El vicepresidente, que asume competencias de Industria, advierte de que «la nueva política» no debe sustituir diálogo «por descalificaciones y teatro»
22 jul 2019 . Actualizado a las 18:24 h.Dice Juan Cofiño, el auténtico hombre fuerte del nuevo Gobierno asturiano, para el que se recuperó la figura de vicepresidente y que será mano derecha de Barbón (mano del rey para las generaciones más jóvenes y seriéfilas) que el jefe del Ejecutivo le convenció «de forma muy natural» casi paso a paso para regresara a la política. Después de un largo tiempo, 16 años, alejado de la primera línea, Barbón con quien la une una amistad personal -«cuando yo abandoné la política empezaba él y siempre nos hemos entendido muy bien, tenemos una cierta empatía entre los dos»- y lo que empezó como una petición de ayuda para la campaña se convirtió en una incorporación primero a la lista electoral y luego al gobierno.
Y no para un puesto cualquiera. La Vicepresidencia de Cofiño asume competencias muy relevantes más allá de la propia coordinación de las labores del Gobierno, también materia de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático. Todo ello notable, no sólo por el desarrollo de importantes vías de comunicación aún pendientes en Asturias sino porque las áreas medioambientes suponen una de las cuestiones más delicadas para el futuro de la economía regional, en una compleja dicotomía con la industria, que supone alrededor de la cuarta parte del PIB asturiano.
«Las áreas de responsabilidad las conozco; algunas son nuevas, la política también ha cambiado en estos 16 años, pero el ámbito de infraestructuras no me es ajeno, quizá el tema medioambiental es más novedoso para mí, aunque no desconocido», destacó Cofiño quien apuntó que su experiencia como secretario general de Presidencia durante el mandato de Vigil le hace conocer también «con otro perfil y en otro nivel, pero algo parecido», la labor de coordinación y de impulso de gobierno «que funcione la maquinaria administrativa es muy importante aunque sea poco visible».
El vicepresidente resaltó también que abandonó la política hace 16 años «porque ya necesitaba un refresco y me fui a la actividad privada. Pero bueno, hecho el refresco, amplio en el tiempo, regreso con nuevas ganas y nuevos bríos». Barbón destacó que su presencia en el gobierno es el elemento de experiencia en un gabinete muy joven y en esa descripción se reconoce el propio Cofiño, «yo si algo aporto en este equipo es esa gotita de experiencia en relación con una generación que llega con muchas ganas, y el protagonismo tiene que ser de ellos».
Su regreso no fue recibido sólo con aplausos. Desde Podemos se le puso como ejemplo de puerta giratoria y se le señaló como vinculado a la crisis que hoy atañe a los trabajadores de Telecable, empresa en la que él fue directivo en su paso por la iniciativa privada. Al respecto, Cofiño apuntó que «ya he visto como espectador y ciudadano lo que daba de sí la nueva política y, si es esto, no sé si ha merecido mucho la pena. Si se sustituye el diálogo, los argumentos por las descalificaciones y por el teatro, en fin, no sé. Afortunadamente los ciudadanos están de regreso también. A Podemos, en España y en Asturias en concreto, los ciudadanos les han aplicado un severo correctivo; parece que no han tomado nota de ello».