Las secuelas políticas del nuevo tablero municipal en Asturias

J. C. G. GIJÓN

ASTURIAS

Mapa municipal de Asturias tras las investiduras de junio de 2019
Mapa municipal de Asturias tras las investiduras de junio de 2019

La configuración final de los ayuntamientos asturianos y los procesos que han llevado a ella tendrán consecuencias a corto plazo dentro y fuera de los partidos asturianos

17 jun 2019 . Actualizado a las 20:20 h.

La tabla de colores para los próximos cuatro años de política municipal está ajustada en Asturias. El sábado de plenos, votaciones y discursos ha dejado fijados los tonos para las casillas de cada uno los 78 concejos del Principado, con muy escasas variaciones respecto al que se anticipaba hace 21 días ante las urnas recién escrutadas. La de ayer fue una jornada emocionante pero en muy pocos casos sorprendente. Sus alegrías o disgustos estaban ya digeridos y asimilados en la mayor parte de los casos. Y, sin embargo, este 15J de desembarcos, renovaciones o despedidas municipales va a dejar secuelas en el tablero politico asturiano; no solo las internas que tendrán que reajustar el metabolismo político en cada municipio, sino sobre todo, las que desbordan las fronteras municipales: consecuencias más o menos traumáticas que van a determinar lo que suceda en las próximas semanas a una escala más amplia entre partidos o dentro de los partidos.

El PSOE es la única formación que, al margen de malabarismos dialécticos, tiene todas las razones para sentirse tan satisfecha como manifestaba anoche el secretario de Política Municipal y reelegido alcalde de Corvera, Iván Fernández, en el comunicado oficial de la Federación Socialista Asturiana: 53 concejos gobernados, 37 de ellos con mayoría absoluta, y unas cuantas incertidumbres despejadas a favor en el último momento en concejos como Carreño, donde repite Amelia Fernández, y Colunga, donde además Sandra Cuesta retuvo la alcaldía gracias al mal entendimiento entre PP y Ciudadanos. Queda el revés in extremis en Ibias, donde Silvia Méndez a pesar de ser la más votada, era descabalgada en uno de esos pactos «contra natura» de los que advertía a primera hora de ayer Adrián Barbón: la marca local de Podemos, Nós, en clave de desquite haciendo frente con Foro y el PP para dar el gobierno local a Gemma Fernández, la única concejala popular. Queda el resquemor por ver de nuevo que el cuatripartito llanisco ladea la suma de votos del PSOE, prolongando la tensa atmósfera en el concejo del Oriente. Y queda, desde luego, en todo el centro, la herida de Oviedo, que se dejó ver en el dolorido y agresivo discurso de relevo de Wenceslao López hacia -o mejor, contra, Alfredo Canteli- y que sin duda marcará, al menos durante un tiempo, el clima en la nueva corporación ovetense. Pero hay calmantes, con todo: los éxitos en Gijón, Avilés, Siero -con mayoría absoluta gracias a Foro para Ángel García-, el Langreo recuperado por Carmen Arbesú o Ribadesella, tras el entendimiento no tan «contra natura» entre Ramón Canal y Ciudadanos.

Esta última formación añadió ayer algunos matices más de gris a su naranja postelectoral, mucho menos vivo que el que se esperaba exhibir en Asturias antes del 26M. El bastón de alcalde de Colunga -convertida de repente en plaza emblemática porque hubiese sido la primera pica de un alcalde de Ciudadanos en Asturias- se le esfumó a José Antonio Toyos para volver a manos socialistas. El notable crecimiento en plazas como Gijón al final tampoco se traduce en nada más allá de ser el grupo más nutrido de la oposición, y la evidente euforia de Ignacio Cuesta en su discurso en modo plenamente vicealcalde ante el pleno ovetense quizá satisfaga en Oviedo, pero no saldrá gratis para las pretensiones de otros actores.

Ayer mismo el candidato autonómico Juan Vázquez, a quien la decantación hacia Alfredo Canteli seguramente no le produjo excesiva alegría, se apresuraba a desmarcar las vísperas ovetenses de las conversaciones que espera seguir manteniendo con Adrián Barbón para la constitución del Gobierno autonómico. Mientras, un Wenceslao López con aire ultrajado pedía expulsar definitivamente a Ciudadanos de ese escenario, con todas las papeletas para que se le escuche. Entre las bambalinas parlamentarias la formación de Albert Rivera quedaria desdibujada sin peso y sin ejecutoria en el Principado, y reducida a su puro y muy limitado peso numérico en la Junta General.

Para IU, por el contrario, las consecuencias se calibran el clave interna. Salvo en plazas como Gijón, donde la formación estará muy ocupada cocinando a fuego lento la aproximación de programas con el PSOE de cara a una estrecha relación en el mandato, la semana que viene se presenta áspera para la Coordinadora que lleva las riendas de la coalición en Asturias hasta la próxima asamblea. Toca saber qué se hace con los concejales que han desoído las directrices para votar la lista más votada -la del PSOE- en Carreño o en Llanes. En este último concejo, la formación que encabezó el difunto Javier Ardines hace cuatro años ha vuelto a ser lado en el cuatripartito, y en Carreño la lista presentaba ayer su propia candidatura. Lo último que necesita IU en el estado en el que la han dejado la dimisión de Ramón Argüelles, la marcha de Gaspar Llamazares y los flojos resultados en el Principado y en los municipios, es la dialéctica del aparato y el motín. Una amenaza que eclipsa la alegrías llegadas ayer de las Cuencas, con un rutilante Aníbal Vázquez como icono de la resistencia de IU al declive.

Respecto a Podemos, salvo el protagonismo adquirido en ayuntamientos como el de Carreño con la suma a tres que ha refrendado de nuevo a Yasmina Triguero como alcaldesa, o el alcanzado en Ibias merced a su entendimiento con PP y Foro, la formación morada tiene poco de lo que congratularse en esta última ronda municipal. Ha sufrido duros revolcones en Oviedo y Gijón, divididos por dos exactamente del mismo modo sus representantes en ambas ciudades, y ha perdido ayuntamientos como Langreo. El rifirrafe entre el exdiputado Héctor Piernavieja y el secretario general asturiano, Daniel Ripa, es solo un síntoma de la incomodidad de sectores de Podemos que esperan autocrítica o algún otro tipo de reacción, dentro y fuera de Asturias. El argumento de Ripa sobre el hecho de que Asturias haya cosechado «los mejores resultados de España» no es mucho decir, visto el otro término de la comparación.