Alcoa aplicará el lunes el ERE si los trabajadores no bendicen el acuerdo

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ASTURIAS

Los comités se enrocan en que no avalarán un pacto en el que no han participado

05 jul 2019 . Actualizado a las 07:23 h.

El cuento de nunca acabar. En eso parece haberse convertido el proceso de venta de las plantas que tiene la multinacional Alcoa en A Coruña y Avilés. Enredados como andan la dirección de la estadounidense y los sindicatos en un tira y afloja que se antoja eterno.

Alcoa tiene ya cerrado el acuerdo para venderle las factorías al fondo suizo Parter Capital. Un acuerdo que puso el miércoles sobre la mesa de los sindicatos para lograr su aprobación. Porque la multinacional insiste en que la operación ha de contar con el visto bueno de las plantillas. Pero, hete aquí que los representantes sindicales no están por la labor. Se niegan por el momento a dar su aval al documento. Más los asturianos que los gallegos. No quieren cargar con el mochuelo de haber respaldado una operación que al final acabe en fiasco. Lo dejó muy claro el miércoles, antes de entrar a la reunión que se celebraba en un hotel de Madrid, el presidente del comité de empresa de Avilés, José Manuel Gómez de la Uz: «Si lo que quieren es que avalemos la compraventa y que luego no haya posibles denuncias o que, aun incumpliendo el acuerdo, no se pueda hacer nada, que se olviden». «No tenemos por qué avalar, bendecir o ratificar ningún acuerdo en el que no hemos participado», insistía ayer.

El encuentro del miércoles acabó sin acuerdo. Y ayer hubo que reanudar las negociaciones. Al cierre de esta edición, todavía continuaban.

Sobre la cabeza de los trabajadores, la espada de Damocles del 7 de julio, fecha hasta la que la multinacional les ha dado de plazo para que bendigan el acuerdo de compraventa. De lo contrario, el ERE que supone el despido de unos 268 trabajadores entre las dos plantas podría aplicarse ya este mismo lunes.

Una vez obtenido el sí de los sindicatos, entonces sí el fondo suizo contaría hasta el 31 de julio para aportar las garantías de liquidez que le ha exigido Alcoa. Llegada esa fecha, si Parter cumple, el ERE quedará descartado. Si no lo hace, se ejecutará. Al día siguiente, el 1 de agosto.

En el Ministerio de Trabajo se entiende que el texto es asumible para los sindicatos, ya que no introduce obligaciones distintas a las que se acordaron en enero. Y fuentes de Alcoa consideran que las trabas a la ratificación obedecen a que todo el mundo quiere salvaguardar su posición, al tiempo que insisten en que la ratificación es importante para todos. Por el camino, Alcoa ha elevado su aportación al proceso de venta hasta los casi de 100 millones de dólares (unos 89 millones de euros). Así, además de los 20 millones de dólares por planta que se comprometió a poner sobre la mesa, la multinacional estadounidense estaría ahora dispuesta añadir otros algo más de 50 para garantizar el empleo a la totalidad de la plantilla y asegurar un plan industrial más allá de dos años. Se trata de un compromiso añadido al que figuraba en el acuerdo del ERE de enero, según ha trascendido del entorno de Alcoa, y que conocen todas las partes implicadas en el proceso. Por su parte, Parter también parece tener todo encarrilado para demostrar que dispone de los 30 millones de dólares que le exigió la aluminera para garantizar la reanudación de la actividad productiva en las dos fábricas y cuya ausencia a punto estuvo de dar al traste con todo el pasado viernes, cuando Alcoa anunció la ruptura de las negociaciones si no había dinero contante y sonante encima de la mesa.

La siderurgia también acusa el parón de la automoción y pide energía barata 

El parón de la industria automovilística ya está pasando factura a la siderurgia española, que produce parte de sus materiales. Y justo en una etapa especialmente delicada porque ha aumentado la diferencia de costes, fundamentalmente energéticos, frente a su competencia en la UE donde la energía es 15 euros más barata, en promedio, por megavatio-hora (MWh). «Alguien irresponsablemente hizo unas declaraciones» sobre los vehículos diésel -en referencia a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera- que agudizaron las caídas en las ventas de coches, se quejaron ayer desde Unesid, la patronal siderúrgica.

En cualquier caso, la principal reivindicación de Unesid es que se abarate el precio de la energía, un 50 % más cara en España que en Alemania y un 40% mayor que en Francia.