Una pandemia que (de verdad) asoló Asturias

DANIEL ROIG

ASTURIAS

Un grabado moderno sobre la peste negra, que llegó a asolar Asturias en el siglo XIV
Un grabado moderno sobre la peste negra, que llegó a asolar Asturias en el siglo XIV

La llegada de la peste negra en el siglo XIV supuso la muerte de un tercio de la población

04 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las pandemias como el ahora famoso coronavirus de Wuhan no son, desde luego nada nuevo. En el pasado, otras enfermedades mucho peores supusieron un ataque en una escala muy superior. Es el caso de la peste negra, que llegó también desde Asia hasta el continente europeo y a Asturias, según documenta la Iglesia, a finales del siglo XIV. Acabó con nada menos que un tercio de la población europea y el 20% de la población mundial. Trasladando las cifras a la actualidad, el equivalente sería una pandemia que causara ahora 1.600 millones de muertos en todo el mundo.

Al parecer, y siguiendo las rutas comerciales y el Camino de Santiago, la peste llegó a la región desde Francia. Un monje francés dejó en ese siglo una crónica muy expresiva: «Los más escupían sangre, otros tenían en el cuerpo manchas rojas y oscuras y de estos ninguno escapaba. Otros tenían apostemas o estrumas en las ingles o bajo las axilas y de éstos algunos escapaban (…) y hay que saber que estos enfermos eran muy contagiosos y que casi todos los que los cuidaban morían, así como los sacerdotes que recogían las confesiones».

A Asturias llegó un poco más tarde, hacia finales del siglo. En concreto, el investigador Saturnino Ruiz de Loizaga cita documentos del obispado de Oviedo, ahora en los archivos vaticanos, que señalan que en el año 1383 se produce la «primera mortandat» (sic), que había reducido un tercio las rentas de la iglesia, y el cabildo se vio en la obligación de la supresión de tres raciones ordinarias con el objeto de engrosar los ingresos de la mesa capitular. Parece que la cifra de un tercio de la población también se ajusta a la estadística en el reino asturiano.

Loizaga, en La peste en los reinos peninsulares según la documentación del archivo vaticano (1348-1460) cita el texto: «De las mortandades aca han menguado las rentas de nuestra Eglesia cerca la meatad dellas, ca en la primera mortandad fueron abaxadas las rentas de tercia parte, e después acá lo otro por despoblamiento de la tierra».

Otro documento vaticano que menciona el autor «un tanto tardío (año 1432)», referente al paso del camino de Santiago por Jarrio, habla de un hospital en honor de San Juan Bautista que se encontraba en completa ruina evocando entre otras causas la peste, las guerras y otros peligros. «La asistencia sanitaria prestada en las instituciones hospitalarias durante el período medieval fue puesta a prueba de forma determinante» por la peste negra, dice.

Los hospitales del medievo, explica Loizaga, dotados todos ellos de medios aportados con carácter altruista y caritativo, «se mantenían en medio de una permanente precariedad y deficiencia». Los efectos de la peste pusieron aún más de manifiesto la presencia de estas carencias «de forma más dramática».

Al parecer el origen de la enfermedad también estaba en Asia y entró en contacto con los europeos procedente de la costa palestina, propagando la enfermedad muy rápidamente. Desde allí la peste recorrió las localidades costeras de la Provenza francesa, alcanzando la península Ibérica en 1348. En cuanto a la enfermedad, parece ser que era transmitida por la picadura de las pulgas, obviamente muy abundantes en la época.