¡Es la comunicación, estúpido!

Juan M. Arribas

ASTURIAS

Pilar Canicoba

Los jefes de campaña toman relevancia. El PP y Ciudadanos fichan a comunicadores para lanzar a sus candidatos

14 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los economistas Juan Garicano (C’s) y Daniel Lacalle (PP) ya han pasado por Asturias pormenorizando sus recetas económicas liberales. James Carville, el asesor de campaña de Bill Clinton en 1992, se inventó involuntariamente un lema que ha sido citado y repetido en  innumerables procesos electorales, ¡Es la economía, estúpido!, el latiguillo que hundió a Bush y elevó a Carville a la posteridad. Salvando las distancias, en estas elecciones municipales y autonómicas, con un fraccionamiento nunca visto antes, los jefes de campaña son básicos a la hora de elevar la comunicación a niveles superiores. Hay que sacar la cabeza por encima del rival. Así lo han entendido los partidos asturianos. Parafraseando a Carville: ¡Es la comunicación, estúpido!

Prueba de ello es que dos partidos han fichado a profesionales de la comunicación para llevar las riendas de su campaña. Se trata del PP y de Ciudadanos, que han optado por fichar a Antonio Virgili y a Carlos Baumann, respectivamente. Dos profesionales con experiencia que siguen la senda de Iván Redondo, el director del Gabinete de Pedro Sánchez que antes de llegar al Gobierno trabajó para el PP, al servicio de Xavier García Albiol en Badalona y de José Antonio Monago en Extremadura. La comunicación es una profesión que no entiende de partidos: el propio Baumann fue jefe de gabinete de Javier Fernández durante legislatura y media y jefe de prensa de los socialistas asturianos. Ahora dirige la carrera de Juan Vázquez a la presidencia, mientras que Sergio García, secretario de organización naranja, lidera la campaña municipal. La estrategia de Vázquez hasta ahora se está basando en lanzar mensajes constructivos y propuestas y no atacar a los rivales.  

La candidatura de Teresa Mallada ha optado por Antonio Virgili, el exdirector de la RTPA durante ocho años y que en febrero anunció su marcha del ente. Sobre Virgili ha recaído el peso de engrasar una campaña marcada hace semanas por la imputación de Mallada y de toda la corporación de Aller por el Caso Hulla, y por las polémicas facturas auditadas en Hunosa. También por la falta de unidad interna, acrecentada por un envío extendido de anónimos críticos a los medios (a este periódico ha llegado  alguno, con información infundada). Foro, que en su día quiso cerrar la RTPA, criticó en marzo la falta de ética de Virgili, que semanas después de anunciar su marcha fichó por el PP.  La estrategia de Mallada hay que buscarla en todas partes menos en la página web de su partido, en el que no hay rastro de la candidata, una situación que resume la guerra interna. En las declaraciones y la agenda de Mallada sí se puede apreciar que ha centrado el punto de mira: el PSOE, el claro rival a batir.  

El resto de partidos ha optado por sus propias estructuras internas para cimentar la campaña. El PSOE ha puesto al frente a Gimena Llamedo, secretaria de Organización y también candidata por la circunscripción oriental. El mensaje de Adrián Barbón es propositivo, como es lógico en un candidato que representa al partido que gobierna en Asturias y Madrid y que parte como claro favorito en las encuestas. Barbón filtra sus mensajes a través de su página web, en la que se echa de menos el programa electoral íntegro, que va dosificando a diario.  Por su parte, Podemos tiene una comisión colegiada que decide por mayorías. En ella se encuentra el secretario general, Daniel Ripa; la propia candidata, Lorena Gil; el exdiputado Segundo González y Jara Cosculluela como secretaria de feminismos. La estrategia de Podemos se está centrando en criticar la vieja política, con ataques tanto al PSOE como al PP. Lorena Gil ha puesto el foco hasta ahora en los servicios públicos y en el mundo rural.

Vox ha delegado la campaña de Ignacio Blanco en Javier Jové, que fuese presidente del Club de los Viernes, la asociación que fue germen en Asturias del partido de Abascal. La estrategia de Jové pasa por potenciar la imagen de Blanco en los medios: también en La Voz de Asturias, pese a que una parte de su partido, el ala ovetense, ha rechazado aparecer en este periódico por publicar informaciones que no han sido de su gusto. El criterio de Jové, liberal al estilo de Isaiah Berlin («me aburre leer a la gente que, por así decirlo, es aliada, a quienes piensan más o menos como yo») se ha impuesto al sector proclive al veto, ideas que se corresponden más con el régimen chavista.

IU Asturias busca en los primeros lances de la campaña resaltar la necesidad de un voto útil que haga que la izquierda pueda gobernar, una propuesta de consenso que fue una constante en la pasada legislatura. Al frente de la campaña se encuentra Alejandro Suárez, el secretario de Organización. Ángela Vallina ya ha expuesto desde el inicio sus líneas económicas. Por su parte Foro dispone de una comisión delegada para asuntos electorales, en la que forman parte Adrián Pumares, número 2 del partido; Francisco Álvarez-Cascos, Pedro Leal, Enrique Lanza y Charo Cabal, la responsable de las finanzas del partido. Carmen Moriyón ha incidido en estos primeros días en el mundo rural y en el ámbito cultural.