«El gasto social es la mejor inversión para un país»

ASTURIAS

PALMIRA ESCOBAR MARTOS

María Luisa Carcedo apuesta por una introducción gradual de la atención bucodental en el sistema sanitario público

26 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Maria Luisa Carcedo, ministra de Sanidad, ocupa el segundo puesto en la lista del PSOE por Asturias para el Congreso de los Diputados. Ha apostado por una intensa agenda social en la próxima legislatura con iniciativas destacadas como la introducción en el sistema público de la atención dental. Durante la crisis soberanista fue además parte del equipo socialista que negoció en el Senado la aprobación del artículo 155 en Cataluña por lo que se ha mostrado molesta con la crítica feroz del PP a las relaciones del gobierno de Pedro Sánchez con los independentistas. 

-Lo ha anunciado en varias intervenciones y también lo hizo Pedro Sánchez en los debates televisivos, su propuesta de introducir la salud bucodental en sistema sanitario público, ¿cómo se va implantar?

-Tenemos que empezar porque todas aquellas cuestiones de salud que no están incorporadas en el sistema son causa de mucha desigualdad y en el caso de la salud bucodental es clamoroso. Y, de hecho, que se haya producido la estafa de estas clínicas (iDental) hacia personas con muy pocos recursos es precisamente porque no podían ir al dentista. Fueron una presa fácil para estas empresas carroñeras; y por eso consideramos imprescindible incorporarla. Será una incorporación progresiva empezando por los grupos de mayor riesgo, extenderla a la infancia, embarazadas, personas con discapacidad, con algún tipo de enfermedad crónica que pueda generar también más problemas dentales. Sobre todo destinado a que no se pierdan piezas lo primero, porque muchísimas personas se sacan piezas que todavía pueden tratarse. En fin mejorar la salud bucodental de todas las personas que tienen problemas de dinero para abordar sus problemas de salud.

-Lo cierto es que hay todo un sistema de clínicas privadas establecido ¿cree que esta medida podrá generar resistencias?

-No tiene por qué, ellas tienen su clientela y su función. Por ejemplo la extracción sí está ya incorporada en el sistema pero generalmente la gente que no tiene dinero para ir al dentista no se trata de modo alguno. Iremos viendo una incorporación progresiva para que el sistema pueda asumirlo.

-El sistema sanitario público es muy valorado por los ciudadano pero también se lleva una parte muy grande de los presupuestos ¿es nuestro sostenible?

-Con la sanidad hay que pensar que estamos en torno al 6% del PIB, estamos por debajo de la media de otros países europeos y tenemos un sistema excelente. Además, la misión del sistema sanitario no es sólo proveer salud, que también, es un sistema que produce empleo público de calidad, hay medio millón de personas trabajando en el sistema nacional de salud, y esto da una estabilidad también la sociedad, que influye de manera importante a estabilizar la clase media y esto genera unos beneficios sociales, económicos y también democráticos. También es un instrumento potente de redistribución de la riqueza. Son muchos los beneficios y no podemos concebirlo como un gasto si no como una inversión en las personas, con todos estos factores añadidos de beneficio social. Y hay que recordar también que el sistema sanitario tiene muchísima potencialidad para generar actividad económica vinculada a la industria innovadora; es gran consumidora de medicamentos y por tanto de industria farmacéutica, gran consumidora de todo tipo de productos sanitarios que tienen una base tecnológica, con una base de investigación muy potente. Es un sistema tractor y de dinamización de la industria puntera, por tanto son muchos los beneficios que retornan a la sociedad con el dinero público destinado a la sociedad. Y en este contexto es como tenemos que considerar al sistema nacional de salud por todos los beneficios que genera. Y si comparamos lo que nos cuesta, lo que destinamos de la riqueza del país, todavía estamos por debajo de otros países de nuestro entorno pero logrando un modelo que es exitoso, que no sólo genera satisfacción en la ciudadanía, que tiene calidad, somos líderes en trasplantes por ejemplo, y somos de los más accesibles del mundo también. Hoy poquísimos rechazos de gente que no haya podido obtener atención sanitaria por razones económicas. Si miramos el indicador de Eurostat, en el quintil más bajo de la renta somos de los países que menos rechazo tienen.

-En los debates en televisión, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, reclamó una tarjeta sanitaria única. Ha habido respuestas de que ya está creada pero también quejas de usuarios sobre problemas que se han encontrado en distintas comunidades.

-Hace un mes que acabamos de hacerlo interoperable en todas las comunidades autónomas. El soporte físico es lo menos, el soporte tecnológico es compatible. Y no tenemos que pensar ya en una tarjeta física como Rivera sacó allí con la banderita de España, es interoperable. Primero porque las tarjetas las emite el INS que está vinculado a tu DNI por tanto no hay dos tarjetas iguales, lo que importa es que sean interoperables. Sustituir las tarjetas que hay por una diferente que sea igual en todas partes es un coste que no merece la pena. Con mi tarjeta de Asturias yo puedo ir a Barcelona y mirar mi historia clínica, yo he sacado muchas recetas en Madrid sin problema y ahora menos porque la comunidad se acaba de conectar. Lo que yo retiro con una receta electrónica da igual donde la saque,  se factura a mi comunidad autónoma. Tarjeta única digital existe aunque el soporte sea de cada comunidad autónoma; el requisito que hace falta es que todas las comunidades extiendan la historia clínica electrónica todos los centros, que puede que quede alguno que no está digitalizado pero es la anécdota; y luego, claro, que tiene que ser receta electrónica, la receta de papel no vale en este sentido. Esto es una obsesión más de Ciudadanos por eso de la unidad de España pero es ya es única y diversa, de diverso color pero el contenido digital es interoperable y por tanto tarjeta única. Si nos empeñamos en sustituir las tarjetas físicas puede suponer un gasto de 300 millones, no merece la pena.

-¿Esa valoración que ha hecho sobre los beneficios colaterales del sistema sanitario son extensibles al resto de la agenda social?

-Claro, por ejemplo, respecto a la infancia llevamos en el programa el ingreso mínimo vital que, ya este año, metimos cerca de 600 millones, es la primera pata del ingreso mínimo vital, pero queremos seguir extendiéndolo. Hay un economista que fue premio Nobel, James Heckman, que dice que la inversión en infancia supone mayor rentabilidad que cualquier fondo de inversión  porque él calculó lo que cuesta la pobreza infantil, el coste en marginalidad, en delincuencia, en seguridad ciudadana, en empleos de baja calidad, de manera que la inversión en infancia es la inversión más rentable. Es quizá el mejor ejemplo de lo que significa para un país invertir sus recursos en las personas porque estás rompiendo el ciclo de desventajas que se acumula si está en una familia pobre, te garantiza que el ascensor social funciona, activa a estas personas social y económicamente. Todo ello en su conjunto es también una manera de mejorar la democracia porque, de otra manera, las personas excluidas ni siquiera participan en nada, ni siquiera piden a lo que tienen derecho. En materia de dependencia, el cálculo es que por cada euro que se destina se generan 36 puestos de trabajo en la economía de los cuidados. Tenemos que cambiar el paradigma de que el gasto social es superfluo o prescindible si no que para un país es la mejor inversión porque estás invirtiendo en las personas, en el talento, no desperdicias las capacidades de nadie y esa es la mejor apuesta de futuro.

-La impronta feminista ha estado muy presenta en la campaña, incluso en la lista del PSOE en Asturias no hay una lista cremallera, hay dos mujeres en el los dos primeros puestos.

-Bueno, se dio la circunstancia, coincidimos que estábamos Adriana y yo y parecía lógico que fuéramos las dos.

-Bueno es un chascarrillo, lo decía porque parece que asuntos que pensábamos que estaban establecidos no lo parecen tanto, por ejemplo desató una importante polémica la intervención de Cayetana Álvarez de Toledo poniendo en cuestión el grado de consentimiento expreso de una mujer en unas relaciones.

-A mí es que me sorprende la falta de empatía, con personas en situaciones de riesgo, de situaciones de inferioridad, del tipo que sea, que en este caso hablamos de una inferioridad física y parece que se creen que la mujer está para eso. Ese concepto, empatizar con esa idea de que la mujer utilizable para satisfacer mi capricho, piense lo que piense, o diga lo que diga, me parece tremendo. Es incomprensible, porque por encima de todo somos personas, la compasión en el sentido de ponerte en la situación de otros, debería ser asumido colectivamente sin ningún tipo de resistencia. Pero esa es la realidad que tenemos.

-¿Cree que esos posicionamientos tienen una relación con el auge de la extrema derecha?

-Sin ningún género de duda, están en una carrera enloquecida para evitar que les resten votos, según sus análisis, pero hay cuestiones que están por encima de un puñado de votos ¿eh?, que son cuestiones de la consideración humana y del respeto, de los derechos inalienables de las personas. Las mujeres somos radicalmente iguales a los hombres en el plano social, laboral, etc. Somos biológicamente diferentes por razones evidentes, hormonales y del genotipo, pero somos iguales socialmente, intelectualmente, laboralmente y eso tiene que tener reflejo en la sociedad. Y para los socialistas esto es irrenunciable, el concepto de igualdad entre hombres y mujeres es una premisa básica para la democracia. A partir de ahí desarrollaremos todo lo que sea, pero eso es una premisa básica.  Si no hay igualdad entre hombres y mujeres no hay democracia posible. Y, por supuesto, el combate contra las desigualdades sociales tiene que llevar inherente el combate contra la desigualdad de hombres y mujeres. Yo digo que soy feminista a mor de ser socialista.

-Usted estuvo en la negociación del 155 en el Senado, ¿Cómo recuerda esos momentos y que le parece que PP y Ciudadanos usen como arma arrojadiza contra el Gobierno sus relaciones con los independentistas?

-Son las deslealtades propias de la derecha cuando no gobiernan ellos, nunca hubo correspondencia. Pactos antiterroristas, en dos ocasiones los propuso el partido socialista, tanto respecto al terrorismo de ETA como el yihadista, y ahí estuvimos dando un paso adelante y proponiendo ese pacto estando en la oposición y cerrando filas, siempre, con el gobierno, siempre. En cambio, a la viceversa, no sólo no hay esa correspondencia en cuanto actitud política si no al revés. Es que de verdad, que se intente reescribir la historia, que se intente decir que el Partido Popular acabó con ETA, por favor; que se diga que tenemos las manos manchadas de sangre porque Bildu coincidió en un voto, ¿pero es que cuántas veces coincidió el PP con Bildu en la votación? Es que la mesa actual del Congreso, su composición, salió por un pacto con los nacionalistas, en fin, es que eso sí que es un pacto. Igual que también coincidieron en rechazar los presupuestos, un presupuesto muy social y muy necesario para muchísimos españoles y españolas ¿qué es que pactaron con ellos rechazar el presupuesto? Es un intento histérico de trasladar crispación, malestar, de enfrentar a los españoles, de descalificar al adversario con falsedades, con verdades a medias, pero sobre todo con mentiras. Esto es muy lamentable porque el campo de juego de la democracia requiere un mínimo fair play, un mínimo saber estar. Estés donde estés, estés en la oposición o en el gobierno. Y la actitud y la posición política debe de ser la misma. Para nosotros el terrorismo es algo que nunca debe entrar en la confrontación política entre demócratas. Los demócratas tienen que unirse para combatir al terrorismo. En fin, ellos mismos se retratran. Y sobre todo respecto a un partido como el nuestro, con los muertos y el sufrimiento tan inmenso que tuvieron los socialistas vascos. Sobre todo también cuando se produjo el 1 de octubre y hubo una enorme presión sobre los alcaldes ¿cuál fue la actitud de los alcaldes del PSC? Dieron un paso al frente, se mantuvieron firmes, mantuvieron la legalidad institucional en los ayuntamientos, con la cabeza muy alta aunque con muchísimas presiones y muchísimos insultos en muchos casos. Ahí estuvieron los alcaldes del PSC, y cuando hubo un desafío para el país, ahí estuvo el PSOE en su conjunto apoyando al gobierno de turno, que en este caso era del PP, pero fuera el gobierno que fuera nosotros tendríamos la misma actitud ante un desafío para la unidad de España y para la vigencia de la democracia y de la Constitución y el estatuto de autonomía de la Generalitat.