«Vox no gozaría de tanta fuerza en España si al `problema de la inmigración no se hubiese sumado el del movimiento independentista», ha reconocido el politólogo alemán.
19 mar 2019 . Actualizado a las 17:27 h.El profesor alemán Claus Offe, uno de los politólogos y sociólogos contemporáneos más destacados del panorama europeo y mundial, considera que Vox va a seguir creciendo «durante un tiempo» al verse alimentado por el fenómeno de la inmigración y fortalecido con el movimiento independentista catalán. Offe se encuentra en Oviedo para cerrar con la conferencia «El cubo de la democracia liberal bajo la embestida de los partidos populistas» el ciclo «Espacio Fundamentos», organizado por la Junta General del Principado y la Universidad de Oviedo que, a lo largo de tres años, ha servido para debatir sobre la crisis de los modelos constitucionales clásicos o la reforma de la Carta Magna española.
En un encuentro previo con medios de comunicación, el profesor emérito de Sociología Política en la Hertie School of Gobernance de Berlín ha incidido en que, con la irrupción de Vox, lo que pasa en España se parece mucho a lo ocurrido en Hungría, Polonia o Croacia. Sus raíces se asientan, según Offe, en una creciente inmigración irregular procedente del África subsahariana que la agricultura ya no es capaz de absorber y que se ha convertido en un problema político, al igual que ha sucedido en Italia.
«Lo que necesita Europa es una solución para los propios inmigrantes, redistribuir su carga y revisar lo acuerdos de Dublín. La UE tiene que entender que lo que es una plaga o una carga a corto plazo, a largo plazo será una bendición», ha subrayado. Offe también ha reconocido que Vox no gozaría de tanta fuerza en España si al problema de la inmigración no se hubiese sumado el del movimiento independentista.
Así, ha incidido en que sería «tremendamente irracional» que Cataluña se separase del resto del país porque para volver a ser miembro de la Unión Europea se requiere de un tiempo que lesionaría su economía e interrumpiría negocios en el espacio comunitario. No obstante, ha señalado que tras el «Brexit»no cree que haya más países interesados en salirse de la Unión Europea porque «nadie quiere pasar por una experiencia tan desastrosa». «El euro se ha convertido en un pegamento de necesidad», ha afirmado el politólogo alemán, que no ve ninguna ventaja en volver a las monedas nacionales.
Ante las elecciones al parlamento europeo de mayo, ha admitido que «hay cierto nerviosismo», pero que hay muchos ciudadanos de la Unión Europea que no comparten el ideario de la izquierda y derecha extremas y que quieren una «UE mejor y más estable». El problema, a su juicio, es que no hay una hoja de ruta que indique qué y quién va a liderar ese cambio y que faltan entidades políticas que sirvan de contrapeso frente a Estados Unidos y China. Para Offe, hay que acordar reformas económicas, monetarias y sociales y cambiar algunos tratados de la UE para que los ciudadanos puedan vivir una democracia verdadera, pero también sería preciso una oposición fuerte y rigurosa a los populismos que cuestionan la democracia liberal aunque se nutran de las subvenciones del sistema. «Sería un error prohibir ese tipo de partidos», ha subrayado tras incidir en que se trabaje en mantener el proceso político como algo limpio en un momento en el que las redes sociales permiten «a cualquier idiota el lujo de propagar la agresividad de esos partidos o la violación de los derechos humanos.»