Las tensiones desatadas en el seno del PP asturiano después de que la dirección nacional del partido desplazara a la presidenta regional. Mercedes Fernández, de la candidatura al Principado para apostar por Teresa Mallada son evidentes y se han dejado notar incluso en la convención de Madrid. Menos llamativas fueron las que rodearon a la elección del cabeza de lista de los populares a la alcaldía de Oviedo, Alfredo Canteli, en la que participaron, según él mismo reconoció, destacadas figuras empresariales.
En las reuniones que tuvieron lugar en la sede de Génova, en Madrid, para la elección de los candidatos locales, la dirección nacional puso sobre la mesa el nombre de Canteli y preguntaron a Mercedes Fernández por su opinión sobre el candidato a lo que Cherines respondió que no tenía ninguna consideración negativa hacia él pero que le parecía una persona cercana a Francisco Álvarez-Cascos. La reacción del vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto, fue la de destacar que tenía buenas perspectivas en sus encuestas internas «tiene tirón ¿no? ¿no es el presidente del Centro Riojano de Oviedo?». La confusión de Maroto, que demostró un desconocimiento total de las singularidades locales del PP asturiano (Canteli fue presidente del Centro Asturiano de Oviedo) dejó estupefactos a los dirigentes regionales del partido.
Semanas después, con todos los sapos tragados aunque aún sin digerir del todo, sería cuando Pablo Casado en persona presentara por todo lo alto en el Hotel de la Reconquista de Oviedo a Teresa Mallada y a Alfredo Canteli como sus principales cabezas de lista para las elecciones de mayo. Fue allí también donde Casado llamó la atención de medios y redes sociales después de criticar el modelo educativo asturiano afirmando que no podía limitarse a que los niños estudiaran «hórreos y frixuelos». Aunque probablemente esa hipérbole no tuvo su origen en Génova sino en la calle Manuel Pedregal, donde su ubica la sede del partido en Oviedo.