El preso resucitado, también reincidente

La Voz

ASTURIAS

José Carlos Giménez, el padre del interno de la prisión de Asturias al que los médicos dieron por muerto y que recobró el conocimiento después de trasladarle al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia, en la entrada del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA)
José Carlos Giménez, el padre del interno de la prisión de Asturias al que los médicos dieron por muerto y que recobró el conocimiento después de trasladarle al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia, en la entrada del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) JLCereijido

Gonzalo Montoya, que fue dado por muerto en la cárcel de Asturias, ha sido detenido por un robo cometido en Siero

28 feb 2019 . Actualizado a las 16:20 h.

La última vez que la justicia había tenido de Gonzalo Montoya, el preso cuya muerte fue certificada por error en la cárcel de Asturias en enero de 2018 del año pasado, para reclamar por boca de su abogado una indemnización de 50.000 euros por los daños morales y los perjuicios causados, tanto física como psíquicamente, a él y a su familia. No llegó a terminar el mes antes de que se conociera que había sido detenido como supuesto autor de un robo con fuerza en un taller de reparación de vehículos en localidad sierense de Meres. Al preso resucitado le imputan un atraco junto a otro hombre y una mujer.

La investigación sobre los dos asaltantes directos de del robo de material de aluminio llevó a la detención de otros dos implicados en la preparación de un vehículo para huir; y fue ahí donde resultó detenido Montoya que estaba en la cárcel por sus antecedentes en delitos contra el patrimonio. 

Montoya fue dado por muerto la mañana del del 7 de enero de 2018,, en el recuento, cuando le encontraron en su celda «inmóvil, inconsciente, con muy baja temperatura corporal y sin señales de respiración».Según el relato del juicio los médicos del Centro Penitenciario, que le examinaron «superficialmente», concluyeron «precipitadamente» que había fallecido y su muerte fue certificada y comunicada oficialmente al Juzgado de Instrucción. Montoya fue introducido en una bolsa de plástico de las utilizadas para el transporte de cadáveres y trasladado en un vehículo funerario al Instituto de Medicina Legal de Asturias (IMLA) para que se le realizase la autopsia.

Allí, cuando el recluso iba a ser colocado en la mesa de autopsias, comenzó a emitir «ronquidos y gruñidos y a moverse», por lo que personal del IMLA abrió la bolsa, encontrándole allí «consciente, muy agitado y con graves dificultades para respirar», por lo que fue trasladado de urgencia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).