El contraataque casquista deja a Foro dividido ante el presupuesto

Juan M. Arribas

ASTURIAS

El número dos de la coalición PP-Foro al Congreso, Isidro Martínez Oblanca,
El número dos de la coalición PP-Foro al Congreso, Isidro Martínez Oblanca, Alberto Morante

26 nov 2019 . Actualizado a las 16:13 h.

Foro afronta una lucha sin cuartel por el control de la organización en la que ambos contendientes, la presidenta Carmen Moriyón y el fundador, Francisco Álvarez-Cascos mueven sus fichas y manejan sus diferentes estrategias. La exalcaldesa de Gijón cuenta con el respaldo notable de los tres alcaldes que conserva la formación, los de Amieva, Salas y Peñamellera Alta. Los tres se presentaron junto al portavoz Adrián Pumares en la primera ronda de consultas con el gobierno asturiano para la negociación presupuestaria.

El contraataque casquista llegó de la mano de sus diputados más fieles. Recién logrado su escaño en el Congreso Isidro Martínez Oblanca, y en la Junta General, Pedro Leal. Ambos suscribieron una carta en la que acusan a Moriyón de pretender «hacerse a toda costa con las riendas del partido para traicionar el proyecto original como partido asturiano, autonomista y constitucional y transformarlo en bisagra, alejarlo del PP, y convertirlo en apéndice del PSOE para facilitarle apoyos parlamentarios para aprobar los presupuestos y aprobar la oficialidad del bable».

Moriyón destituyó a tres miembros de la directiva afines a Cascos este fin de semana, asegurándose una mayoría. El casquismo respondió con una crítica de la agrupación local de Avilés el domingo, y otra similar por parte de la agrupación de Colunga. En esta carta defienden a Cascos como «la persona y el político ante el que nos apiñamos todos como uno buscando una Asturias mejor en una España mejor». Y también culpan a la dirección de Moriyón de los resultados de abril y mayo por «las desastrosas campañas de ambas».

En todos los comunicados lanzados estos días por los casquistas, el foco se centra en José Suárez Arias Cachero, que este fin de semana afirmó que Foro no podía convertirse en un «plan de pensiones privado» para Álvarez-Cascos. En la crisis abierta en el partido, los detractores del fundador difundieron una relación de gastos, que incluía además de su sueldo el de un chófer, el combustible, peajes, hoteles por valor de más de 10.000 euros mensuales.