Los ilustres ausentes de la campaña electoral en Asturias

J. C. G.

ASTURIAS

Dirigentes políticos, cargos destacados y militantes de primera fila de las distintas formaciones brillan por su ausencia, por distintos motivos, en estas jornadas en las que política y políticos quieren dejarse ver

19 may 2019 . Actualizado a las 14:20 h.

Cualquier campaña electoral al uso -y la de estos días en Asturias no es la excepción- se basa en la sobreexposición de los candidatos, sus equipos y sus aparatos de partido. En todas partes, a todas horas, a través de todos los medios. Semejante despliegue hace que cualquier ausencia se recorte con más claridad en días en los que la política y los políticos saltan a la calle en busca de visibilidad que les permita amplificar sus mensajes; una ubicuidad que contrasta con la actitud de dirigentes, cargos destacados o correligionarios de primera fila que, por el contrario, desaparecen del encuadre. Su hueco se deja notar entre comitivas y actos de campaña y se convierten en protagonistas en negativo que lanzan también un mensaje, este silencioso. O al que, al menos, invitan a echar cábalas sobre sus motivos para no dejarse ver, empezando, en lo más alto del escalafón político regional:, por el aún presidente del Principado, el socialista Javier Fernández.

Su incomparecencia en la clase de actos de partido que proliferan estos días no es cosa nueva. Al margen de su propensión a esquivar puestas en escena multitudinarias, la atmósfera de partido tras la victoria de Adrián Barbón a la presidencia de la FSA-PSOE -y, con él, del sanchismo- ha hecho desaparecer del todo al jefe del Ejecutivo; un mutis que, por ejemplo, se resalta especialmente en jornadas como la de ayer. El mitin encabezado por del candidato europeo Josep Borrell congregó en Oviedo a los habituales y también a algunos de los mucho menos habituales, caso de Pedro de Silva y José Luis Rodríguez Vigil, a los que Barbón aludió con afecto y reconocimiento en su intervención: dos expresidentes presentes frente a un presidente que lo sigue siendo de hecho, pero que en lo oficioso parece retraerse ya un rol expresidencial y casi extrapartidista.  Al menos, con la línea dominante en la actual FSA.

Falta saber, con todo, si quien presidió la gestora tras la defenestración de Pedro Sánchez acudirá este lunes al acto más destacado de la campaña socialista, con la presencia en Gijón del ahora presidente del Gobierno o si persistirá en su retiro. Otros destacados miembros (o recientes exmiembros) del Ejecutivo autonómico, y por tanto colaboradores del aún presidente, sí han tenido presencia activa a lo largo de toda la campaña. Algo totalmente esperable para la consejera de Hacienda en funciones, Dolores Carcedo, paisana de Barbón, pieza importante de su equipo y candidata en campaña a la Junta General, y menos de cajón pero tampoco sorprendente, en casos como el del exconsejero de Infraestructuras y flamante senador Fernando Lastra.

Fernández no es el único. Uno de sus rivales parlamentarios más directos en la legislatura expirada también brilla por su ausencia en los actos de Podemos. El exportavoz de Podemos Asturies Emilio León tampoco se ha dejado ver estos días, al menos en los estrados y las primeras filas de los actos de campaña. En solo cuatro años, parecen quedar muy lejos quedan los días de su máximo protagonismo en la anterior campaña, en la que se batió como un entusiasta y belicos cabeza de lista. El eclipse empezó después de su renuncia como diputado autonómico en julio del pasado año, y sigue, en un paso, quizá definitivo, de la portavocía parlamentaria al silencio político.

Otro desaparecido en estos días de brega preelectoral, también previa dimisión, es el excoordinador asturiano de IU, Ramón Argüelles. La victoria de Ángela Vallina en las primarias de la coalición de izquierdas parecen haber empujado fuera de encuadre a Argüelles, a quien tampoco se ha podido detectar -al menos, en ninguna ubicación visible- en los actos de campaña, incluido el central,  que se celebraba ayer en Gijón.

Dentro del PP, la desaparición no es presencial, sino digital. A quien entre en la página web del Partido Popular de Asturias no podrá menos que llamarle la atención la ausencia de cualquier referencia a la cabeza de lista al Principado, María Teresa Mallada, en las entradas de actualidad de la portada y en los archivos de la sala de prensa, que siguen estos días recogiendo las entradas referidas a la candidata al Congreso en las pasadas elecciones, Paloma Gázquez. Frente a lo que se ve en las webs de otros partidos, la campaña asturiana está totalmente ausente de la del PP, centrada en la actividad orgánica y parlamentaria de la presidenta y diputada saliente, Mercedes Fernández.

El caso de Francisco Álvarez-Cascos no es en sentido estricto el de un desaparecido, ni parece mediar tampoco ninguna pugna interna con resultado de derrota previa a su evaporación de la zona más visible de la política asturiana. Pero hace tiempo que el expresidente asturiano, exministro popular y fundador de Foro Asturias tiende a ejercer desde dentro: un proceso que se inició tras su salida del Gobierno autonómico, pero lógicamente se percibe más en periodos de campaña. En realidad, de donde ha desaparecido es más bien de los actos de mayor envergadura en la zona central del mapa. Su labor de campaña se desarrolla en el Occidente, de cuya lista electoral forma parte: Corvera, Valdés, Barcia, Cangas del Narcea, Navia... y tiene previsto saltar al Oriente esta semana.  Con todo, en primer plano estos días está a la Presidencia autonómica Carmen Moriyón Tampoco el caso de una excorreligionaria de Álvarez-Cascos y Moriyón, Cristina Coto, es una desaparición, salvo que se observe desde el punto de vista de Foro, de donde salió de portazo en junio del psado año. La presencia que perdió en Foro la ha ganado en Vox, siglas que representa en la pugna por la alcaldía de Oviedo.

EUROVISIÓN SE CUELA EN EL MITIN DE IU

No fue ninguna consigna relacionada con los programas, con Asturias, con la lucha de clases o con la III República: el momento más caliente del sosegado mitin de Asturias por la Izquierda ayer en Gijón se caldeó de forma casi intempestiva a costa del acontecimiento paramusical de anoche en Tel Aviv. El acto central de campaña de la coalición formada por Izquierda Unida e Izquierda Asturiana había discurrido por cauces muy tranquilos durante las intervenciones del coordinador federal, Alberto Garzón, y de la candidata asturiana, Ángela Vallina, y algo más vibrantes cuando tomaron la palabra Faustino Zapico, secretario general de IA, y la segunda en la lista gijonesa, Ana Castaño; tan sosegado que en algún momento el presentador del acto y coordinador local, Faustino Sabio, tuvo que pedir que se agitaran las banderas para romper un poco cierta atonía de una militancia demasiado en modo-conferencia y un poco contagiada por el frío sábado de mayo, a pesar de la buena voluntad y la disciplina que demostraron al salir de casa en un día de perros.

Entonces tomo el micro Aurelio Martín para cerrar el acto. Y lo primero que hizo, el candidato a la alcaldía gijonesa, en un tono belicoso y electrizante que pilló por sorpresa al respetable, fue levantar la voz por la causa palestina, lanzar un «menaje de solidaridad» y pedir el boicot «a un festival infame e indecente». Sus palabras fueron sepultadas por la ovación y el aplauso más fervoroso de la mañana. El viejo entendimiento entre la izquierda asturiana y el pueblo palestino pudo más que las consignas locales y las declaraciones políticas de cercanías.

Y eso antes de saber cómo le iría a Miki y a La Venda en Tel Aviv.