El número 2 del PP de Asturias, cazado en Correos enviando un anónimo con amenazas a otro dirigente de su partido

Luis Ordóñez
LUIS ORDÓÑEZ ASTURIAS / LA VOZ

ASTURIAS

La policía atribuye a Luis Venta el envío del anónimo tras visionar las cámaras de la oficina de correos
La policía atribuye a Luis Venta el envío del anónimo tras visionar las cámaras de la oficina de correos

Luis Venta fue captado por las cámaras de seguridad de la oficina

26 nov 2019 . Actualizado a las 14:05 h.

Visto con la perspectiva de varias décadas, el Partido Popular de Asturias aparenta una representación de la política italiana en miniatura, repleta de desgarros, escisiones y vendettas que siempre terminan por desestabilizar a la organización incluso, o más bien precisamente, cuando las perspectivas electorales le son favorables. El último episodio ha sido la destitución fulminante nada menos que del secretario general del partido en Asturias, Luis Venta, después de que la Policía le atribuyera el envío de un anónimo amenazante a un concejal de su mismo grupo en Gijón, Pablo González. Esta es una historia de anónimos y cámaras de vigilancia, pero que oculta una cada vez menos soterrada lucha por el poder entre la dirección regional y la Génova de Pablo Casado por el control del partido.

Luis Venta no negó haber enviado la carta, de hecho la Policía sustenta la acusación en las imágenes de la cámaras de seguridad de la oficina de Correos desde donde se remitió el anónimo; pero asegura que se limitó a trasladarlo acompañado de un post it en el que le explicaba la situación para que tomara las medidas que le parecieran oportunas. Tras conocer su cese, Venta aseguró que recurriría «a todas las vías legales y estatutarias a las que tengo derecho» para defender su inocencia.

¿Qué decía la carta de la discordia? Acompañada de un mapa de Google en el que aparecen señaladas varias propiedades de una calle de Gijón, el texto arranca con un «Pablo, Pablito, Pablete. A lo largo de los próximos días verás informaciones relacionadas con tu actividad ‘profesional’ y ‘empresarial’ de estos últimos años» para seguir advirtiendo de que «las informaciones las ilustraremos con alguna fotografía muy gráfica para que todo Xixón sepa de lo que estamos hablando, de una mafia, prebendas e ilegalidades, subvenciones públicas y derroche para enriquecimiento ilícito de personas que como tú».

Pablo González asegura que recibió la carta sin remite y sin mención alguna al post it que según Venta le acompañaba. Lo denunció a la Policía y los agentes reclamaron el visionado de las cámaras de seguridad de la oficina de Correos de Oviedo desde donde se remitió el anónimo.

La trama tiene todos los ingredientes de una historia de espías en plena precampaña. Lo cierto es que ha puesto de manifiesto las graves desavenencias internas del PP asturiano con la dirección de Casado, siendo además una región que apostó por sus rivales en las primarias. Mercedes Fernández, que asumió el liderazgo del PP asturiano en sus horas más bajas (después de la escisión protagonizada por Francisco Álvarez-Cascos para fundar Foro Asturias) contaba con repetir de nuevo como candidata en mayo, pero la dirección nacional la fulminó apostando por la expresidenta de Hunosa, Teresa Mallada, como cabeza de cartel, algo que la presidenta interpretó como una humillación.

En los últimos meses los choques entre Mallada y Fernández han sido constantes, ya sea por la elaboración de las listas o por las alianzas electorales (el PP irá en coalición con Foro en las generales). A lo largo de la tarde del martes se sucedieron los rumores sobre la posibilidad de que Génova impusiera una gestora en Asturias, aunque fuentes de la formación descartaron esa posibilidad por el momento.

Bicefalia en el Principado

La apuesta de la dirección nacional por Teresa Mallada abocó además al PP asturiano a una bicefalia (con una persona al frente del partido y otra como cabeza de cartel) que siempre ha terminado en fracaso en el Principado. Ocurrió en la única ocasión en la que el PP gobernó Asturias, a mediados de los años 90, con un choque total entre el presidente Sergio Marqués y Francisco Álvarez Cascos. Años después, en el 2011, sería el propio Cascos quien protagonizaría una escisión, con Foro Asturias, tras la negativa de Génova a que fuera candidato en el Principado. La nueva crisis estalla ahora en un momento de fragmentación del voto de centro derecha.