Alberto Garzón le hace «la autocrítica» a IU de Asturias por ir por separado

L.O.

ASTURIAS

Alberto Garzón, portavoz de IU en el Congreso.
Alberto Garzón, portavoz de IU en el Congreso. Fernando Alvarado | EFE

El coordinador federal señala que la federación asturiana ha perdido muchos votos como ejemplo de división

28 may 2019 . Actualizado a las 13:19 h.

El coordinador general de Izquierda Unida a nivel federa, Alberto Garzón, ha hecho un balance de los resultados de la formación, que en la mayor parte del territorio concurrió junto a Podemos, en el que carga contra las agrupaciones, como el caso de la asturiana, que optaron por acudir a las urnas en solitario. Garzón señala además a Llamazares como causante los problemas internos en la federación. Lo hace en un artículo publicado en ElDiario,es  y en el que bajo el título de «Por qué es necesaria la autocrítica» defiende el modelo de integración con los morados e insiste en que los territorios con más pérdidas de votos son los de Asturias y Aragón.

Tras una larga introducción que se remonta a mediados del siglo XIX, Garzón apunta a las causas del derrumbre en sufragios de Unidos Podemos señalando la división y «escisiones», señalando el caso de la comunidad de Madrid, como principal causa de la caída. Así añade que  «las caídas han sido más pronunciadas allí donde hemos ido separados (...) y menor allí donde hemos ido unidos»; en referencia a Podemos.

También indica Garzón que «es llamativo también que, en todos los territorios, con la excepción de Asturias, los resultados de las generales de hace un mes han sido mejores que en estas autonómicas. Pero aún más llamativo es que en las elecciones europeas, que se votaban a la vez, se han tenido mejores resultados en todos los territorios menos en Asturias y Aragón. Las candidaturas de unidad, en general, han resistido mejor». En Asturias la candidatura común de Unidas Podemos ya cosechó un importante descenso en las generales, un mes después la suma de los votos por separado de Podemos Asturies e IU de Asturias también reunió un número menor de sufragios. En el caso de Zamora, la única capital de provincia gobernada por IU (con un posicionamiento opuesto abiertamente al de Garzón) y que además ha multiplicado su mayoría, el coordinador general explica el resultado por el quehacer de «alcaldes de esas ciudades, y de sus equipos, pero no tanto de sus marcas respectivas» ya que bajaron en las europeas allí y es un «voto dual es propio de alcaldes carismáticos».   

En su enumeración de las distintas divisiones y escisiones que aquejaron a la organización en los últimos meses, Garzón señala Asturias con una mera mención «Gaspar Llamazares anunció que formaba un partido nuevo, provocando un incendio en IU y en Asturias». Aunque en realidad la historia es algo más compleja que todo eso. Si IU Asturias descendió tanto en su número de escaños en el parlamento es porque perdió casi la mitad de los votos y también porque tenía un grupo grande, de cinco a dos asientos en la cámara. En pocos territorios se partía de una situación de tanta representación.

Los problemas entre IU Asturias y la dirección federal arrancan de largo y aunque los momentos de enfrentamiento más puros se personificaron en Gaspar Llamazares, tienen un marco de fondo que responde a una discrepancia profunda sobre el modelo de partido y la relación de alianza con Podemos. El conflicto con Llamares estalló en plenas navidades, en un momento en el que el entonces portavoz parlamentario contaba con presentarse a las primarias para repetir como candidato autonómico (y serias posibilidades de ganar). La participación de su plataforma Actúa en las municipales de Madrid y la difusión mediante filtraciones de conversaciones en las que valoraba una ruptura con IU, llevaron a la dirección federal a plantear su veto para que pudiera participar en esas primarias. Pero la competencia de sanción era de IU Asturias que no la ejerció, la tensión entre Asturias y Madrid era extrema y Llamazares desistió de participar alegando que no quería ser la excusa para una intervención. Dejó el grupo parlamentario y su escaño y se lanzó de pleno con Actúa, que se presentó a Generales y Europeas.

Si Llamazares mencionó el peligro de intervención es porque meses atrás el propio Garzón exhibió la amenaza por carta tras decidir la federación asturiana (que ya había votado mantener su identidad electoral) no celebrar el referendum abierto a militantes y simpatizantes sobre la alianza con Podemos en autonómicas, locales y europeas. Asturias denunció que se había hinchado el censo de participantes. Tras desenterrar el hacha de la guerra la volvieron a enterrar con el compromiso de una doble consulta (la asturiana sólo para militantes, y la federal con simpatizantes) pero que sólo la asturiana fuera vinculante. El respaldo a ir en solitario fue abrumador. Hubo protestas también cuando se excluyó a toda representación asturiana de la candidatura europea.

Finalmente, las primarias de IU Asturias se celebraron sin acuerdo de las principales familias de la formación, que fueron por separado. Ángela Vallina, más contraria a Garzón, se impuso a la lista encabezada por Ramón Argüelles, el coordinador regional, que presentó su renuncia. La formación aún debe elegir una dirección provisional con la que afrontar un congreso. Con ese panorama la coalición se lanzó a los comicios. Para las municipales se había dejado libertad a las agrupaciones para decidir sus alianzas, Langreo y Avilés son los concejos en los que había mayor afinidad entre ambos grupos, pero en la mayoría IU fue en solitario. La fortaleza municipal de la coalición ha resistido en los concejos con la frontera con la cordillera en las cuencas, alrededor de Lena, hasta Grado y con un afianzamiento en Mieres. Pero la cruz de esa cara es la dura derrota en Oviedo donde no lograron ni un concejal.