Conductores a contracorriente

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ASTURIAS

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Asturias registró varios casos de «kamikazes» que circularon a gran velocidad en sentido contrario. Uno de ellos resultó muerto en una fuerte colisión

20 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El fenómeno ocurre en Asturias cada pocos meses. Un conductor, por despiste, por ingesta de alcohol o drogas, o bien por motivos que solo están en su cabeza, circula en sentido contrario. A menudo a gran velocidad. Casi siempre por autovías y, milagrosamente, no siempre con resultados trágicos.

En el mes de marzo la policía detuvo a un conductor que, tras lograr huir de un control policial en Langreo, recorrió en sentido contrario unos tres kilómetros de la autovía AS-17. El hombre, junto a su mujer como copiloto, se dio a la fuga y transitó por varias calles del centro de la Felguera a gran velocidad hasta que se incorporó a la AS-17 en sentido contrario, circulando como un kamikaze. El coche pudo eludir los controles policiales pero su conductor fue identificado por los agentes más tarde. La mujer fue imputada por un delito de simulación tras la denuncia interpuesta en la comisaría por el robo de su vehículo, con el fin de exculpar a su marido, afirmando además, que éste había permanecido en el domicilio conyugal durante toda la noche.

En julio, un conductor de 52 años sembró el pánico en las carreteras asturianas. El kamikaze, que falleció a causa de una brutal colisión, recorrió durante al menos durante 20 minutos las autopistas A-8 y la A-66 en dirección contraria y se topó con numerosos conductores que consiguieron esquivarlo y dieron la alarma a Tráfico. El hombre había partido al menos de Valdés, casi 60 kilómetros, y estampó su coche a muy alta velocidad justo en la entrada a la autopista Y, donde la tragedia podría haber tomado enormes dimensiones por el gran flujo de tráfico en verano.

El cadáver del kamikaze, que circuló a gran velocidad por causas desconocidas, tuvo que ser excarcelado del vehículo en el que viajaba, que quedó totalmente destrozado. Los dos ocupantes del coche que fue embestido por el kamikaze eran José Luis Vigil, el conocido dueño de la marca Joluvi, y Charo Piñera, su mujer. Fueron los dos heridos más graves del accidente, pero hubo más.

En agosto, La Guardia Civil detuvo a un vecino de Mieres de 80 años después de que circulara con su vehículo en sentido contrario durante nueve kilómetros por la A-66, de Mieres a Pola de Lena, y colisionara contra otro turismo, al que ocasionó diversos daños. Tras prestar declaración, el supuesto kamikaze fue puesto en libertad tras abrirle diligencias por un delito contra la seguridad vial por conducción temeraria. El hombre viajaba solo en un Volkswagen Polo cuando fue detectado circulando por el carril contrario, en la plataforma de Gijón a León, en un momento de gran intensidad de tráfico.

Tras recibir el aviso de otros conductores, una patrulla del destacamento de Tráfico de Mieres se desplazó a la A-66 y trató de darle el alto para que detuviera el vehículo, pero el conductor hizo caso omiso y llegó a circular durante tres kilómetros en paralelo al vehículo policial que iba advirtiéndole de que frenara con luces y sirenas, según han explicado testigos presenciales.

En su trayectoria, el supuesto kamikaze provocó momentos de gran tensión, al obligar a otros conductores a apartar sus vehículos, especialmente camiones que a esa hora circulaban por la A-66, y algunos de los cuales sufrieron daños materiales, como raspaduras y roturas de espejos retrovisores. Dos agentes del destacamento de Tráfico de Mieres lograron finalmente adelantar al Volkswagen y darle el alto, a pie, varios kilómetros más adelante, cuando ya se encontraba a la salida de Pola de Lena.

En noviembre, la Guardia Civil buscaba al conductor de un Opel Astra de color gris que se dio a la fuga tras conducir varios kilómetros en sentido contrario por la autovía minera, en el tramo final de Gijón, y provocar varios accidentes. La alarma, activada a última hora de la noche, se saldó con varios heridos en las colisiones causadas por el piloto que iba en dirección contraria. Los testigos interrogados por los agentes que se personaron en los siniestros contaron cómo el conductor del coche que circulaba en sentido contrario, al darse cuenta de lo que sucedía, realizó una maniobra para corregir la situación y emprendió la huida. El accidente ocurrió en el tramo final de la AS-1 y el kamikaze circulaba en dirección a Gijón.

El último incidente se produjo a mediados de diciembre. Un hombre recorrió 30 kilómetros en sentido contrario por la autovía del Cantábrico hasta que fue interceptado por una patrulla de la Guardia Civil, a la altura de Navia, sin causar ni un solo accidente. El conductor, gallego, tomó mal el acceso a la A-8 y se convirtió en un kamikaze. Dio negativo en el test de alcoholemia y drogas que le practicó la Guardia Civil, por lo que la principal hipótesis de lo sucedido es que se trata de un despiste. Una patrulla de la Guardia Civil detectó lo que ocurría en Tapia de Casariego pero no fue posible detenerlo hasta Tapia, donde lo esperaban más agentes, a la altura del puente que sobrevuela la ría.