«Si hay compensaciones para los costes, habrá inversores para Alcoa; si no, habrá mirones»

Carmen Liedo

ASTURIAS

José Manuel de la Uz, presidente del comité de empresa en Alcoa Avilés y secretario General de la Sección Intercentros de CC OO en Alcoa
José Manuel de la Uz, presidente del comité de empresa en Alcoa Avilés y secretario General de la Sección Intercentros de CC OO en Alcoa

El presidente del comité de empresa de la planta de la multinacional en Avilés asegura que los trabajadores se movilizarán «hasta el último día» para salvar a la factoría del cierre

25 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los reveses no cesan para los trabajadores de Alcoa. El último, un borrador de estatuto para las industrias electrointensivas que no convence a nadie y al que presentarán alegaciones con el objetivo de que se mejoren las compensaciones y que eso pueda atraer inversores para las plantas de Avilés y A Coruña, las dos con la amenaza de cierre por parte de la empresa multinacional desde hace cinco meses. Al pie del cañón en esta batalla por salvar a las factorías está José Manuel de la Uz, presidente del comité de empresa en Alcoa Avilés y secretario General de la Sección Intercentros de CC OO en Alcoa, trabajador también que no se da por vencido pese a que reconoce que estos meses de conflicto va minando los ánimos al ver que el corazón de la fábrica (las líneas de electrólisis) está parado y que no se avanza como se quisiera o se esperaba a tenor de los mensajes del Gobierno central, del que dice, lo único que han conseguido es una despido pactado para el 30 de junio. Así, De la Uz critica que «está habiendo mucho mensaje político de que Alcoa tiene solución» pero que, realmente, «no hay nada tangible», lo que achaca a una cuestión de base: «en España está claro que no apuestan por la industria» y tiene claro que «si hay compensaciones para los costes, habrá inversores. Sino, habrá mirones nada más». No obstante, asegura que se movilizarán «hasta el último día» bajo el lema ‘Alcoa no se cierra’.

-Siguen sin llegar buenas noticias para Alcoa después de muchos meses de incertidumbre. En resumen, ¿cuál es la situación a día de hoy?

-La situación es que tenemos la fábrica parada porque está parado el corazón de la fábrica que son las líneas de electrólisis. Lo hicimos con un condicionante, que era dar tiempo al Gobierno para que buscara una solución y actualmente lo único que tenemos es un despido pactado para el 30 de junio. Esa es la situación.

-Por ir por partes, ¿cómo valora la actuación que está teniendo la empresa multinacional en este proceso de cierre de la factoría?

-La multinacional ha girado bastante. Al principio quería liquidar y cerrar a toda costa y que nadie copara el mercado que tenían estas fábricas. Después de las movilizaciones, del gran apoyo social y del acuerdo con los trabajadores tuvo que girar y entrar a vender las fábricas, con lo cual el comportamiento ha sido bastante malo para con los trabajadores hasta que se la forzó a buscar una solución.

 -¿Y la actuación y medidas que está llevando a cabo el Gobierno central de Pedro Sánchez?

-Las medidas que está llevando a cabo hasta ahora el gobierno central son nada. Es decir, todas las medidas que se han realizado han sido por parte de los trabajadores y fruto de un acuerdo donde hipotecábamos nuestros empleos. Es verdad que ahora el gobierno central, después de dar bombo y platillo a un estatuto quiere corregir los costes eléctricos, hacerlos predecibles, estables y razonables al sacar este estatuto que es bastante peor de lo que teníamos con el gobierno del PP, así que por el momento no está haciendo absolutamente nada. Yo la sensación que tengo es que está habiendo mucho mensaje político, pero después detrás de ese mensaje político de que se va a arreglar, de que os garantizo, de que esto tiene solución, no hay nada tangible. Con lo cual uno ya empieza a pensar que le están engañando.

-El presidente dijo hace unos días en Gijón que no iba a dejar en la estacada a Alcoa. ¿Dudas de ese mensaje?

-Yo lo siento mucho, pero yo creo en números y por con lo que se está poniendo ahora encima de la mesa está claro que no va a haber un inversor que se haga cargo de estas instalaciones. Lo tengo clarísimo. O mejora mucho los costes eléctricos para los industriales en España, vía estatuto o como quieran llamarlo, o aquí no va a haber inversor, eso lo tengo claro.

-¿Qué sensación hay entre los trabajadores? ¿Cuál es el sentir ante este largo y complejo proceso que os mantiene en vilo?

-Los trabajadores teníamos el ánimo bastante arriba esperando, sobre todo, el estatuto. Después del estatuto parece que nos han echado un jarro de agua fría y ahora mismo la gente está muy baja, no ven claro el objetivo o lo ven muy difícil. Están bastante desesperados en el sentido de que va pasando el tiempo, que nos dicen que va a haber solución y que no se ve por ningún lado, todo lo contrario.

-Ayer se conocía el contenido del borrador del estatuto para las industrias electrointensivas y parece que no convence a nadie y que, incluso, puede empeorar la situación. ¿Qué opina al respecto?

-Lo que está claro es que el estatuto no es esa solución que decían, que no viene a mejorar en gran medida los costes eléctricos y, además, como decía antes, es peor que lo que había. Aquí, al margen de hablar de estatuto, de lo que hay que hablar es de cómo se compensan los costes eléctricos a los industriales. Aquí hace dos años, más o menos, no había subastas de ininterrumpibilidad ni esas cuestiones, y había 30 euros de descuento por megavatio, pero este estatuto no viene a paliar ni la mitad de lo que teníamos. Echando unos cálculos, que tampoco se pueden echar no sabes exactamente lo que van a meter ahí dentro porque no lo explican, por muy positivamente que lo veas, pues ni siquiera es la mitas que teníamos. Entonces, mal no, peor, porque los costes eléctricos siguen subiendo y ya no son los de 2012 cuando teníamos 30 euros por megavatio, sino que es un 15 o un 20% más caro, con lo cual, no da la cuenta.

-¿Cree que no hay una apuesta real por la industria electrointensiva?

-Hay que ver países como Alemania, que quieren tener industria, que apuestan por la industria, y por las herramientas que da Europa, como la compensación por las emisiones de CO2, e invierten el dinero que haga falta, lo invierten y lo que tienen es una industria fuerte y con unos costes competitivos. Aquí no, aquí no se apuesta. Lo que se está pidiendo para los intensivos, que hay más de 200 empresas son, más o menos, unos 500 millones de euros para todas. En otros sectores se meten miles de millones porque interesa y por economía, y yo lo veo bien, pero para la industria, con lo que ello implica, con el puestos que genera, con el empleo de calidad que tiene, con los costes de producción que tiene que revierten en la sociedad… pues no se está metiendo un dinero que se necesita para afrontar los costes energéticos. Así que está claro que no apuestan por la industria y que quieren un modelo económico de futuro basado en no se sabe qué. Alguien debe creer que podemos vivir sólo del turismo y del sector servicios. Y yo lo siento mucho, pero creo más en una industria fuerte, que estamos acostumbrados a verla, para aguantar crisis. Aquí tenemos una industria desde hace 40 años y no se está apostando porque se renueve.

-Han salido informaciones de que hay ocho posibles inversores para las plantas de Avilés y A Coruña ¿Les da algo de tranquilidad?

-No me preocupa ahora mismo si hay 8, 10 o 35. Lo que me preocupa es que no tengamos unas compensaciones para los costes razonables, porque si tenemos esas compensaciones habrá inversores y si no las tenemos habrá mirones nada más.

-¿Cuáles son las actuaciones y medidas que reivindican los representantes de los trabajadores?

-Lo primero es que se haga lo que Europa ya ha validado, que es que se compense por la fuga de carbono de emisiones indirectas de CO2, y ahí hay un tanto por ciento importante, un 25% de lo que se recauda, con lo que supondrían unos 235 millones. Además de eso, fiscalmente hay unos costes indirectos en los costes eléctricos que habría que rebajarlos lo más posible vía fiscal. Y con una subasta de ininterrumpibilidad, no como esta última que fue un fiasco, pero más o menos como las que hubo antes, cubriríamos las necesidades.

-El caso es que Alcoa quiere una oferta de compra en firme, a lo sumo, el 15 de mayo, con lo que el margen de actuación ya es escueto ¿lo ve posible?

-Lo que diga Alcoa en ese sentido da igual. Nosotros ya hemos hablado con la empresa y hemos dejado claro que tenemos un acuerdo que dice que hasta el 30 de junio se pueden vender las fábricas y si lo incumple iremos a los tribunales.

-Este conflicto laboral ya dura cinco meses ¿hay ánimo entre los trabajadores para seguir la lucha de ‘Alcoa no se cierra’?

-Cada vez cuesta más, porque llevamos cinco meses, parece que no avanzamos, tenemos la fábrica parada, la gente está dando vueltas entre comillas, la producción es mínima y cuesta cada vez más. Pero todos tenemos claro que tenemos que dar el último arreón y lo vamos a dar.

-¿Cuáles son los siguientes pasos que se pueden dar para que Alcoa tenga otra oportunidad?

-Hasta el día 27 de marzo este estatuto está en periodo de consulta, así que vamos a presentar alegaciones. Y vamos a seguir moviéndonos, así que el día 28 vamos a ir a Madrid e intentar ver a todos los grupos políticos, sobre todo para que después de las elecciones mantengan el compromiso de buscar viabilidad para las plantas, y vamos a movilizarnos hasta el último día, es lo que podemos hacer como trabajadores.