Sanidad niega que deje a enfermos de cáncer sin tratamiento

S.D.M.

ASTURIAS

Vista del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA)
Vista del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) J.L.Cereijido

La administración asegura que la comisión regional del medicamento no ha recibido ninguna petición formal para autorizar la terapia de Juan Carlos Villoria, el paciente que se ha trasladado a otra región

28 nov 2019 . Actualizado a las 14:21 h.

«Hasta ayer la omisión del Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios (Curmp) no había recibido ninguna petición para autorizar el tratamiento del paciente». Esta ha sido la respuesta oficial de la Consejería de Sanidad del Principado a la denuncia de Juan Carlos Villoria el asturiano que padece un cáncer de hígado y que se ha trasladado a otra comunidad autónoma para recibir la terapia con Regorafenib que le ha prescrito su oncóloga y que dice que le ha negado el Servicio de Salud del Principado (Sespa). Ante a gravedad del caso, la administración ha querido dejar claro que «nunca se deja a ningún paciente sin fármacos» y que, «si por motivos clínicos», no puede recibir la medicación que se propone, entonces siempre se le ofrece una alternativa. «El criterio nunca es económico. Siempre es médico», ha insistido el Gobierno del Principado consciente de la polvareda que ha despertado el caso de Villoria.

Los argumentos de la Administración asturiana chocan, por tanto, frontalmente con los del paciente, que dice que ha recibido una comunicación oficial, por escrito, en la que se le denegaba el Regorafenib. No obstante, ya estaba sobre aviso. Le habían indicado que el Principado estaba rechazando la mayor parte de las solicitudes de este tratamiento, que fue el que le prescribió la oncóloga del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) que le lleva el pasado 13 de noviembre. La médico le explicó que era la única alternativa que tenía a su alcance después de habre fracasado tanto el ensayo clínico en el que participó en Navarra como el Nexavar, el nombre comercial del genérico Sorafenib, con el que le habían estado durante los últimos meses. Las pruebas revelan que el tumor había crecido con rapidez y que afectaba ya a otros órganos.

Juan Carlos Villoria, un minero prejubilado de 59 años, busca una comunidad autónoma que le autorice el tratamiento para frenar el cáncer. No quiere decir dónde se encuentra para no entorpercer las gestiones que ha comenzado. Se ha trasladado a otra región acompañado por su mujer y reside temporalmente en casa de unos conocidos. Su prioridad es completar todos los trámites para poder concertar la primera visita con el oncólogo: empadronarse, sacar la tarjeta sanitaria,... Si todo va como espera, después pretende alquilar una vivienda. Villoria explica que ha elegido una autonomía que está autorizando las terapias con Regorafenib.

Su familia, mientras tanto, en Asturias utiliza otros métodos de presión. Han comenzado una movilización social en redes que crece con las horas. Su primo, el exconcejal y educador gijonés Mario Suárez del Fueyo, lo ha colgado en su perfil. La sobrina de Juan Carlos, Natalia, ha abierto una campaña de recogida de firmas en una plataforma. En el texto con el que justifica la petición deja claro con qué quiere acabar: «Como mi tío Juan Carlos hay más enfermos que si quieren agarrarse a la vida tienen que emigrar a otras comunidades autónomas».