Se recupera la tradición: las empresas se encargan de pagar las cenas de navidad

Carla Vega REDACCIÓN

ASTURIAS

Mesa preparada para una cena navideña
Mesa preparada para una cena navideña

Cada vez se organizan más comidas y el chupito le planta cara a la sidra y el cava

08 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La hoja del calendario ya nos sitúa diciembre y eso quiere decir algo: la época de las farturas navideñas ya está aquí. Además de las clásicas comidas y cenas familiares que hacen comenzar el año con la panza llena, se suman también los famosos amigos invisibles, cenas con amigos, comidas de reencuentro con los compañeros del colegio, y como no podía ser de otra forma, las típicas cenas de empresa. Y es que todo apunta a que estas últimas vuelven a hacer honor a su nombre al recuperarse la tradición perdida durante la crisis de que sea la propia empresa quien organice y pague por esta comilona. «Cada año vamos notando más que las empresas se encargan de los gastos, de hecho aquí lo común es que lo hagan», afirma la gerente de un conocido restaurante de Cudillero.

Bien es cierto que esta tradición no ha llegado a perderse del todo nunca, ya que los propios currantes se han encargado de ello organizando estas reuniones anuales por su cuenta. A pesar de que son muchos los trabajadores que aún pagan las cenas de sus propios bolsillos, cada vez son más los jefes que se deciden a invitar por un día a sus empleados a cenar. O a comer, ya que año a año son más quienes deciden cambiar la noche por el día y poder disfrutar de una buena sobremesa sin necesidad de que eso suponga llegar a casa a las tantas de la mañana.

Menús para muchos, para pocos, y para todo tipo de bolsillos

En Asturias la lista de restaurantes en los que poder organizar una buena comida o cena de empresa es infinita, y uno de los datos que nos terminan por hacernos decantar por un sitio y no por otro, es el precio de cada menú. Si la cantidad de restaurantes es amplia, la variedad de los menús lo es más. En el Principado se puede disfrutar de un menú con entrantes, plato principal, postre, café y bebida por 24 euros, pero también podemos encontrar una oferta similar por unos 75 euros.

¿La diferencia? La calidad de sus componentes. Menús con jamón ibérico, langostinos, pescado fresco o carne roja, o bien opciones más modestas, pero aún así copiosas. «Hay que disponer de precios adaptables, porque no está la cosa como para gastarse un pastizal», comenta Severo, gerente del restaurante El Cantábrico, en Navia, donde este año tienen tantas reservas «que podríamos abrir otro restaurante y llenar los dos». Parece que no hay excusa para quedarse en casa. «Nosotros ofertamos una selección de menús donde la máxima no es otra que sabor asturiano en el centro de la mesa, tanto comida como bebida», explica Juan Carlos Martínez, director de marketing de Tierra Astur.

Cenas de empresa que se transforman en cenas de turnos

Otro de los aspectos importantes es la cantidad de gente que se sentará a la mesa. Si bien hay grandes empresas de entre 120 y 150 personas que se juntan para cenar, la mayor parte de los grupos están entre las 20 y las 40 personas. «Por capacidad, hemos podido llegar a ofrecer cenas de 130 personas, aunque lo más común es que sean más pequeñas, incluso de grupos de diez», cuentan desde Tierra Astur. «Aunque los grupos sean grandes, no quiere decir que sea mejor. Normalmente se percibe un mejor ambiente en los grupos pequeños, porque es más fácil que se puedan relacionar entre todos, sin ocupar una mesa tan grande», añaden desde La Chalana. 

Además, son muchos los trabajadores que terminan organizando cenas con quienes más roce tienen en su trabajo, que en muchos casos son sus compañeros de turno. «Aquí vienen un grupo de chicas que trabajan en Cabueñes, otro grupo de bomberos, policías, las chicas que trabajan juntas en el super… se juntan para celebrar un año más porque son quienes trabajan juntos todos los días», explica Orlando Cáncer, que regenta la sidrería Nava, en Gijón.

La sidra antes que el cava, y el chupito coge fuerzas

Tras una contundente comilona, y en estas fechas tan señaladas, el brindis no puede faltar. Hace años que el debate entre sidra o cava lo gana con diferencia la primera, que prevalece antes que la popular bebida catalana. «Siendo asturianos… ¿qué esperábamos?», aseguran desde El Nogal, en Avilés. A pesar de ello, durante los últimos años parece que el brindis se ha colado entre los platos y se hace con la bebida con la que se cena, que en Asturias suele ser un vino tinto.

Y si no hay copa de sidra para terminar la cena… ¿qué se toma? Es entonces cuando aparece el chupito, que sirve como colofón final a la comida, y que suele acompañar a un café. «Se ha perdido el tema del brindis de cava totalmente, hace unos años ya no se pide tanto, pero es que con la sidra achampanada está pasando algo similar, se consume poca y si acaso solo esa copa al final. Lo normal es que la gente ya se lance con el chupito, sobre todo si son cenas», asegura Carlos Barrero, encargado de El Campanu, en Ribadesella.