Cambio climático y pesca excesiva marcan el declive de la sardina

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

ASTURIAS

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El aumento de la temperatura del agua y menos vientos del norte frustraron una etapa de recuperación

20 nov 2018 . Actualizado a las 13:44 h.

A veces, el cosmos se confabula para que se tuerzan las cosas y dar la razón al cenizo de Murphy. Eso es lo que parece haber ocurrido con la sardina ibérica, en la que una concatenación de factores negativos dieron al traste con una inminente fase expansiva allá por finales de los noventa. Así lo han comprobado los científicos del Grupo Cambiocean (Cambio Global y Oceanografía Operacional) del Instituto Español de Oceanografía de Vigo que, tras analizar casi 50 años de variables ambientales, llegan a la conclusión de que la sardina vive una situación delicada en la península Ibérica por «procesos océano-meteorológicos» unidos a «una presión pesquera máxima» durante la temporada 2010-2011 y un fallo en el reclutamiento de la especie.

Analizando el volumen de descargas de sardina y los factores climáticos, se aprecia perfectamente que esta pesquería fluctúa por ciclos. Y después de uno negativo, a finales de los noventa «se esperaba una fase positiva», explica Jesús Gago, del equipo Cambiocean que ha elaborado el estudio. Sin embargo, las expectativas no se cumplieron porque los patrones de circulación atmosférica en el hemisferio norte se combinaron de forma que se produjo un aumento en la temperatura de la superficie del mar. Al mismo tiempo, se alteró el régimen de vientos, y los del norte, responsables del afloramiento costero -ascenso de agua profunda rica en plancton-, dejaron de ser prevalentes para imponerse los que llegan del sur. Y varios años con esta situación en las principales áreas de desove y alimentación de la sardina ibérica afectaron negativamente a la abundancia de la población, evitando el retorno al ciclo positivo esperado.

Por si eso fuera poco, no ayudaron los intercambios de calor entre el océano y la atmósfera, un conjunto de procesos ambientales que «consigue explicar el 72 % del reclutamiento».

Esos cambios del clima, combinados con el tercer factor, que es la pesca excesiva, «han conducido a la población de sardina a una situación de extrema fragilidad», concluye el grupo.

Eso, a juicio de Jesús Gago, da pie a abogar por un sistema de fijación de cupos teniendo en cuenta las variables ambientales.