Peces lobo y peces limón: los nuevos habitantes de las aguas asturianas

Carolina García REDACCIÓN

ASTURIAS

En la parte de arriba un ejemplar de pez globo y en la de abajo uno de mero africano
En la parte de arriba un ejemplar de pez globo y en la de abajo uno de mero africano

Los científicos detectan la presencia de ejemplares de otras latitudes en el Cantábrico, mientras que la merluza o el jurel ya han llegado a aguas del norte de Europa

14 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La temperatura de nuestros mares y océanos está cambiando. El fondo marino no es ajeno al cambio climático y el calentamiento del agua está obligando a las especies marinas a emigrar. El mar Cantábrico, por su privilegiada ubicación -está en un cruce de caminos dentro de la provincia Lusitánica-, recibe en sus aguas templadas tanto ejemplares de climas más cálidos como de aguas más frías. Son los nuevos moradores de las aguas asturianas: especies tropicales como pez globo, pez limón o mero africano, o de mares del norte como el lumpo o pez lobo. Es el resultado de una emigración que comenzó hace aproximadamente una década, pero que con el paso de los años cada vez es más frecuente. Lo vienen observando científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) como Eva Velasco, que durante nueve años se dedicó a desgranar las entradas del fondo marino asturiano. «En los últimos años hemos detectado una afluencia de presencia de especies tropicales que han llegado al Cantábrico», explica la científica. 

Un pez globo
Un pez globo Adrián carrera

Lo que ocurre es que las especies acostumbradas a agua cálidas encuentran ahora que su área es mayor. Es decir, llegan hasta el Cantábrico porque en su camino no detectan un cambio, están en su hábitat. Y así recorren miles de kilómetros hasta llegar a las aguas asturianas. Este proceso se conoce como tropicalización y ocurre, relata Velasco, «cuando se detecta una mayor presencia de especies no nativas afines a aguas más cálidas en latitudes más altas».

¿Y cómo se explica la presencia de especies del norte de Europa, acostumbradas a aguas más frías, que las del Cantábrico? La respuesta está en el fondo del mar. Y es que, el Cantábrico además de situarse en una zona de corrientes lo que propicia este proceso, contiene muchos cañones, muy profundos, y de aguas muy frías. En cualquier caso, provengan del norte o del sur, que lleguen hasta nuestra costa no quiere decir que se instalen. «Muchas son de paso y para que se queden necesitan adaptarse y eso es un proceso que necesita tiempo», matiza Velasco.

De hecho, aún es pronto para extraer conclusiones y los investigadores necesitan un periodo más amplio para determinar cuántas especies continúan viaje, o cuántas especies se establecen en la costa asturiana. Y en este aspecto, como ocurre en otras especies, la capacidad de adaptación depende de muchas variables. De hecho, aclara la científica «existen lo que llamamos las especies euritermas con un rango de temperatura más amplio, y las esternotermas como los peces abisales incapaces de sobrevivir en aguas cálidas». 

Las merluzas y jureles llegan al Norte de Europa

Que los ecosistemas marinos se están adaptando al cambio climático es ya una realidad. Y en este proceso, las especies del Cantábrico no se quedan atrás. Al aumentar la temperatura del agua, la merluza y el jurel han comenzado a extender su territorio y cada vez es más habitual su presencia en el norte de Europa. «No quiere decir que estén desapareciendo del Cantábrico, si no que su rango de distribución es mayor», matiza Eva Velasco.  

En este trabajo de investigación, además de las campañas oceanográficas del IEO para evaluar los recursos del cantábrico que llevan a cabo desde la década de los 80, de su red de información y muestreo, Eva Velasco agradece la labor que realiza el sector pesquero con el que trabajan codo con codo. «Nos avisan cada vez que capturan una especie que nunca han visto», recalca.