La niña toma el relevo

La Voz OVIEDO

ASTURIAS

La princesa Leonor es felicitada por los reyes Felipe y Letizia, tras pronunciar su discurso en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2019, este viernes en el Teatro Campoamor de Oviedo. EFE/ Ballesteros
La princesa Leonor es felicitada por los reyes Felipe y Letizia, tras pronunciar su discurso en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2019, este viernes en el Teatro Campoamor de Oviedo. EFE/ Ballesteros Ballesteros

La escritora Siri Hustvedt, premio Princesa de las Letras, destacó en su discurso durante la ceremonia el papel creciente de las mujeres en la sociedad

26 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta no fue una edición cualquiera de los premios Princesa de Asturias. La princesa Leonor habló por primera vez y fue la encargada de entregar a los premiados los diplomas conmemorativos de su distinción, que por su parte destacaron la relevancia de estos galardones. Así, la escritora norteamericana Siri Hustvedt puso en valor el haber recibido el premio Princesa de Asturias de las Letras «de la mano de una niña», Leonor de Borbón. La presencia real cuadró perfectamente con su discurso, porque Husdvedt, baluarte del feminismo y buena conocedora de España, quiso dedicar su galardón a todas las niñas «que piensan, preguntan, dudan, imaginan y se niegan a estar calladas».

Por su parte, la bióloga argentina Sandra Díaz, premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica junto a la norteamericana Joanne Chory, hizo un llamamiento a «retejer el tapiz» de la naturaleza en un momento en el que el medioambiente está sufriendo un «proceso de injusticia ambiental global de escala realmente inédita». También destacó que para ello todavía «hay tiempo». Un premio muy pertinente en una época que ve cada vez más concienciación sobre la importancia del cambio climático.

El tercer premiado en tomar la palabra fue el matemático e ingeniero Salman Khan, galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, por su creación de la plataforma Khan Academy que ofrece en infinidad de idiomas la posibilidad de aprender matemáticas de forma fácil y gratuita. Khan reivindicó el papel de la tecnología y su contribución para hacer las vidas «más humanas» frente a quienes piensan que la ciencia deshumaniza a la sociedad.

El último en hablar fue el presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, Javier Solana, quien señaló que la distinción que recibió la pinacoteca madrileña en su bicentenario (Comunicación) servirá para culminar el esfuerzo «extraordinario» en el que están «empeñados», que no es otro que la recuperación del Salón de Reinos del antiguo Palacio del Buen Retiro.

También recibieron los premios el sociólogo Alejandro Portes (Ciencias Sociales) por su aportación al estudio de los movimientos migratorios; el veterano Peter Brook (Artes) por su enorme trabajo en el teatro tras una vida entera dedicada a esta actividad y la esquiadora norteamericana Lindsey Vonn (Deportes) tanto por sus méritos deportivos como humanos. El premio Pueblo Ejemplar recaía en la localidad de Asiegu.

Visiblemente emocionado, y con miradas cómplices hacia su hija en todo momento, el Rey Felipe VI subrayó el papel constitucional de la heredera de la Corona. «La obligación de servir a España y a los españoles debe ser el mayor orgullo y el máximo honor que puedas alcanzar. Tu deber será actuar siempre con el ánimo esperanzado, con coraje y con valentía; creciendo en responsabilidad, en bondad, y en ejemplaridad», le dijo el rey a su hija.

Tras recordar la primera ocasión en la que él participó, hace 38 años, Felipe VI recordó a Leonor que su presidencia de honor de la Fundación Princesa de Asturias corresponde al «compromiso personal e institucional» que tiene con España como heredera. Un compromiso, añadió, que deberá «renovar permanentemente con dedicación, espíritu de servicio, lealtad y responsabilidad» y también con «humildad».

Felipe VI reconoció que la presencia de sus hijas en la ceremonia convertía esta edición en un acto «cargado de simbolismo», por el vínculo de la corona con una tierra reflejado en un título que él mismo llevó «orgulloso» como heredero y por el significado de unos galardones que «trascienden todas las fronteras y llegan a todos los rincones del conocimiento».