El desalojo de la Casona de Ronzón se salda con dos detenidas

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Desalojo de la Cason de Ronzón
Desalojo de la Cason de Ronzón

El colectivo autodenominado «El Palaciu» ha convocado para esta tarde una concentración de protesta delante del cuartel de la Guardia Civil de Pola de Lena después de que esta mañana se sacara a los «okupas» del inmueble

04 feb 2020 . Actualizado a las 18:20 h.

En la historia que se escriba a partir de ahora de la Casona de Ronzón, la que fuera la casa de la familia Bernaldo de Quirós, habrá que hacer referencia al tenso capítulo vivido este 4 de febrero de 2020. Para esta jornada se había pospuesto (en principio estaba previsto para el 22 de enero) el desalojo de los «okupas» por orden judicial y, finalmente, éste se ha llevado a cabo, aunque con la resistencia que el colectivo autodenominado El Palaciu dijo que ejercería. Una treintena de personas se atrincheró en el camino de acceso al inmueble y pese a que el secretario judicial encargado de comunicar el desalojo intentó que se hiciera por las buenas, finalmente fue necesaria la intervención de los agentes de la Guardia Civil que, tras cargar contra los concentrados, procedía a detener a dos personas y a identificar a varias más por resistirse al desalojo.

La actuación de la Guardia Civil ha tenido una respuesta inmediata del colectivo El Palaciu, un grupo que en abril del pasado año ocupaba la casona con la pretensión de desarrollar un proyecto de centro social abierto y autogestionado e impulsar la actividad en el medio rural. Si el desalojo se producía en torno al mediodía, apenas dos horas después circulaba ya por las redes sociales la convocatoria de una concentración de protesta delante del cuartel de la Guardia Civil para las seis de la tarde de este martes.

Intervención de la Guardia Civil, durante el desalojo de la Casona de Ronzón
Intervención de la Guardia Civil, durante el desalojo de la Casona de Ronzón

Los «okupas» que conforman el colectivo habían lanzado hace unos días un manifiesto en el que ya dejaban clara su intención de «resistir» al desalojo e, incluso, habían realizado un llamamiento a que más personas acudieran ya a quedarse desde el día antes para hacer fuerza ante la inminente ejecución de la decisión judicial de liberar el inmueble. Lo que lamenta el colectivo es que la Fundación Ronzón, propietaria del palacio, «lo prefiera vacío y muerto antes que lleno de personas y vida. No estamos de acuerdo con que la Casona vuelva a cerrarse», trasladaban en el escrito para justificar la decisión de no abandonarlo y seguir defendiéndolo. 

«En un mundo rural acusado por la despoblación no sobran las iniciativas autogestionadas que recuperen y den vida a espacios muertos y abandonados», apuntan desde el colectivo, que reprocha que «las negativas y represalias» que la propiedad del palacio da a todas las iniciativas «que de forma independiente han intentado y están intentando llevar a cabo actividades acordes con las promesas de la Fundación».