronicidad», resume Margot Marqués, que señala, por ejemplo, la situación de «una enfermera de noche para 30 pacientes» como ejemplo del desbordamiento y del impacto que eso supone «para la calidad asistencial».

También la prevención, «muy importante», se ve afectada por lo ajustado de las plantillas, «mermadas por los recortes» en gasto sanitario, en una situación extensible a enfermeros y fisioterapeutas.

Además, la sindicalista de SATSE en Asturias espera medidas que «propicien mejoras en condiciones laborales y entornos más seguros de trabajo». Y en un horizonte más relacionado con el estricto desempeño de su tarea, «que se amplíen nuevos espacios profesionales para la enfermería, una profesión que tiene más capacidades y competencias» de las que habitualmente se exigen y se esperan.

Antonio Matador, del SIMPA

Desde el lado de los médicos, el secretario general del sindicato SIMPA, Antonio Matador, también entiende «como asturiano, que el hecho de que María Luisa Carcedo sea asturiana pueda influir favorablemente en Asturias, y no solo en lo que tiene que ver con la sanidad». En este último, confiesa que su organización «tampoco puede saber qué conocimiento tiene en este momento de la sanidad asturiana», y se pone «a su disposición para colaborar en todo lo que a ella concierne». Por el momento, el SIMPA se ha movido ya con rapidez para solicitar incluso antes de la toma de posesión, que se producirá hoy, una petición de una reunión «donde se tiene mucho que decir». Espera, por cierto, que la situación se afiance un poco porque con «tres cambios en el ministerio en tan poco tiempo» resulta complicado abror canales estables con sus titulares.

Como prioridad, apunta Antonio Matador a una cuestión de fondo del que se ha hablado mucho en estos meses y del que esta misma semana han hablado los presidentes de las comunidades de la llamada «España vacía», Asturias incluidas. Una cuestión de estado que afecta muy directamente a esas economías: «Hay un problema de de financiación en sanidad que tiene que resolverse. Tiene que buscarse el modo de variar la sanidad para cubrir las necesidades de regiones como Asturias, que concentr una de las poblaciones más envejecidas del mundo».

Y luego están los problemas estrictamente del gremio en clave sindical: «Son reivindicaciones clásicas: la pérdida de unos 10.000 médicos en la sanidad española, y la necesidad de recuperar una parte importante de esa pérdida es algo que se puede mejorar a nivel de ministerio y que tiene su impacto en Asturias», señala Matador, que incide en la urgencia de un plan de ordenación de recursos humanos capaz de reponer los médicos que se han ido jubilando. Y los que están por jubilar, «un tercio de la plantilla asturiana en los próximos cuatro años».

Recuerda también la necesidad de «aumentar las plazas MIR, que algo se aumentaron ya, recurrir al sistema de OPE a nivel nacional más a menudo, recuperar las 35 horas semanales y también recuperarse de los recortes sufridos, porque los médicos hemos sido los grandes recortados de la sanidad, con reducciones de hasta el 50% en pagas extraordinarias», enumera.

Carlos Ponte, de la Plataforma por la Defensa de la Salud y la Sanidad Pública

Que la nueva ministra de Sanidad sea o no asturiana es algo que, para Carlos Ponte, portavoz de la Plataforma de la Defensa de la Salud y la Sanidad Pública de Asturias, no solo parece relevante sino que «no debería serlo, porque suena bastante clientelar».  «Otra cosa es que pueda ver con simpatía o agrado que una persona de tu misma región sea ministra, pero lo que se le pide a una ministra de Sanidad es que desarrolle bien sus funciones», asevera Ponte. Desde Asturias o desde cualquier otra autonomía. Por otra parte -añade el representante de esta plataforma- tampoco hay un catálogo de «problemas específicos de Asturias», ni siquiera el demográfico, «aunque aquí sea muy acusado».

Sí valora, sin embargo, el currículo de la ministra: «Lleva muchos años, más que en la gestión, en la política, y es mujer de partido, con experiencia, lo cual es un aspecto positivo. Por otro lado, lo que se puede esperar de María Luisa Carcedo está a la vista en el sistema sanitario de Asturias, en el que ella ha tenido mucha influencia en nombramientos y politicas». ¿Para bien o para mal? «Entre los aspectos positivos, creo que con su trayectoria no creo que haya riesgos de privatizaciones o este tipo de tendencias, y que el sistema público tendrá prioridad; en los menos positivos, creo que se cuenta una deriva muy negativa del sistema público hacia la comercialización del sistema, a la influencia de las multinacionales de las tecnologias sanitarias, muy poderosas, en investigación y en la propia práctica clínica». Son aspectos, cree Carlos Ponte, que «no se han tratado corregir desde los organismos reguladores del sistema sanitario asturiano, donde abundan los prodecimientos innecesarios, la medicalización de ciertas cosas, los precios elevados no justificados…»

Entre las medidas más urgentes que pondría en este momento sobre la mesa de la ministra se cuenta «un muy necesario pacto de Estado con los profesionales que nunca ha existido en sentido amplio desde los orígenes del Sistema Nacional de Salud y que es una asignatura pendiente». También, insiste, «una regulación muy estricta de las tecnologías, de la la tecnociencia en todos los aspectos en los que influye». Y, finalmente, «cambios en la gobernanza, transparencia, que se ataquen problemas de fraudes y gestión de los conflictos de intereses».

Yolanda Iglesias, de USIPA

A Yolanda Iglesias, responsable de Sanidad en Asturias del sindicato USIPA, el nombramiento de María Luisa Carcedo le ha «sorprendido gratamente». «Siempre piensas que un político relevante a nivel nacional con orígenes asturianos puede mirar mejor por Asturias, y por otra parte la nueva ministra tiene una larga historia profesional vinculada a Asturias, lo cual es bueno para la sanidad asturiana, porque estoy segura de que conoce de primerísima mano las necesidades que tenemos, nuestra demografía, el territorio…».

¿Y qué sería en su opinión «bueno para la sanidad asturiana»? «Formar más especialistas cada año para suplir las plantillas, envejecidas y con muchas jubilaciones en los últimos años, promoviendo buenas condiciones laborales».

Especialmente apremiantes ve Iglesias los problemas originados por «la dispersión geográfica, con una fuerte necesidad de facultativos en las zonas más alejadas de las alas, en hospitales como los de Cangas del Narcea o Arriondas, a los que habría que dotar de más plazas y especialistas». Esta demanda es para la representante de USIPA,  «extrapolable a otras categorías como enfermeros, cada vez más frecuente en ciertas épocas del año».

Espera Yolanda Iglesias «que se sigan convocando OPEs como las recientes, con muchísimas plazas» para paliar esa demanda de profesionales. Y también que se relajen las edades de jubilación para evitar «el retiro forzoso de profesionales con 65 años que aún son jóvenes ahora mismo y que están en plenas facultades para trabajar y formar, y son un importante recurso para el sistema sanitario».

«Son problemas generales en España», admite, «pero siempre se tiene la situación de que Asturias está un poco más olvidada». Un olvido que espera que palíe la asturianía de la doctora Carcedo desde su nueva consulta ministerial.