Juan Ponte ocupa el segundo puesto en la lista de Unidas Podemos por Asturias y defiende que se puede compaginar un modelo industrial fuerte con una transición energética justa
26 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Juan Ponte ocupa el número dos de la lista de Unidas Podemos por Asturias en los comicios general, en representación de IU y tras una reñida pugna por el orden de la candidatura. Ha destacado la relevancia de contar con un potente modelo industrial que compagine el mantenimiento del empleo con la transición energética.
-Estos son unos comicios muy polarizados en los que hay una constante apelación al voto útil, ¿cree que puede perjudicarles?
-Nosotros consideramos que el voto útil es el voto a Unidas Podemos, si pensamos en que sea útil para la mayoría social para las clases populares, porque hay dos escenarios que debemos evitar. Uno es el de la coalición de las tres derechas que representan PP, Ciudadanos y Vox que, a nuestro juicio sería una evolución democrática, que nos llevaría a un momento en que puede aumentar la homofobia, la transfobia, el sexismo, el machismo, y que tiene unas políticas fiscales que son muy regresivas, que lo que intentan es aliviar las cargas fiscales de las personas que más tienen; nosotros precisamente tenemos una política fiscal que afecta a las rentas más altas, apenas un 1% de la población. Pero hay otro escenario, de un neoliberalismo falsamente progresista, que estaría formado por el PSOE y Ciudadanos, que puede ser que3 votar al PSOE signifique tener a Albert Rivera de ministro de Economía o vicepresidente.
-Este jueves se dieron a conocer las últimas cifras del paro. De forma reiterada el desempleo aparece como la principal preocupación de los españoles en las encuestas pero parece un asunto que ha estado poco presente en la campaña.
-Es que los datos son tremendos porque Asturias tiene la tercera peor tasa de España y sólo cinco de cada diez contratos son indefinidos. Nos preocupa que el modelo de acceso al mercado laboral en España ya se instituyó que sea el contrato temporal, precario y en definitiva trabajo basura. Se ha querido instalar como una forma de vida, la precariedad no sólo por la condición salarial sino anímica. Si se habla de aceptar la precariedad es aceptar la erosión del tus derechos laborales. Por eso nosotros proponemos la derogación de la reforma laboral del PP porque ha sido la que de forma definitiva instituye la precariedad como forma de vida de la mayoría social en España. Sin esa derogación no hay posibilidad de que haya un empleo estable y de calidad. Pero es que el portavoz socialista, Pedro Saura, decía el otro día que sólo la derogarían en consenso con la patronal y nosotros decimos de manera taxativa que la derogaremos se ponga como se ponga la patronal, que no puede tener derecho a veto. Y por eso, es una cuestión que hablamos mucho en Asturias, la del fortalecimiento de nuestro PIB industrial.
-¿En qué sentido?
-La transición energética tiene que ser una fuente de oportunidades, en ningún caso puede ser una situación que nos aboque al desmantelamiento de nuestra industria, tiene que ser una fuente de oportunidades y no de emigración, con 102.000 jóvenes que se han tenido que ir de Asturias desde 2012 porque no encontraban trabajo. Es fundamental señalar la centralidad de nuestra industria y me refiero a la de primera generación y a la 4.0 y para eso es fundamental decididamente, a escala estatal por un plan de ciencia y tecnología, que apuesta por la innovación y los estudios científicos. Todo esto al final tiene que ver con el modelo de estado que proponemos, y pongo de ejemplo el caso de Alcoa. No puede ser que durante años le hayamos inyectado mil millones de euros con el objetivo de que hiciera frente a la tarifa de la luz y para que modificara la infraestructura, para ser una industria competitiva y al final ni lo uno ni lo otro. ¿El estado no puede tomar cartas en el asunto? Claro que sí, artículo 128 de la Constitución, toda la riqueza del país debe estar subordinada al interés general. Dicen que somos muy pesados citando la Constitución, pero lo que queremos explicar es que aquellos que se definen como constitucionalistas la están incumpliendo sistemáticamente. El apartado dos de este artículo lo que dice que se reserva la capacidad de que sean recursos públicos los básicos e imprescindibles para garantizar el bienestar de la ciudadanía y me estoy refiriendo muy concretamente a la luz, el agua y el gas. Decimos que se puede tener una empresa pública de energía igual que la hay de vivienda, no es algo que ese especialmente radical y de izquierdas. Queremos una empresa pública de energía para controlar los precios, que no escalen a puntos insostenibles que no ahoguen a los trabajadores, y aquí incluyo a los autónomos, a las pymes y a las clases medias.
-La descarbonización fue un punto de fricción entre Podemos e IU la pasada legislatura, ¿han llegado a una posición común?
-Fue efectivamente un punto de fricción pero ahora estamos en una fase de entendimiento. Una de las primeras cosas que pusimos sobre la mesa en la negociación con Podemos es que teníamos que hablar con tranquilidad y con calma el tema de la transición energética para tener una posición común y hoy la tenemos. No hay que elegir entre un modelo industrial y la cuestión de la salud, son dos aspectos completamente compatibles. No es casual que la presentación de la candidatura la hiciéramos en Mieres delante del campus, primero para poner en valor la importancia de la investigación tecnocientífica pero también al lado del monumento al minero. Allí reivindiqué esos 230 millones que bloqueó el gobierno del PP y que ahora curiosamente nos critican por la descarbonización exprés; esos fondos mineros son una primera exigencia. Una transición energética justa significa que no puede haber política energética sin política industrial, hay unos límites medioambientales que ninguna formación política niega, pero tiene que ser gradual, que mantenga todos los puestos de trabajo y que sirva para generar un tejido industrial potente. No queremos hablar de desmantelar la industria, queremos aumentarla y modernizarla. Y en este sentido, España tiene una deuda histórica con Asturias y por eso es tan importante culminar las comunicaciones y las infraestructuras. Asturias tiene la potencialidad de un pasado industrial, que es algo muy importante para las empresas que se quieran instalar aquí, el pasado industrial es una fortaleza porque ya hay una tradición. La fuente principal de la contaminación no es el carbón si no el modelo de transporte de vehículos particulares, por eso es tan importante la mejora de las infraestructuras, sobre todo de los ferrocarriles que no pueden estar en una situación decimonónica si no un plan de cercanías que conecte todos los territorios de Asturias.
-Hoy el 70% de la energía que se produce en Asturias tiene como origen las térmicas que tienen fecha de caducidad. La industria asturiana electrointensiva necesita una garantía de suministro por ser gran consumidora y el precio reducido se consigue repartiendo el pago entre todos los consumidores ¿cómo quieren compaginar esto? ¿qué alternativas de producción eléctrica tendrá Asturias, será una región dependiente en materia energética?
-Nosotros defendemos la soberanía energética, eso significa no ser dependiente del gas de otros países. Tenemos temores, por flitraciones, de que en el estatuto de la industria electrointensiva no se hayan recogido en el borrador las enmiendas presentadas por los sindicatos. Si eso ocurriera, sería la mayor mentira respecto al modelo industrial del PSOE de los últimos tiempos. Eso nos abocaría al cierre de Alcoa y el PSOE sería responsable. Es que si se produce el aluminio en Avilés se reduce la huella ecológica evidentemente mucho más que si lo traemos de China que, por otra parte, tiene el treintaypico por ciento de las emisiones del CO2. Por eso insistimos en conjugar un modelo industrial con una transición energética que sea justa. Es algo que nos tenemos que tomar en serio porque ha parecido que España renunció a tener industria, que se arrastra el modelo económico del Franquismo basado en la construcción y el turismo. La construcción pinchó con la burbuja inmobiliaria y desde Unidas Podemos no nos conformamos con ser un solar para el turismo extranjero, que nos visiten otras personas más pudientes de otros países y que además sea un solar en el que vuele pacíficamente la avispa asiática y crezca el plumero de la pampa. Es importante mantener la industria y nadie va a dar elecciones de ecologismo a Izquierda Unida que es la primera fuerza política en España que incorporó el ecologismo a su programa pero es que ese hilo verde en la madeja de IU se compone con otros hilos, como el del feminismo, y muy importante para nosotros, el hilo rojo de la reivindicación de las luchas del movimiento obrero. La industria son puestos de trabajo con un salario fuerte y hay que poner en valor que la subida del SMI a 900 euros fue gracias a la presión de Unidos Podemos. Es que la Organización Internacional del Trabajo habla de que lo correcto en España es que el salario mínimo estuviera entre los 1.200 y los 1.300 euros.
-La primera vez que fueron en coalición como Unidos Podemos hubo importante problemas por los puestos en las listas, especialmente en Asturias. En esta ocasión también hubo una disputa por el segundo puesto ¿es un asunto zanjado?
-En todo momento la posición de IU Asturias fue unánime, incluso aunque tengamos distintas sensibilidades, y es que no iba a aceptar el puesto número tres. Iniciamos un proceso de diálogo y de negociación con las direcciones federales de Podemos e Izquierda Unida, entendíamos que la lista la encabezara Podemos que tiene más votos que nosotros pero reclamamos el segundo. A toda la militancia, y se lo comento en estos días, les digo que sea cual sea el resultado en estas elecciones y esperamos que sea el mejor, queremos que las personas que nos representen en el Congreso de los Diputados miren con lupa todos los problemas que tengamos en Asturias y que estén pendientes de lo que está ocurriendo en Asturias, eso es lo que para nosotros ahora mismo es prioritario.