Tragedias que marcaron el año

Daniel Roig OVIEDO

ASTURIAS

Enol Megido perdió la vida al sufrir una caída en un circuito de motocross
Enol Megido perdió la vida al sufrir una caída en un circuito de motocross

La muerte de un niño en Nochevieja, el asesinato de una transexual y un bebé asesinado a puñaladas fueron algunos de peores los sucesos que ocurrieron en Asturias en 2019

22 ene 2020 . Actualizado a las 18:52 h.

El año comenzó con la muerte trágica de un niño de tres años y medio atragantado con las uvas de Nochevieja. Tiago Leonel Guamán Bustos era un niño que llenaba de alegría su casa del Natahoyo de Gijón, donde vivía con sus padres y su hermano. Esa noche una uva se le atragantó mientras sonaban las campanadas y acabó con su vida. Su familia intentó hacer todo lo posible por reanimarle, pero no fue posible.

Su madre le metió los dedos en la boca y su tío Carlos le golpeó el pecho. Incluso una vecina le practicó los primeros auxilios, pero sin éxito. Viviana, la madre de Tiago, de 39 años, no daba crédito a su desgracia. Vivían en Gijón, donde ella llegó hace 18 años de Ecuador. «Se me ha ido la mitad de mi vida. Esta casa está fría, porque ya no está él», se lamentaba.

Muerte en Covadonga

En agosto un niño zaragozano de tres años cayó desde una altura de cuatro metros en el santuario de Covadonga y falleció. El menor, natural de Zaragoza, fue trasladado en helicóptero hasta el complejo hospitalario por las graves heridas que se produjo al caerse de un muro del Real Sitio. 

En un principio, el niño, que en pocos días habría cumplido cuatro años, fue atendido por una pediatra que se encontraba también de visita por Covadonga y por personal sanitario de la ambulancia de Cangas de Onís y de la UVI Movil de Arriondas que se desplazó hasta la zona. Ante el estado que presentaba el pequeño, se decidió finalmente su trasladado hasta el HUCA en el helicóptero medicalizado, pero nada se pudo hacer.

Asesinada una transexual en Avilés

La violencia de género, aunque no se considera un suceso, también protagonizó hechos trágicos como el que se produjo en septiembre. Una mujer transexual de 38 años murió tras recibir al menos 15 puñaladas en el pecho y la espalda.

Efectivos de la Policía Nacional acudieron al domicilio, un séptimo piso, donde había sido encontrada la víctima, de nacionalidad brasileña. Según fuentes próximas a la investigación, la fallecida llevaba varios días muerta en el domicilio cuando fue descubierta y presentaba numerosas heridas por arma blanca en su cuerpo. El hallazgo se produjo tras el aviso recibido por la Policía de una empleada de hogar del inmueble. El lugar donde apareció es un piso de citas donde, según fuentes de la investigación, se ejercía la prostitución.

Bebé asesinado a puñaladas

Uno de los sucesos más extraños del año se produjo en Gijón. Un bebé aparecía muerto en un contenedor con graves heridas de arma blanca. Los cortes, profundos y realizados con un ensañamiento inusitado, le afectaron a los órganos vitales, lo que le provocó la muerte de forma casi inmediata. Falleció, según la autopsia, a los pocos minutos de ser alumbrado.

Los laboratorios centrales de la Policía Nacional recogieron varios cuchillos durante el registro que los agentes realizaron tras la detención de la pareja en la vivienda de la calle de Jenaro Suárez Prendes ubicada justo frente al contenedor en donde fue hallado el cadáver del niño la madrugada del 2 de agosto. Fue uno de los casos más complejos de los acaecidos en la historia reciente de la ciudad y para el que aún quedan aristas que perfilar como, por ejemplo, el papel del compañero sentimental de Silvia A. M., la madre biológica del neonato asesinado.

Si en la primera declaración realizada tras el arresto el 21 de septiembre eximía de toda responsabilidad a su novio, en una segunda comparecencia realizada de forma voluntaria, cambiaba el sentido del relato para implicar a su pareja, con la que convivía desde hacía años. Silvia A. M. reconoció ante la jueza que había ocultado a su entorno el embarazo y que había dado a luz sola en casa, sin asistencia sanitaria durante la gestación y durante el parto. Sin embargo, no reconocía haber asesinado a su propio hijo y haberlo arrojarlo a un contenedor de basura.

 En su primer relato aseguraba que su compañero sentimental desconocía que ella estuviera embarazada, si bien tras dos semanas interna en prisión, cambió su versión sobre lo ocurrido para incluir a su novio en el relato. Él conocía que estaba esperando un hijo y participó en los hechos, según la mujer.

Un jubilado asesina a su yerno

Los agentes que entraron al piso del centro de Mieres donde se produjo este crimen encontraron una escena dantesca. El cuerpo sin vida de un hombre, Luis Salazar, de 41 años, estaba tendido en el suelo de la cocina completamente ensangrentado. El cadáver estaba destrozado, presentaba profundos cortes causados con un cuchillo de grandes dimensiones y muy afilado. Fue atacado «con saña», indicaron fuentes cercanas a la investigación. El aviso lo dio el presunto homicida, su suegro, J. A. F. R., de 69 años, quien se presentó poco después de las ocho de la mañana en las dependencias de la comisaría de la Policía Nacional. Confesó su crimen todavía con las manos ensangrentadas. Fue detenido e interrogado durante la jornada.

La investigación apuntaba a un grave enfrentamiento entre ambos motivado por el proceso de separación de la víctima con su hija, con quien llevaba al menos unos dos años casado y con quien tenía un hijo de corta edad. Según vecinos de la zona, ambos ya habían protagonizado algún encontronazo y discusiones. La juez dictó en noviembre la orden de ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para el hombre detenido.

Duelo en el motocross

Un joven asturiano, Enol Megido perdía la vida al sufrir una caída en el circuito de motocross de la localidad vallisoletana de Rueda. El deportista resultó herido tras caerse y quedar inconsciente. Los servicios de emergencias evacuaron Megido hasta el Hospital Clínico Universitario, donde finalmente falleció.

El deportista era natural de Cabañaquinta aunque residía en Oviedo. Se encontraba disputando en la localidad de Rueda el Campeonato de Motocrós de Castilla y León. Era muy conocido tanto en su municipio como en el de Mieres, donde trabajaba de camarero en un pub.

Asesinado a golpes por un cigarrillo

La Policía Nacional detuvo en el mes de junio a tres jóvenes de entre 18 y 23 años como presuntos autores de la paliza que le costó la vida a David Carragal, un profesor pixueto. El hecho ocurrió durante en las fiestas del barrio de la Florida de la capital. El hombre fue agredido por los jóvenes después de que uno de ellos le pidiera tabaco y este contestase que no era fumador

La Policía Nacional confirmó la información adelantada por amistades de David Carragal después la noche del suceso. En la cuenta de Facebook Justicia para David Carragal Garay, creada para solicitar colaboración ciudadana para encontrar a los responsables de la agresión, uno de los amigos del hombre asesinado había afirmado que tres jóvenes se habían entregado en la comisaría a las pocas horas de su fallecimiento.

David Carragal sufrió dos golpes en la cabeza: uno de ellos, una patada; el otro, en el parietal izquierdo, fue el más grave. La patada fue recibida en una posición baja e impactó primero en un hombro. Así lo determinó la autopsia realizada en el HUCA al cuerpo del profesor, de 33 años. Además de estos informes forenses, y según testigos presenciales, Carragal habría tratado de levantarse después de la agresión y sufrido convulsiones.

Ahogados en Trasona

En el mes de julio, un pescador y una niña perdían la vida en el embalse de Trasona. Al parecer, en el caso de la pequeña, se encontraba junto al agua con otra cuando resbaló al acercarse al borde del pantano. La segunda se precipitó al intentar auxiliarla. La niña, de 11 años, que se encontraba en una celebración de cumpleaños, murió poco después y su compañera resultó gravemente herida.

El pescador, un hombre de 62 años, falleció ahogado tras meterse en el agua para recuperar una caña. El grupo de rescate ejecutó una operación de grúa mediante la que un bombero-rescatador descendió hasta el embalse y comenzó a buscar al ahogado. La escasa visibilidad del agua dificultó la localización. Desde el aire, el grupo de rescate pudo avistar y marcar con más facilidad el lugar en el que se encontraba. Ya desde el agua, un rescatador pudo llegar hasta él y atarlo con una cinta. Con la grúa del helicóptero, sacó el cuerpo sin vida del fallecido hasta la orilla del embalse.