Rosa Lar, la última de las grandes salas de fiestas desde As Pontes a Oviedo

José Francisco Alonso Quelle
j. alonso RIBADEO / LA VOZ

ASTURIAS

J.A.

Por su escenario pasaron primeras figuras de la canción, como Julio Iglesias. El sábado está de aniversario

25 oct 2018 . Actualizado a las 09:46 h.

El Rosa Lar de Ribadeo es el último representante de las grandes salas de fiestas y discotecas que existieron el siglo pasado en A Mariña y el Occidente asturiano. Con décadas de historia, forma parte de la memoria colectiva de varias generaciones. Por su escenario pasó lo más florido del panorama musical nacional, desde Julio Iglesias a un Juan Pardo que repitió en varias ocasiones en su momento de esplendor, cuando arrasaba en Galicia y España. En el Rosa Lar se fraguaron centenares de noviazgos, de parejas, de matrimonios... y en ello sigue, porque mientras otras salas de fiestas (Seiramar, Verxeles, El Recreo...) fueron cerrando, el Rosa Lar sigue en plena en forma. Hace nueve años asumieron la gestión Manuel Yebra y Marcos Quintana. Precisamente este sábado se celebrará el aniversario de la actuación de la primera orquesta que contrataron, Océano. Lo harán, como cada sábado desde octubre a mayo, con música en directo, en este caso con dos orquestas: Capitol y Passarela.

El Rosa Lar es la única discoteca de grandes dimensiones, con música orquestal en directo, que queda en toda la costa desde As Pontes a Oviedo. Es, pues, punto de encuentro de todos los aficionados al baile.

De aquí a mayo la música ya no parará cada sábado. Su escenario lo pisarán Trébol, Abanico, Los Satélites, Gran Parada, Principal, Ritmo Joven, Marbella, Suavecito, Televisión, Panamá, Trovadores, Pontevedra, Charleston y La Oca Band...

Con dos plantas y capacidad para unas 2.000 personas, la sala de fiestas conserva unas calidades que al primer golpe de vista permiten comprender que difícilmente hoy en día alguien se animaría a invertir el dinero preciso para hacer un local similar. Heredero del pasado, el Rosa Lar se mantiene como el último y único exponente de las grandes discotecas de antaño.