La madre de la niña que murió atragantada con una palomita: «La Justicia está totalmente podrida»

Carmen Liedo

ASTURIAS

Cecilia Fernández, la madre de la niña que falleció por una palomita
Cecilia Fernández, la madre de la niña que falleció por una palomita

Cecilia Fernández critica el fallo de la Audiencia Provincial que absuelve a la médico que atendió a su hija en el HUCA. Se siente «atada de pies y manos» porque la sentencia es firme

08 feb 2019 . Actualizado a las 17:14 h.

«Yo nunca di nada por ganado porque yo lo perdí todo el día que perdí a mi hija, pero esta sentencia ha sido un mazazo muy grande porque mi hija se merecía justicia». Son palabras cargadas de tristeza de Cecilia Fernández, la madre de la niña que falleció tras ingerir un grano de maíz hace seis años, tras hacerse pública el pasado miércoles la sentencia de Sección Segunda de la Audiencia. El fallo absuelve a la médica que atendió a su hija estimando todos los recursos interpuestos por la defensa de la facultativa que atendió a la niña en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y ha revocado la sentencia dictada en diciembre de 2017 por el Juzgado de lo Penal número 1 de Oviedo. Éste la había condenado a un año de prisión y a tres de inhabilitación, así como al pago de una indemnización de 130.000 euros. Ante este giro tan radical de la sentencia, Cecilia considera que «la justicia en este país está totalmente podrida». Además, se siente «atada de pies y manos» porque la sentencia es firme y «no hay mucho más que hacer», lo que le genera «una gran impotencia» que ha decidido no callar. «Me jodieron muchísimo, pero que se sepa, no me da la gana de callarme», dice en declaraciones a La Voz de Asturias.

Aunque nunca pensó que la sentencia pudiera llegar a ser la absolución de la facultativa, sí estaba «con la mosca detrás de la oreja» por el hecho de que «cambiaron el ponente tres veces». Dicho esto, afirma que «esta sentencia está toda basada en mentiras cuando las cosas quedaron claras en el primer juicio. Un médico forense declaró «que le tenían que haber hecho la broncoscopia sí o sí». «El abogado de la defensa quiso hacer creer que mi hija tenía una bronquiolitis que no tenía. No han revisado las pruebas, ni los vídeos del primer juicio, ni el historial de la niña. La justicia en este país está totalmente podrida», asevera Cecilia Fernández, que no entiende que la juez de la Audiencia Provincial no haya tenido en cuenta «ni mis declaraciones ni las de un forense del estado, que es un experto imparcial. Sólo ha tenido en cuenta los periciales de médicos que llevó la defensa pero que llegaron hasta a contradecirse». También critica que hayan pasado por alto al juez que emitió la primera sentencia, «a una persona imparcial que lo vio todo, que estuvo presente en todos los testimonios y pudo saber si se mentía o se cambiaba la versión. Estoy convencida de que no revisaron nada».

 «Me atan de pies y manos porque la sentencia es firme. No hay mucho que hacer», dice esta madre que muestra en su tono rabia e impotencia. Pero el tono fuerte dura segundos y ya costándole articular la frase confiesa: «ha sido un mazazo muy grande (hace un largo silencio). Nunca lo di por ganado porque yo perdí todo el día que perdí a mi hija», apostilla sin poder contener unas lágrimas por las que pide disculpas sin tener por qué. Le duele lo que entiende que es falta de justicia para su hija cuando hubo para con ella «una dejadez muy grande de atención».

 «Lo que diga la Audiencia, aunque sea mentira, va a misa»

Lo que se pregunta Cecilia Fernández, ahora que sus opciones de hacer algo más son mínimas, es «¿cómo la gente que ha contribuido a que esta sea la sentencia, gente con esos escrúpulos, puede dormir a pierna suelta? Era un bebé. Pero empiezas a casar piezas y ves que la justicia está podrida. Lo que diga la Audiencia, aunque sea mentira, va a misa, y no puedo hacer nada. No soy nada yo ni era nadie mi hija», declara dolida, reconociendo sin poder evitar las lágrimas de nuevo que «es muy difícil, muy difícil». Aún así, se repone, saca fuerzas de la propia rabia y deja claro que todavía no se ha rendido en la búsqueda de justicia para su niña: «si hay una mínima posibilidad de hacer algo, mi abogado la va a encontrar. Tengo plena confianza en él y lo que diga lo vamos a hacer».

Casi tanto como le indigna la sentencia, le duele no haber notado pesar por todo esto en la facultativa a la que denunciaron por la muerte de la niña. «Antes de entrar en la primera sesión del juicio, me miraba como si nada. Su marido no era capaz de levantar la cabeza, pero a ella no le noté arrepentimiento, aun ápice de dolor. En ningún momento se lo noté», señala Cecilia Fernández, que apostilla que para ella la cosa «sería muy distinta con que te digan una vez perdón. Su decisión mira todo lo que me ha conllevado», dice advirtiendo que «sólo una madre que pierde a un hijo sabe lo que se siente». Y esto lo dice también porque «he tenido que aguantar muchas tonterías de la gente» sobre que hubiera permitido a la niña comer palomitas. «Cogió los granos de una bolsa que había quedado ahí. Fue un accidente», dice sin entrar en detalles de aquel fatídico momento.