La muerte de Ardines sigue arrancando lágrimas y rabia en Llanes

J. C. G.

ASTURIAS

Enrique Riestra, alcalde de Llanes, emocionado en un momento de su intervención en «Equipo de Investigación», de La Sexta
Enrique Riestra, alcalde de Llanes, emocionado en un momento de su intervención en «Equipo de Investigación», de La Sexta La Sexta

El programa de La Sexta «Equipo de Investigación» dedicó un especial al crimen del concejal de IU en el que destacó el emocionado testimonio del alcalde Enrique Riestra

19 feb 2019 . Actualizado a las 08:38 h.

El asesinato de Javier Ardines, el concejal llanisco de IU que apareció muerto en Belmonte de Pría la mañana del pasado 16 de agosto, sigue muy presente en el ánimo de quienes le trataron o trabajaron con él. Duele e indigna casi como el primer día tres meses y medio después. El caso, que sigue abierto y explorando nuevas hipótesis de investigación, fue objeto de un especial del programa 'Equipo de investigación' de La Sexta en el que el recuerdo de Ardines, las circunstancias que rodearon su muerte y las conjeturas sobre lo que pudo suceder removieron emociones que se personificaron en el alcalde de Llanes, Enrique Riestra, más que en ningún otro de los entrevistados. Lágrimas de dolor y de indignación que brotaron al recordar a «un concejal 10» y «un compañero ejemplar que nos arrebataron», según manifestó Riestra ante las cámaras del programa, más centrado en el contexto politico del crimen que en las últimas derivaciones de la investigación, que apuntan a un posible móvil pasional y a una autoría de persona o personas de fuera de Asturias.

El equipo que encabeza Glòria Serra entró en el ayuntamiento de Llanes -no sin una advertencia a los cámaras de que el ambiente era «tenso» en sus dependecias- para recabar también el testimonio de Priscila Alonso, la sustituta de Ardines en la concejalía de Medio Rural, Playas y Personal, que aseguró no trabajar «con miedo porque permitiríamos de alguna manera que los malos ganaran», y asegura que seguirá adelante con la convocatoria de plazas que se ha considerado como uno de los posibles móviles del suceso. Alonso recibe a las cámaras en un despacho que significativamente sigue manteniendo la placa con el nombre y el cargo de Ardines.

Hablan también el experimentado policía local José Luis Portilla, que pone sobre el tapete la hipótesis de que el asesinato fue la conclusión de un «susto» que «se fue de las manos» a sus agresores. Vecinos que comentan el silencio sobre el asesinato impuesto entre la plantilla de trabajadores municipales y las «represalias» a las que se expone quien no lo acata. Compañeros de la mar o la amiga con la que el pescador y edil tenía cita el día del asesinato. Y también la alcaldesa de Riosa y también militante de IU, Ana Díaz, que habla de las amenazas recibidas tomando el dramático final de Ardines como elemento de amedrentamiento.

Pero entre todos ellos, es el de Enrique Riestra el que más impresona, no solo por la emoción que sobrecoge al primer edil llanisco, sino también por la crudeza con la que describe el clima en la villa en los años previos a su mandato. El representante de Vecinos por Llanes no puede ser más elocuente al tirar de un símil realmente duro: «No podías hablar más de la cuenta porque si hablabas te perjudicaban. Es comparable, con matices, con lugares donde la mafia se implantó». Riestra habla directamente de Llanes como una especie de Sicilia asturiana.