El Princesa de la Concordia era el sueño para Pawel Adamowicz, el alcalde asesinado en Gdansk

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El vicealcalde de la ciudad y el director del Centro Europeo de Solidaridad afirman que es un premio por el que el regidor, acuchillado en enero, siempre luchó

14 jun 2019 . Actualizado a las 10:40 h.

La noticia del Premio Princesa de Asturias de la Concordia ha sido celebrada en Gdansk como una condecoración a la lucha de esta ciudad por ser abierta, tolerante y libre frente a las duras políticas que tiene el resto del país así como muchos países europeos. Su vicealcalde, Maciej Buczkowski, así como el director del Centro Europeo de Solidaridad, Basil Kerski, han hecho hincapié en la memoria de su antiguo alcalde, Pawel Adamowicz asesinado a puñaladas el pasado enero y para quien este galardón significaba «un sueño».

El vicealcalde de Gdansk, Maciej Buczkowski, recordó que la concesión a esta ciudad polaca en España del Premio Princesa de Asturias de la Concordia supone «hacer realidad» el sueño que tenía su anterior alcalde, Pawel Adamowicz, asesinado a puñaladas el pasado enero durante un acto público. «Pawel (Adamowicz) aspiraba a que Gdansk recibiese este reconocimiento, que consideraba un premio al papel que nuestra ciudad ha jugado en las últimas décadas como espacio de libertad, solidaridad y concordia, por lo que hoy estaría muy satisfecho de ver que su anhelo se ha hecho realidad», explicó Buczkowski a Efe.

El vicealcalde de Gdansk subrayó que este galardón demuestra que Gdansk es «una ciudad excepcional: abierta, tolerante y libre», un «espacio único» en Polonia, desde el que se pretende impulsar el diálogo y el entendimiento como elementos clave en la vida política. Buczkowski dijo que la localidad recibe este premio como un homenaje póstumo al anterior alcalde, Pawel Adamowicz, en el cargo desde 1998 hasta su asesinato a puñaladas el pasado mes de enero, quien solía referirse a Gdansk como una ciudad de la libertad y la solidaridad. La muerte de Adamowicz conmocionó a Polonia y evidenció el tenso debate político que vive este país centroeuropeo, donde gobierna el partido nacionalista-conservador Ley y Justicia desde 2015, muy criticado por Bruselas por sus polémicas reformas. Adamowicz pertenecía, como la actual corporación municipal de Gdansk, al partido liberal de centro-derecha Plataforma Ciudadana, principal fuerza de la oposición en Polonia.

El actual vicealcalde de Gdansk también tuvo palabras de agradecimiento para las personas que han apoyado la candidatura de esta ciudad, en especial a Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo, nacido precisamente en Gdansk y fundador de Plataforma Ciudadana. La candidatura también fue apoyada, entre otros, por el Premio Nobel de la Paz y líder histórico del sindicato Solidaridad, Lech Walesa, quien hoy se encontraba en Oslo y con quien Efe intentó contactar sin éxito. El jurado ha distinguido a la ciudad polaca con este galardón por ser «un símbolo histórico y actual de la lucha arriesgada por las libertades cívicas en un punto crucial donde el espíritu de Europa consigue renacer una y otra vez frente a la intolerancia o la opresión». El acta del jurado subraya que «la historia y el presente de la ciudad de Gdansk son un ejemplo de sensibilidad ante el sufrimiento, de solidaridad, de defensa de las libertades y los derechos humanos y de extraordinaria generosidad».

Centro de Solidaridad de Gdansk

El director del Centro Europeo de la Solidaridad de Gdansk, Basil Kerski, dijo que el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2019, con el que ha sido galardonada esta ciudad polaca, es un «acicate» para seguir luchando por el diálogo y el entendimiento tanto en Europa como en Polonia. «Es un reconocimiento muy importante para nosotros», aseguró Kerski en declaraciones a Efe, porque destaca «nuestra lucha por la libertad y la tolerancia durante las últimas décadas, desde el nacimiento del sindicato Solidaridad hasta la actualidad».

«Hasta ahora éramos la ciudad de la solidaridad y la libertad, pero a partir de ahora también seremos la ciudad del diálogo y la concordia, como nos reconoce un premio de la importancia del Princesa de Asturias», añadió. Kerski, quien dirige el Centro Europeo de la Solidaridad, donde se continúa con el legado del mítico sindicato Solidaridad liderado por Lech Walesa, también indicó que este reconocimiento era una de la ambiciones del anterior alcalde de Gdansk, Pawel Adamowicz, asesinado el pasado enero durante un acto público. «Era uno de sus proyectos personales más importantes, quería que Gdansk fuese reconocida con este premio», subrayó.

En ese empeño, la candidatura de Gdansk había sido apoyada por personalidades como el propio Walesa, el presidente del Consejo Europeo, el polaco nacido en Gdansk Donald Tusk, o el compositor Krzysztof Pederecki. «Esperemos que este reconocimiento también ayude al entendimiento en Polonia, que sirva de acicate para que logremos encontrar un espacio de diálogo» para reducir la crispación política que vive este país, añadió. La ciudad polaca de Gdansk, convertida en símbolo de la resistencia contra el nazismo y de la lucha por la recuperación de las libertades en Europa, fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2019. Gdansk es «un símbolo histórico y actual de la lucha arriesgada por las libertades cívicas en un punto crucial donde el espíritu de Europa consigue renacer una y otra vez frente a la intolerancia o la opresión», resaltó el jurado.

El acta subrayó que «la historia y el presente de la ciudad de Gdansk son un ejemplo de sensibilidad ante el sufrimiento, de solidaridad, de defensa de las libertades y los derechos humanos y de extraordinaria generosidad». Gdansk sufrió la que está considerada como la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial cuando el 1 de septiembre de 1939 el Ejército nazi invadió Polonia y también vio nacer en 1980 el sindicato independiente Solidaridad, clave en el proceso de desaparición de los regímenes totalitarios comunistas de Europa. Gdansk ha destacado, desde el restablecimiento de la democracia en Polonia hace treinta años, por su dinamismo económico, apertura, cohesión ciudadana y carácter tolerante, especialmente a través de programas dedicados a la integración de la inmigración y la defensa del colectivo LGTB.