La emotiva historia del represaliado del nazismo que volvió con su «asturianina»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

La curiosidad de Maribel Luna por saber si Emilio Rodríguez sobrevivió al campo de concentración y si se reencontró con su novia Angelines la lleva a investigar durante casi un año para encontrar a la familia. Alemania devuelve 27 documentos del ovetense que permanecerán en el Archivo Histórico de Oviedo

31 ene 2020 . Actualizado a las 11:19 h.

Hay historias tan reales y emocionantes que harían llorar al pleno de cualquier sala de cine sólo con que el director responsable de convertirla en película sea fiel a lo acontecido entre una «asturianina» y una víctima nazi que pasó algo más de dos años en campos de concentración alemanes. La intriga en torno a esta historia surgió por un artículo publicado en La Voz de Asturias hace casi un año: «De tu asturianina que te quiere». El titular era parte de la dedicatoria que una mujer gijonesa, Angelines, hacía en el reverso de una foto a su novio Emilio. 

Esa fotografía formaba parte de los 27 documentos que el Servicio Internacional de Búsqueda (ITS) de Alemania quería devolver a la familia de Emilio Rodríguez, uno de los 69 españoles presos en campos de concentración nazis a cuyos familiares o conocidos busca ese departamento para hacerles entrega de efectos personales que les confiscaron o perdieron durante la dictadura de Hitler. El historiador gijonés Antonio Muñoz, de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, hizo de conexión para intentar localizar a familiares a los que devolver los objetos personales de los españoles pero, como en el caso de Emilio, de algunos solo se conoce la procedencia. Así que la búsqueda podía ser larga y compleja para, quizás, acabar siendo infructuosa.

¿Quién era esa Ángeles o Angelines que firmaba algunas de las fotos? ¿Y quién era Emilio Rodríguez? ¿Por qué se fue a Alemania en tiempos tan convulsos? ¿Por qué fue detenido? ¿Habría sobrevivido Emilio a los campos de concentración en los que estuvo? ¿Se habría vuelto a reencontrar la pareja de enamorados?... Todas esas preguntas surgieron en la cabeza de Maribel Luna Baragaño cuando leyó el reportaje y observó las imágenes que también se publicaban de los documentos que Alemania quería devolver: fotografías de algunos de sus familiares, de su novia Angelines, un permiso de conducir… «Tengo que saber cómo acaba la historia», pensó Maribel, la misma que desde hace más de una década lucha por sacar del Valle de los Caídos los restos de su abuelo, Aquilino Baragaño Montes, El Ruiseñor de Langreo.

«Tengo paciencia y soy cabezona», reconoce Maribel Luna, que tras contactar con Antonio Muñoz, hacer un árbol genealógico, revisar mucha documentación y buscar por los apellidos tirando por una de las ramas familiares, consiguió contactar con un sobrino de Emilio Rodríguez. Éste, con más de 80 años, desconocía la historia de represaliado de su tío y, aunque no le pudo aportar mucha información, sí le sirvió para saber que Emilio había sobrevivido al campo de concentración. Le explicó que le había conocido en Palencia, que vivía en Oviedo y que cuando los visitaba en esa provincia castellanoleonesa iba con un niño.

Eso fue suficiente para que Maribel Luna siguiera indagando. «Escribí al Registro Civil y al Cementerio de Oviedo preguntando si tenían algún Emilio Rodríguez Pérez», explica sobre los pasos que siguió hasta que en el cementerio le confirmaron que tenían un registro pero que no podían asegurar que fuera la tumba del hombre que estaba buscando. Fue la partida de defunción la que le dio la pista definitiva: «ponía que tenía una hija, y pensé que si vivía, podía encontrarla».

Así, Maribel Luna cambió el objetivo de búsqueda y tras indagar incluso a través de las redes sociales, encontró el teléfono de María Isabel Rodríguez, coincidentemente, conocida también como Maribel. «El día que la llamé le pregunté si su padre era Emilio y su madre Angelines, y cuando me dijo que sí me eché a llorar. No sabía por donde empezar a explicarle…», comenta Maribel Luna, que a partir de ese momento ha mantenido el contacto con la hija de los protagonistas de la historia hasta llegar a conocerse un día en Oviedo, donde vive.

Maribel Rodríguez ha desentramado la historia en la medida de lo que ella conocía, lo que su padre y su madre le habían contado de aquellos difíciles años en los que estuvieron separados y con la incertidumbre de cada uno de qué sería del otro. «Ella nos contó a Antonio Muñoz y a mí que Emilio era el novio de Angelines y que él se había marchado a trabajar a Alemania, quedando ella de novia  aquí en Asturias. Después de los dos años y pico que él estuvo en campos de concentración y recuperándose de una enfermedad en París, volvió y se casó con Angelines, tuvieron dos hijos y fueron felices toda la vida», traslada Maribel Luna satisfecha de haber conseguido desvelar «una historia emocionantísima, una historia de amor preciosa que se ha podido conocer gracias a aquel reportaje de La Voz de Asturias» y a pesar de que la hija de Angelines y Emilio no lo vio cuando fue publicado.

Emilio y Angelines,  juntos, en una de las 27 fotografías que el primero llevaba cuando fue detenido en Alemania y que han sido guardadas hasta ahora para poder devolverlas a sus familiares.
Emilio y Angelines, juntos, en una de las 27 fotografías que el primero llevaba cuando fue detenido en Alemania y que han sido guardadas hasta ahora para poder devolverlas a sus familiares.

Una búsqueda que ha dado «vida a las fotos»

En lo mismo incide el historiador gijonés Antonio Muñoz: «si no hubiera sido por el reportaje, no la hubiéramos encontrado», aunque el mismo también reconoce el tesón de Maribel Luna para durante casi un año no cesar en una búsqueda que se antojaba muy complicada para «dar vida a esas fotos».

Encontrarla ha servido para conocer la vida de Emilio Rodríguez Pérez, por qué acabó en el campo de concentración de Buchenwald y después trasladado al de Dachau, aunque siempre en la medida de lo que él quiso a su familia, que parece ser que no fue mucho. «La hija si nos contó que alguna vez tenía pesadillas y se despertaba con sudores», señala Antonio Muñoz.

El historiador gijonés cuenta que la historia de Emilio Rodríguez empieza en la dictadura franquista, «aunque no está claro qué hizo en la Guerra Civil, parece ser que combatió contra Franco pese a ser su padre un alto cargo de la policía al que mataron en Sama de Langreo». «Debió combatir contra Franco porque pasó por un campo de concentración en Valencia y en 1939 lo liberaron. Posiblemente se acogiera a algún programa de rehabilitación de presos. Estuvo reparando infraestructuras y máquinas, y en 1941 quedó libre. Se movía por Oviedo, León y Palencia, donde estaban sus hermanos. En Oviedo conoce a Angelines, que era la hija de un señor de negocios, porque parece que Emilio es un señor que no vive mal. Entonces, ¿por qué se fue a Alemania? La hija nos contó que se fue a estudiar, pero hubo mucha gente que emigró voluntariamente a trabajar al Consorcio de Industrias Químicas», deduce Antonio Muñoz.

La hija de Emilio Rodríguez apunta que fue por «comentarios contrarios a Hitler» en un bar por lo que su padre fue detenido tras ser denunciado. Según los archivos del campo de concentración de Buchenwald, Emilio fue arrestado el 23 de febrero de 1942 en Bitterfeld, e ingresó en Buchenwald, según la ficha que se le abrió en el propio campo de concentración, el 4 de marzo de 1942. En ese documento también consta que fue trasladado al campo de concentración de Dachau el 6 de abril de 1943 y que le devolverían a Buchenwald el 5 de diciembre de 1944. A partir de ese momento, se le pierde la pista documentalmente hablando, aunque Maribel Rodríguez ha contado que después Emilio estuvo en París curándose de una infección importante que había contraído, tras lo cual volvió a España y se casó con su novia Angelines, con la que tuvo dos hijos y una vida dichosa. «Ha sido muy importante dar con su familia porque se ha dado sentido a las fotografías», aplaude Antonio Muñoz.

En los años 70, logró que Alemania le indemnizara tras reconocerle como víctima de la dictadura nazi. Sin embargo, Emilio Rodríguez falleció en 1998 sin haber conseguido recuperar las pertenencias que tanto reclamó durante su encarcelamiento. Ahora, tras localizar a su familia, aquellos 27 documentos que se llevó a Alemania y que «cuentan su vida antes de irse a ese país» vuelven a Asturias y formarán parte del patrimonio de la región. Su hija Maribel Rodríguez ha decidido donarlos al Archivo Histórico de Oviedo coincidiendo con los actos organizados en este espacio con motivo del Día Internacional de las Víctimas del Holocausto.