En diez años, si las emisiones de CO2 no se reducen, la temperatura máxima anual subirá casi un grado

En Asturias, en 2030, podrían darse tantas o incluso más noches cálidas que en el mismo año en Andalucía. Hasta 108 noches cálidas como máximo frente a las 101 que se proyectan, también como máximo, en Andalucía si no se reducen las emisiones de CO2 a la atmósfera como contemplaba el Acuerdo de París. De no tomarse medidas drásticas, en ese mismo escenario Asturias tendrá dentro de 10 años olas de calor que podrían llegar a durar hasta 47 días. Más días incluso que la duración máxima que se calcula, en el mismo escenario, para 2100, un año en el que la temperatura máxima anual del Principado subiría casi 4 grados.

Pero no hace falta irse a 2100 para apreciar la magnitud de los estragos del calentamiento global provocado por el hombre. En 2030, la temperatura máxima anual estaría a un par de décimas de haber subido en apenas una década casi un grado en Asturias mientras que la mínima se incrementaría también en torno a medio grado. En 2100, la temperatura mínima anual subiría tres grados. Estos son datos que se pueden visualizar en la herramienta AdapteCCa, desarrollada por el Ministerio para la Transición Ecológica con la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para mostrar cómo será el clima futuro por regiones e incluso municipios en los dos escenarios definidos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC): en uno, denominado RCP 4.5, se cumplen los objetivos establecidos en París hace justo tres años, y en el segundo, el RCP 8.5 y sobre el que se basan los datos expuestos en este artículo, no se cumplen como está ocurriendo hasta ahora. 

Los datos de esta herramienta se han obtenido a través de las proyecciones globales del quinto informe de evaluación del IPCC, que se remonta a 2014 y al que seguirá un sexto documento que se publicará en 2021, así como de las proyecciones puntuales de la Aemet (elaboradas mediante distintas técnicas de regionalización estadística) y de las procedentes del proyecto internacional Euro-CORDEX. A través de series temporales, se muestran hasta 25 variables de datos que permiten hacerse una idea de la severidad y la frecuencia de eventos extremos climáticos que están por llegar de aquí a 2100, proporcionando una visión de la tendencia y, ante la incertidumbre asociada al aceleramiento del cambio climático, un rango de valores posibles para cada una de ellas.

Temperaturas máximas 

En el futuro más cercano, que llega hasta 2040, se disparan las temperaturas máximas extremas anuales. De nuevo, en 2030, la proyección es de una temperatura máxima extrema en Asturias de casi tres grados más y se alcanzaría un rango máximo de 40 grados. En 2020, esta misma variable se queda en un rango máximo de 35 grados (similar a 2019) y, en 2100, las proyecciones son algo más altas y podrían alcanzarse máximas extremas de hasta 41,5 grados.

Las noches cálidas, como ya se ha mencionado, podrían superar el centenar como máximo en 2030, pero en 2100 ese centenar sería el rango mínimo. El máximo serían 162 noches cálidas. En esta década, ese rango máximo anual fueron unas 70 noches cálidas. El número de días con temperaturas mínimas por encima de los 20 grados también se incrementan de manera considerable: de los 8 como máximo que se calculan en 2020 se pasaría a 30 en 2030. Los mismos que se proyectan para 2100.

Temperaturas mínimas

La temperatura mínima anual subiría década a década hasta alcanzar esos tres grados más en 2100. La misma tendencia se reproduce en la temperatura mínima extrema, que subiría algo más de cuatro grados hasta quedarse en 2100 en una media de -0,99 grados. De hecho, el número de días con temperaturas por debajo de los cero grados en Asturias se reducirían de manera drástica a partir de 2050. Si en 2020 se proyectan una media de 40 días con temperaturas bajo cero, en 2030 serán 36 y, en 2100, solo 13.

Precipitaciones

Si las temperaturas suben, las lluvias bajan y de forma gradual. De media, en 2020 se calcula que lloverá 178 días; en 2030, 168 y, en 2040, 166. En 2100, esa misma media de días lluviosos se quedaría en 153 jornadas.

También la media de precipitaciones por día disminuye de forma relativamente moderada: de los 4,79 litros por metro cuadrado de 2010 se pasaría a los 4,30 de 2030 y a los 3,81 de 2100. A estas proyecciones, con destacadas oscilaciones entre los rangos mínimos y máximos, se suman también las medias de las precipitaciones máximas en 24 horas, con un descenso similar: de los 70,77 litros por metro cuadrado que se alcanzarían en 2020 se pasaría a los 66 de 2030, una cifra que se mantiene casi hasta 2100, con 60 litros por metro cuadrado en una misma jornada. Las lluvias máximas que se podrían llegar a acumular en cinco días  pasarían de una media de 155 litros por metro cuadrado en 2020, una cifra similar a 2010, a los 145 de 2030 y a los 124 de 2100.